«Hasta que tuvo la silla de ruedas que suplió sus patas traseras la paseaba en una mochila para que le diera el aire»
FERROL
Eva Luna Rivera Álvarez cuidó en su casa de Ferrol a Hope hasta que fue adoptada por una pareja de Reino Unido
18 jun 2022 . Actualizado a las 13:27 h.La historia de una perrita que quedó parapléjica a raíz de que la mujer que la adoptó la arrojara por encima de un seto, por lo que fue condenada a once meses de prisión, tiene varios protagonistas que lograron que, finalmente, el animal viva feliz ahora con una familia en Reino Unido, aunque dependiendo de su silla de ruedas. El personal del refugio de Mougá y de las protectoras Hogar de Wilbur y Arco da Vella tiene mucho que ver en ese nuevo presente tras el brutal maltrato, pero los cuidados que le dispensó Eva Luna Rivera Álvarez también fueron determinantes. Y es que esta vecina de Ferrol se hizo cargo de Hope —su maltratadora la había bautizado como Duna pero decidieron cambiarle el nombre— a los pocos días de que se descubriese la brutal agresión. «Me enteré de lo ocurrido a través del Hogar de Wilbur, asociación con la que colaboro, y le dije a la presidenta ‘se viene para mi casa'. Hubo que esperar unos días, porque el tema estaba judicializado, y me la traje en abril», explica Eva. Coincidió con el confinamiento, por lo que la perrita solo se movía por la casa arrastrando su parte trasera «y se desplazaba muy rápida», apunta su cuidadora, añadiendo que cuando ya se pudo salir a la calle, «hasta que tuvo la silla de ruedas que suplió sus patas traseras, la paseaba en una mochila para que le diera el aire».
La primera silla de ruedas «artesanal» que tuvo Hope se la facilitó la asociación Arco da Vella y la utilizó durante unos meses. En julio surgió un adoptante en Alicante, que desde Ferrol tenían controlado a través de una protectora valenciana, y Hope se fue a su nueva casa, desde la que poco después les comunicaron que no podían atender todas sus necesidades, por lo que tenían intención de practicarle la eutanasia. Ese anunció cayó como jarro de agua fría en Ferrol y un colaborador de las protectoras locales se desplazó a Alicante en coche, en un viaje de ida y vuelta de un día, regresando a la ciudad naval con Hope.
La perrita se instaló de nuevo en la vivienda de Eva y en octubre le llegó su silla de ruedas «profesional» nueva, que está dotada con un mecanismo que permite ajustarla a medida que el animal va creciendo. Costó alrededor de unos 500 euros y fue donada por una protectora de animales inglesa, que publicó que estaba en adopción a través de las redes sociales. «Me escribió una chica interesada en Hope, y a través de esa asociación conseguimos averiguar que se trataba de un buen hogar, ya que incluso visitaron la casa de los adoptantes, y finalmente Hope viajó a Reino Unido con su nueva familia en diciembre», explica Eva, añadiendo que tuvieron que apurar los trámites para que la entrega pudiese efectuarse antes de la entrada del Brexit. «Y sabemos que ahora está muy bien», concluye.