El sector reclama a la industria contratos estables a un año y que garantice la recogida
02 abr 2015 . Actualizado a las 14:16 h.Después de casi treinta años de mercado regulado e intervenido por la Unión Europea, los ganaderos gallegos, el primer eslabón de un sector estratégico para la economía de Galicia, ya pueden producir libremente la leche que quieran. Un escenario en el que se abren enormes oportunidades: España tenía asignada por la UE una cuota de 6,5 millones de toneladas, pero consumía más de nueve millones en productos lácteos. Galicia, la primera productora de leche del Estado, esta llamada a cubrir una parte importe de ese déficit en un mercado libre. Y la primera pregunta que surge es qué capacidad tienen ahora las diez mil explotaciones gallegas para aumentar su producción. Después de un importante esfuerzo modernizador e inversor, las estimaciones apuntan a que el conjunto de las granjas podrían, durante esta campaña, aumentar su producción de media hasta un 6 % más, lo que equivale a unas 150.000 toneladas.
Es este un incremento que no refleja todo el potencial productivo real de las explotaciones. Pero la comunidad, después de décadas, sigue sin resolver el problema de la base territorial por la estructura minifundista de la propiedad, lo que dispara los costes de alimentación del ganado. En Galicia hay un millón de hectáreas abandonadas. Solo con que se aprovechase un tercio de esa superficie, Galicia podría aumentar su producción de leche un 20 % más, coinciden fuentes del sector.
Para la recién estrenada campaña sin cuotas, los productores reclaman contratos estables, que se respete la duración de un año y que se garantice la recogida. En un escenario límites a la producción, los focos apuntan también a la industria láctea, escasa en Galicia y con un reducido tamaño en España. A diferencia de sus competidores europeos, las grandes del sector no han dado el paso en la diversificación de productos de más valor añadido (mantequillas, quesos, yogures) y emplean gran parte de su tiempo en envasar leche líquido para las marcas del distribuidor. Ya se advierten consecuencias: algunas industrias están trasladando a los ganaderos que lo que produzcan de más se les comprará a precios de leche en polvo, más barato.
«En pouco tempo debería haber un prezo mínimo polo leite»
José Manuel Madriñán Castro, ganadero en Lalín (Pontevedra)
José Manuel Madriñán es uno de los cinco socios (dos matrimonios y un sobrino) de la sociedad Carballeiras. «Planificamos para estar no pico de producción este 1 de abril, sin tolear, que as vacas estean ben e sen medo a multa». Llegaron a 1,85 millones de kilos con 162 vacas en ordeño. Este mes esperan estar en 170, con recría propia y, en dos años estar en 200 en ordeño y 2,3 millones de kilos. «Nesta sociedade temos aprobado un proxecto de ampliación» para ese crecimiento. Plantea el futuro como oportunidad «enfocando a producción nas opcións da explotación: terra, instalacións e man de obra. Temos que amortizar tres operarios producindo o máximo, e rendible». Ya firmó contrato anual a 30 céntimos, precio base del 80 % del producto. «Hai oportunidade, pero temos preocupación. É complexo a corto prazo porque o sector investiu moito. En pouco tempo debe haber prezo mínimo, se non a industria pode quedar sen leite ó abandonar os gandeiros se ven máis saída noutros sectores».
«Se abre la posibilidad de mostrar el gran potencial que tiene Galicia»
José Manuel Fernández Villar, ganadero de Mazaricos (A Coruña)
La sociedad agraria de transformación Busto-Corzón es una de las únicas diez europeas avaladas como ISO 22000. «Llevamos años intentando mejorar la calidad de las instalaciones, de los animales o de los sistemas de manejo, además de aumentando al máximo la base territorial», dice José Manuel Fernández, uno de los socios. Y quizá por ello ve el fin de las cuotas como una oportunidad: «Galicia tiene un potencial enorme para producir leche y ahora se nos abre la posibilidad de poder demostrarlo. Bien es cierto que también aumenta la competencia, habrá mayores oscilaciones de los precios y la producción por lo que habrá que estar atento», dice. Este ganadero cree que el escenario que se abre, en todo caso, puede beneficiar más a otros países europeos «con industrias competitivas y un modelo cooperativo potente». ¿Ejemplo? Francia. «Tiene una interprofesional fuerte donde todos los eslabones de la cadena láctea se entienden y trabajan en común. Ahí estamos en desventaja».
«Sabiamos do fin das cotas e fomos incidindo nos custos de produción»
Xusto Sánchez Varela, gerente en una explotación de Ponteceso (A Coruña)
Xusto Sánchez Varela (Langueirón, 1955) es el gerente de la granja de A Devesa, una de las más importantes de la Costa da Morte. El pontecesán afronta el fin de la cuota «cos deberes ben feitos». «Hai sete anos que sabíamos do fin das cotas e fomos incidindo nos costos de produción», explica.
A pesar de esa preparación de la que habla, considera que «os produtores estamos indefensos, xa que non temos forza suficiente para negociar o prezo do leite». También sostiene que no existe por el momento «ningunha alternativa para vender leite a outra industria».
El fin de las cuotas lácteas tiene dos lecturas para él: «A largo prazo pode ser una vantaxe pero, de momento, a corto é un inconveniente, xa que temos que reestruturar o negocio e adaptarnos a un mercado máis global». Sobre quién se beneficia con estas medidas, el pontecesán cree que «posiblemente o consumidor», ya que «os prezos van baixar». También que «quen non xestionou con tempo vaino pasar mal».
«Teremos que traballar moito máis a partir de agora, e por menos prezo»
José Rodríguez López, ganadero en Gundín (Lugo)
José Rodríguez, de la Ganadería Bella, en Zaíde, Guntín, con 190 vacas lecheras (de las que 100 están en producción), se vio en una encrucijada cuando tomó conciencia de que las cuotas iban a desaparecer. «Había que decidir se freabas ou medradas, e optei por frear, porque non vexo viable producir máis».
Este ganadero, que invirtió en comprar cuota 15 millones de pesetas (cuando aún no existía el euro), asegura que no estaba en contra de las limitaciones a la producción porque era una forma de mantener los precios estables. «A partir de agora -dijo- teremos que traballar moito máis, con menos prezo».
El último día de marzo Rodríguez no había firmado el contrato de la nueva campaña y tampoco sabía cuánto iba a cobrar por litro. La empresa le comunicó que la vigencia sería de un año, pero no le dio más datos. Solo que le recogería una cantidad equivalente a la cuota que desaparece y si entregaba más, se la pagarían a precio de leche en polvo. «O que o pagan por ela non chega nin para a ración da vaca».
«Os gandeiros quedamos totalmente indefensos fronte ás centrais leiteiras»
Andrés Saavedra, responsable de una granja en Ortigueira (A Coruña)
El fin de la cuota láctea ha generado, sobre todo, «incertidume», en opinión de Andrés Saavedra, al frente de la granja A Vidueira, en O Ermo (Ortigueira), con su hermano. Este ganadero de 36 años se crio en la explotación montada por su abuelo, en la que siguió su padre hasta la jubilación. De 80 reses han pasado a 150. «Ampliouse o terreo, mellorouse a xenética e profesionalizouse», explica. Ahora afrontan un nuevo reto: «Non sabes qué facer porque non sabes qué vai pasar e cal vai ser a opción boa, aumentar o número de animais e producir máis ou adaptalo á terra que tes para producir máis barato» En su opinión, el mayor problema radica «na volatilidade dos prezos». «Agora, coas centrais leiteiras, aparte de negociar prezos teremos que negociar volumes. Estáselles dando máis poder e nós quedamos totalmente indefensos», sostiene. Las industrias «son as beneficiadas, porque teñen máis liberdade que nunca». Ve otro inconveniente: «A devaluación das explotacións». Esto se suma, dice, a las dudas en torno a los cambios de la PAC.
«Podemos aumentar a produción ata os dous millón de quilos de leite»
Francisco Seoane Marzoa, ganadero de Frades (A Coruña)
Situada en el municipio de Frades, y fruto de la fusión de dos explotaciones familiares, Francisco Seoane y tres socios regentan una explotación que mira al futuro con optimismo. «Nós podemos aumentar a nosa produción de 1,2 millóns de quilos ate os dous millóns sen facer novas inversións porque temos xa as instalacións», precisa.
Ahora venden el litro a 0,32, más calidades y más IVA, y consideran que el precio no debería estar por debajo de 0,36 para que resulte rentable producir. Llevan una campaña sin firmar contrato con quien les recoge la leche porque la oferta planteada nunca ha sido el resultado de una negociación sino de una imposición del comprador.
A su juicio, los mayores riesgos en la cadena de valor en un escenario sin cuotas no están en los ganaderos, que se han modernizado, sino en la industria, «que non fixo os deberes porque so se adica a envasar leite líquido». «O escenario sen cuotas ten ventaxas se a industria espabila para transformar con valor unha maior materia prima», asegura.
Esta noticia se ha hecho con las aportaciones de Mario Beramendi, X. R. Alvite, P. Viz, B. Capelán, D. Cela y A. F. Cuba.