Una nueva estatua para rendir tributo a los marineros que hacían la mili en Ferrol: «Es uno de los encargos más bonitos que me han hecho»

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL

Gabarres, junto a la escultura, en el vestíbulo del Gran Hotel de Ferrol
Gabarres, junto a la escultura, en el vestíbulo del Gran Hotel de Ferrol JOSE PARDO

El artista Andrés Gabarres y el Gran Hotel homenajean a los jóvenes que cumplieron el Servicio Militar Obligatorio en la ciudad naval con una obra que ya se puede contemplar en el vestíbulo del establecimiento

17 ene 2025 . Actualizado a las 04:55 h.

Quienes ya tienen una cierta edad todavía guardan intacta en su memoria la imagen de aquellos marineros de la mili que cruzaban las plazas de Ferrol con su petate a cuestas, hacían cola para comprar un bocata en el Bar La Maña de la Praza Vella o se paseaban felices en sus horas libres por las calles del centro, con su uniforme azul marino en los meses de invierno y de blanco impoluto cuando llegaba el verano. El marinero de reemplazo del antiguo Servicio Militar Obligatorio es una figura muy representativa de una época de Ferrol, como también ocurre en Cartagena, donde este emblemático personaje cuenta desde 1999 con una escultura de Jorge García Aznar que le rinde homenaje en la plaza Héroes de Cavite y Santiago de Cuba, muy cerca del Ayuntamiento. Más de dos décadas después, Ferrol ha seguido su ejemplo con otra estatua a tamaño real que ya se puede contemplar en el vestíbulo del Gran Hotel y que lleva la firma de Andrés Gabarres.

JOSE PARDO

«Es una escultura a tamaño real que representa a un marinero en pose de saludo y forma parte de una colección privada. Cuando me la encargaron no lo dudé ni un segundo, porque creo es uno de los encargos más bonitos que me han hecho en mi vida. Me hace muchísima ilusión que haya una escultura mía en mi ciudad natal y más todavía cuando es para rendir homenaje a una figura tan emblemática y que forma parte del imaginario colectivo de los ferrolanos», comenta Gabarres desde Madrid, donde ha cimentado una exitosa y prolífica carrera como pintor, aunque sin dar la espalda nunca a su pasión por la escultura.

Jura de bandera de los marineros de reemplazo en el antiguo Cuartel de Instrucción, que hoy en día ha recuperado su nombre original, Sala de Armas
Jura de bandera de los marineros de reemplazo en el antiguo Cuartel de Instrucción, que hoy en día ha recuperado su nombre original, Sala de Armas cedidas

Para llevar a cabo esta nueva obra, el artista tuvo que desarrollar previamente un exhaustivo trabajo de investigación documental, con el objetivo de reproducir fielmente la vestimenta de los «pelones», como se les apodaba cariñosamente a los marineros por el corte de pelo al que debían someterse antes de entrar en el cuartel. «Busqué fotografías de la época y también contacté con personas que me permitieron ver y fotografiar algunos de los elementos originales de los uniformes», explica Gabarres. La escultura, de 1,95 metros de altura (incluida la base de mármol, que mide 10 centímetros), luce muchos de esos elementos tan característicos de la vestimenta militar, como el tafetán o pañuelo del cuello, el gorro tipo Lepanto o el fusil Mauser.

Escultura de homenaje al marinero de reemplazo de Cartagena
Escultura de homenaje al marinero de reemplazo de Cartagena

Con un estilo figurativo realista, la pieza se instaló el pasado 9 de enero en el vestíbulo del Gran Hotel de Ferrol, un establecimiento que desde el año 2017 ya exhibe otra obra que lleva la firma de Gabarres. Se trata de la enorme pintura de un pianista que luce en la fachada trasera del hotel y que el ferrolano compuso en un mano con otros dos artistas, Richard García y David Fernández, los mismos con los que hizo el mural del pabellón de Esteiro de la mano del proyecto DesbaratArte, en el que también participó Pablo López Blanco.

Además, la ciudad natal de Gabarres también custodia otras de sus obras, como el mural de una Menina astronauta en Canido, o el retrato de Fernando Miramontes que cuelga de las paredes del salón de plenos municipal. ¿Le gustaría ampliar esa lista con una escultura pública en alguna plaza o calle de Ferrol? «¿Cómo no me iba a gustar? Para mí sería un auténtico honor».