El volumen general de la actuación alcanzó los 246 millones de pesetas.
16 oct 2018 . Actualizado a las 11:41 h.«Había ambiente, mejor diríamos, deseos de que se inaugurase el puente de las Pías a el Montón, ese puente del Caudillo que tiene tanta significación para las comunicaciones donde nació el número uno de los españoles y al tiempo capital del mar». Así arrancó la crónica de La Voz que narró la fecha «jubilosa» en la que se estrenó la unión entre Ferrol y Fene. El 16 de octubre de 1968, hace hoy medio siglo, abrió al tráfico un puente que redujo la distancia entre las dos localidades en ocho kilómetros.
El acto, «rebosante de sencillez», estuvo presidido por el director general de Carreteras, Pedro de Areitio, que cortó una cinta con los colores de la bandera española en un lado y otro de la estructura. Después de ese recorrido a pie que atravesó la ría, las autoridades se adentraron en el término municipal de Ferrol, donde hubo fuertes ovaciones y hasta bombas de palenque. Incluso se sirvieron comidas extraordinarias en los centros benéficos. Cuando se inició la columna automovilística de los particulares, más de un millar de vehículos utilizaron el nuevo acceso en apenas una hora, entre las doce y media y la una y media.
El volumen general de la actuación, en la que también se incluyó la avenida de Jorge Vigón (actual avenida de As Pías), alcanzó los 246 millones de pesetas. La obra, además de por su envergadura, fue significativa por el acercamiento entre los astilleros de Bazán y Astano. En la parte opuesta, Narón y Neda, por donde pasaban los conductores camino a Fene, pensaban que la zona acabaría muriendo por faltar flujo de tráfico, pero el tiempo demostró que no iba a ser así.
La historia del puente de As Pías, eso sí, cambió en 1998, cuando el Discoverer lo partió en dos de madrugada. En los meses siguientes, vivió su segunda gran obra, que todavía colea a día de hoy. Eso, además, se tradujo en la construcción del tramo de autopista que unió Ferrol y Fene, paralelo a un puente de As Pías que, cincuenta años después, sigue siendo un símbolo.