El PP extremeño rechaza gobernar con Vox porque niega la violencia machista

Javier Arias Lomo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola, este martes durante la constitución de la Asamblea regional
La presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola, este martes durante la constitución de la Asamblea regional Jorge Armestar | EUROPA PRESS

La falta de acuerdo hace que el PSOE logre la presidencia de la Asamblea

21 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Choque total PP-Vox en Extremadura. Las negociaciones entre ambas formaciones vuelan por los aires y la comunidad parece abocada a la repetición electoral. La candidata popular ha acusado a los de Santiago Abascal de impedir el cambio político y «anteponer sus ansias de poder y su soberbia» tras no haber alcanzado un acuerdo para la presidencia de las Cortes, lo cual ha provocado que se haya hecho con ella el PSOE.

La candidata popular se ha mostrado muy dura con Vox al término del pleno en la Asamblea, llegando a asegurar que «no puede formar Ejecutivo con aquellos que niegan la violencia machista» y que no aceptará retroceder en derechos del colectivo LGTBI. «No regalo consejerías, parece que nos obligan a ir a elecciones. Ir a elecciones, iremos a elecciones si hay que ir», apuntó.

Y es que el desencuentro entre ambas formaciones ha permitido que el PSOE se haga con la presidencia de la Asamblea. Tras el recuento de la segunda votación, Blanca Martín ha logrado 32 votos a favor; Abel Bautista, 28; y Ángel Pelayo Gordillo, cinco. Los populares habían ofrecido a Vox la Presidencia de la Cámara a cambio de que dejara a María Guardiola, la candidata del PP, gobernar en solitario. Sin embargo, los de Abascal pretenden entrar en el Gobierno y los populares necesitan el voto favorable de sus cinco diputados, pues no les basta con su abstención.

Jorge Buxadé, vicepresidente de acción política de Vox, se desplazó hasta Mérida para advertir antes de que comenzara el pleno de constitución de las Cortes extremeñas que su formación no pensaba dar un paso atrás. La condición para facilitar la investidura de Guardiola, sostienen en Vox, es entrar en el Gobierno de la Junta de Extremadura. «Exigimos como respeto a nuestros votantes, por supuesto, el formar parte del Gobierno para verificar y asegurar el cumplimiento de esos cambios en las políticas en Extremadura», decía metiendo presión antes de la votación de la Mesa de la Asamblea.

Nadie dudaba en la noche electoral del 28M que la etapa de Guillermo Fernández Vara como presidente extremeño había llegado a su fin, pero la realidad es que pactar la gobernabilidad parece que está resultando más difícil de lo que ganadores y perdedores vaticinaron el 28M.

Aunque con más votos que el PP, los socialistas empataron con los populares a 28 diputados. Unidas por Extremadura (Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde) mantuvo los cuatro con los que contaba y Vox, sin representación hasta entonces en la Asamblea, irrumpió con cinco escaños. Por eso, en un Parlamento con 65 asientos, solo los 28 de PP y los cinco de Vox alcanzan los 33 de la mayoría absoluta. 

Después de las generales

La presidenta de la Asamblea tiene 15 días (hasta el 5 de julio) para proponer candidato a la Presidencia de la Junta. El elegido presentará su programa a la Asamblea dentro de los 15 días siguientes a su designación, y se votará la investidura antes del 20 de julio, tres días antes de las elecciones generales. El aspirante deberá obtener mayoría absoluta. De no lograrla, se votará 48 horas después y será suficiente la mayoría simple. El proceso podrá repetirse, con los mismos o diferentes candidatos, «cuantas veces lo considere oportuno» la presidenta de la Cámara. Por tanto, ya sin la presión de las elecciones generales. Si en dos meses desde la primera votación ninguno es elegido, la Asamblea quedará disuelta y el presidente extremeño en funciones convocará nuevas elecciones.

La izquierda se agarra a la violencia machista para recortar la ventaja demoscópica de la derecha 

fRANCISCO ESPIÑEIRA

«Hace 20 años, es verdad. Es un catedrático de Derecho Constitucional, es verdad. Ha cumplido la sanción, es verdad. Se ha producido hace 20 años, es verdad. Tuvo un divorcio duro y conllevó un abuso verbal hacia su exmujer». Estas fueron las palabras literales con las que Alberto Núñez Feijoo se refirió a los argumentos que se daban en torno a Carlos Flores Juberías, el candidato de Vox a la Comunidad Valenciana que renunció a su acta de parlamentario por el veto del PP a pactar con un condenado por maltrato.

Pero esa reflexión, seguida de una condena explícita de cualquier acto de violencia machista, refrendada por los principales cargos del PP en la mañana del martes, desde Cuca Gamarra a Borja Sémper, entre otros muchos, sirvió para que el PSOE —y Yolanda Díaz y alguno de sus aliados— se lanzara contra Feijoo para intentar reprocharle su supuesta tibieza con el maltrato a las mujeres.

El tufo electoralista es evidente. El PSOE intenta revertir el marco de debate de la precampaña que el PP ha logrado establecer desde las elecciones del 28M y que se resume en una frase: «Derogar el sanchismo».

Así, Alberto Núñez Feijoo tuvo que soportar los improperios de María Jesús Montero, que reaccionó a sus palabras casi en tiempo real, al filo de la medianoche. Y las de Adriana Lastra, Pilar Alegría, casi todas las ministras del Gobierno, Yolanda Díaz y hasta Ana Pontón. Todas con el mismo argumento de supuesto menosprecio del candidato popular hacia las mujeres. «Durante los últimos años, la secretaria de Igualdad de la Xunta dependía directamente de mí como presidente porque siempre quisimos hacer de esas políticas algo transversal que implicara a todo el Gobierno», defendió Feijoo.

En la mañana del martes, Alberto Núñez Feijoo encontró un inesperado apoyo en la negativa de su candidata en Extremadura, María Guardiola, a pactar con Vox la presidencia del Parlamento extremeño. «Yo no puedo pactar con quien niega la violencia machista», dijo Guardiola entre otros reproches a la formación de Abascal minutos después de entregar el control de la Mesa de la Cámara legislativa extremeña al PSOE y a Podemos pese a que las derechas sumaban mayoría.

Vox, mientras tanto, sigue empeñado en negar un concepto que considera «ideológico», su manera de calificarlo como de izquierdas. De momento, la bronca parece no pasar factura a las derechas en las encuestas. Y hasta las izquierdas discuten entre ellas, con Yolanda Díaz atacando a Pedro Sánchez por decir que sus amigos de entre 40 y 50 años se sienten atacados por las políticas del Ministerio de Igualdad. La pelea seguirá.