El asesino de Morata mató a su compañero de celda cuando acabaron una partida de ajedrez

Mateo Balín MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El presunto asesino de los tres hermanos en Morata de Tajuña tras el registro de su vivienda en Arganda del Rey
El presunto asesino de los tres hermanos en Morata de Tajuña tras el registro de su vivienda en Arganda del Rey MARISCAL | EFE

No constaban rencillas entre ellos, pero le desfiguró la cara con una mancuerna

16 feb 2024 . Actualizado a las 21:59 h.

Dilawar Hussain Fazal Chouhdary, el asesino confeso de los hermanos Francisca Amelia, Ángeles y Pepe Gutiérrez Ayuso, cuyos cadáveres aparecieron el 18 de enero semicalcinados en su casa de Morata de Tajuña (Madrid), pasa este sábado a disposición judicial por la muerte a golpes de su compañero de celda, el ciudadano búlgaro de 40 años Ángel Asenov Velicov. Se le imputa inicialmente un delito de homicidio aunque la investigación determinará si se eleva a asesinato.

El Juzgado de Instrucción número ocho de Arganda del Rey, de guardia de detenidos la madrugada del jueves, decidió pasar a este sábado la declaración a la espera de conocer el resultado de la autopsia. En todo caso, el presunto homicida pakistaní de 42 años, que avisó por el interfono de su celda en el centro de Estremera (Madrid) del fallecimiento de la víctima, volverá a los mismos juzgados que le mandaron a prisión preventiva el 24 de enero por el triple crimen de los Gutiérrez Ayuso. Unos macabros hechos que tuvieron un móvil económico debido a la deuda contraída por estos con su asesino.

La magistrada de guardia de Arganda, que fue avisada por los responsables de Estremera nada más conocerse la muerte violenta de Ángel Asenov, hacia las 2.30 de la madrugada del jueves, se personó en el centro junto a la comitiva judicial.

«Imagen dantesca»

Fuentes de la investigación relataron que la jueza, tras acceder a la celda para notificar el levantamiento del cadáver, se quedó perpleja. «Definió la imagen como dantesca. La víctima tenía la cara desfigurada por los golpes con un objeto contundente», detallaron. En concreto, el arma homicida fue una mancuerna del gimnasio que utilizaban los internos del módulo 12, un lugar destinado a presos preventivos especialmente conflictivos. La presencia de mancuernas en las celdas es un elemento que está prohibido expresamente por el reglamento penitenciario, de ahí que se haya abierto una investigación paralela a la judicial para conocer cómo acabó esa pesa en el habitáculo carcelario.

No se conocían rencillas

La víctima era un preso multirreincidente que fue entrando y saliendo de la cárcel por distintos motivos. La primera noticia por escrito que se tiene de él es una infracción de tráfico en el 2012. Precisamente, de ese año data su primera anotación en el archivo de Instituciones Penitenciarias. Fue por lesiones y amenazas. La última entrada tuvo que ver con un caso de violencia de género. Con Dilawar Hussain, con el que dormía desde hacía pocos días, no es que hubiese hecho buenas migas, pero, al menos, no se les conocían rencillas hasta la noche del miércoles al jueves. Es más, conversaban de forma fluida y jugaban al ajedrez en la celda. Cuando el Negro, apodo con el que se conoce al asesino, acabó con su vida venían de terminar una partida de ajedrez.

En el régimen en el que estaban tampoco hay mucho margen para realizar cursos, talleres u otras actividades, aunque sí que era común que se acercasen al gimnasio con cierta asiduidad.