El comprador de un coche diésel de segunda mano: «No me fío de los eléctricos, se pueden incendiar y no son energía limpia»

f. fernández FERROL / LA VOZ

FERROL

JOSE PARDO

Pagó 6.500 euros por un Focus con nueve años y casi 300.000 kilómetros

18 feb 2024 . Actualizado a las 17:03 h.

¿Compraré gasolina? ¿Quizá, gasoil? ¿Tal vez, eléctrico. ¿O híbrido? Los compradores deshojan la margarita sobre qué coche adquirir, pero no se dan decidido a la vista de la incertidumbre que planea sobre el futuro del sector de la automoción. Sobre si se prohibirán o no los diésel, si los enchufables darán buen resultado, amén de que todavía son más caros que los modelos con motor de combustión...

Y, ante la duda, segunda mano. El mercado de ocasión está en auge. Así, el año pasado se vendieron en España 1,9 millones de unidades (casi un 3 % más que en el 2022), frente a las 950.000 de nueva matriculación.

En Galicia, otro tanto de lo mismo: entre nuevos y usados, el año pasado se comercializaron en la comunidad 134.723 vehículos. De ellos, 109.915 (el 81 %) eran de segunda mano.

Con tanta demanda por medio, los precios no han hecho otra cosa más que subir: un coche con más de ocho años costó en el 2023 de media en Galicia 9.283 euros, un 8 % más que el ejercicio anterior.

El ferrolano Daniel Perille Llago pertenece a ese grupo de compradores de vehículos de ocasión: acaba de pagar 6.500 euros por un Ford Focus de gasoil, con casi nueve años de antigüedad y cerca de 300.000 kilómetros.

«Miré alguno nuevo, pero costaban a partir de 20.000 euros. No merece la pena gastar tanto dinero», reflexiona. Además, «piensas que te puede durar entre quince y veinte años, pero, con las normativas que hay, igual te dicen que ya no puedes usarlo. Arriesgo menos gastando poco y comprando uno que me dure entre cinco y diez años».

Entre esos modelos nuevos que llegó a mirar antes de apostar por la segunda mano no había ninguno que fuese ni híbrido ni eléctrico: «Ni de broma». Y profundiza: «No me fío de los eléctricos, no los veo seguros, se pueden incendiar. Si la batería te dura diez o doce años, cambiarla después cuesta miles de euros. Y tampoco es energía limpia, yo creo que es puro interés económico». Además de que apenas hay puntos de recarga. Tanto es así que «en el portal de al lado hay un vecino con un coche eléctrico que tira un cable por la ventana desde su casa para recargarlo», revela.

Daniel fue a tiro fijo al mercado de segunda mano a buscar un coche gasolina o gasoil. «Se me estropeó el mío, un diésel con veinte años, era pequeño y queríamos uno más grande». Le preguntó al del taller dónde podía mirar: «Fui a un compraventa, y apareció este que me gustaba, no di muchas vueltas». Añade: «No importaba que fuese diésel o gasolina, pero yo soy de diésel, tengo otro que también lo es».

Daniel explica que, a pesar de tener tantos kilómetros, el Focus «está muy bien por dentro, solo lo usaba una persona y los asientos de atrás están como si nadie se hubiera sentado, espero que me dure muchos años».