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Seis meses sin rastro del holandés que desapareció en Petín

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO/LA VOZ.

GALICIA

Su mujer, que cree que fue víctima de un crimen, ofrece una recompensa de 5.000 euros a quien le proporcione alguna pista

20 jul 2010 . Actualizado a las 03:14 h.

Ayer se cumplieron seis meses de la desaparición de Martin Verfondern, el holandés residente en el municipio ourensano de Petín de Valdeorras del que nada se sabe desde el pasado 19 de enero. Y sigue sin saberse nada. Ni un rastro. Ni una pista. Nada que marque una hipótesis para seguir buscando. Es por eso que la Guardia Civil continúa investigando la posibilidad de que fuese un accidente, una marcha voluntaria o un crimen, sin decantarse por ninguna mientras no haya un indicio que apunte por cuál de ellas inclinarse.

Pero sigue sin haber nada, tal y como los agentes transmiten a la mujer de Verfondern, Margo Pool, en su visita periódica a la aldea de Santoalla, donde ella sigue al frente de la granja ecológica que la pareja creó hace ya una década. «Vienen cada tres semanas o así, para decirme que siguen investigando, pero no hay nada nuevo», cuenta ella. Nada, salvo su convicción de que Martin no se fue por su propio pie. Esa idea la defendió desde el primer momento (y la avala el hecho de que no se hayan registrado movimientos en las cuentas bancarias en todo este tiempo), y ahora añade también la de que no fue un accidente. Se basa, dice, en que ya han mirado «por todos los rincones donde podría estar si hubiese sufrido un accidente, y nada». Así que solo le queda pensar que se trata de un crimen y que alguien ha escondido, y muy bien, el cadáver de su marido.

«Yo misma he buscado en casi todos los lados; es cierto que todavía hay algunos sitios en los que mirar, a los que yo no puedo llegar, en una parte de las montañas. Pero han buscado allí desde el helicóptero y no han encontrado nada», cuenta Pool. Se refiere a la Guardia Civil y a Protección Civil, que han participado en varias batidas, también en dos embalses de la zona, por si hubiese caído (o hubiese sido tirado) al río con su coche, un todoterreno de grandes dimensiones que tampoco ha aparecido. También participaron en la búsqueda un grupo de voluntarios de rescate procedentes de Madrid, «que dijeron que igual volvían, pero no han vuelto a ponerse en contacto» con Pool. Además, un bombero ourensano se ofreció a coordinar una nueva batida, que tampoco tiene fecha.

En vista de la falta de resultados, Pool ha decidido ofrecer una recompensa «a quien diga algo que permita encontrar a Martin». Son 5.000 euros, que ha recolectado gracias a la colaboración de familiares y amigos «de Petín, pero también de Alemania, Holanda, Irlanda, incluso Estados Unidos». «Cuando es un crimen, porque esto ha sido un crimen, alguien tiene que saber algo», dice, sin estar muy convencida de si la recompensa servirá para que hable quien haya estado callado durante seis meses.

Un crimen, pero ¿por qué? Margo Pool ha cogido como propio uno de los rumores que le llegaron del pueblo en el que vive. «Hay gente que me dice que Martin sabía cosas de una persona importante», cuenta. Eso sí, ella no se atreve a dar nombres -«porque tengo que seguir viviendo aquí»- y también porque no es algo que su marido le hubiese contado directamente, «es lo que la gente habla». «Es -dice- algo que me ha dicho alguna gente, pero yo no lo sé», se justifica.