Renfe obvió su propia normativa al no atender el aviso de peligro interno sobre la curva de Angrois
GALICIA
La defensa del maquinista también pide que un cargo del ADIF aclare por qué no se analizó el riesgo en esa zona de la línea
30 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La defensa del maquinista del Alvia accidentado en Santiago ha iniciado una ofensiva judicial para implicar también a Renfe en la gestión del riesgo de la curva de Angrois y, al tiempo, pide que se llame a declarar, como investigado o como testigo, al responsable de la Dirección de Instalaciones y Control de Tráfico del ADIF, para que aclare por qué este departamento defendió la exclusión de la curva de Angrois y el enclavamiento de Santiago del preceptivo análisis de riesgos, un vacío que los abogados del maquinista califican de «negligencia», aportando las actas del ADIF donde se evidencia que se impuso la renuncia a este análisis. También solicita al juez que se cite a los peritos aportados por esta defensa (Pilar Calvo y Ángel Luis Sanz Cubero) para que ratifiquen sus informes.
El abogado del maquinista, Manuel Prieto, retoma la gestión del aviso de peligro que el jefe de maquinistas de Ourense, José Ramón Iglesias Mazaira, remitió el 26 de diciembre del 2011, por correo electrónico, a su superior inmediato, José Luis Rodríguez Vilariño, en el que denunciaba la falta de señalización en la curva de Angrois, donde los trenes como el Alvia debían reducir de 200 a 80 por hora «en una zona de máxima atención y riesgo».
La novedad que revela ahora el abogado del maquinista Francisco José Garzón Amo es que, pese a que Renfe acusó al jefe de maquinistas de no utilizar el canal reglamentario para transmitir su denuncia, realizada año y medio antes del accidente de Angrois, la operadora ferroviaria pudo no haber aplicado su propio sistema de gestión de seguridad (SGS) relativo a los riesgos relacionados con el factor humano, en el que se identifican dos fuentes para la detección de peligros. Por un lado, «los servicios operativos, cuando detecten un hecho o suceso potencialmente peligroso desde el punto de vista de la conducta humana». Por otro, establece los canales válidos para poner en conocimiento estos riesgos: a través de los controles rutinarios «o de los reportes de la tarea o entorno del personal operativo (informes de maquinistas, correos...».
Para la defensa del maquinista, imputado en la causa junto a los que eran responsables de Seguridad en la Circulación de Renfe y el ADIF, uno de los cauces establecidos por Renfe en su propia normativa para la comunicación de peligros «son los correos», que es el medio que utilizó el jefe de maquinistas de Ourense. Y lo envió a un responsable, Rodríguez Vilariño, que forma parte del departamento de Seguridad en la Circulación, pese a que el responsable imputado de este departamento, Antonio Lanchares, asegura que el aviso nunca llegó a su dirección.
El propio Lanchares firma el SGS donde se valida esta fórmula de comunicación, pese a asegurar que no se siguió el cauce reglamentario. Los partes a los que se refieren como preceptivos, aduce el abogado en el escrito presentado ayer en el juzgado, son documentos de uso exclusivo para los maquinistas, «no para los jefes de maquinistas».
La defensa llama la atención al juez sobre la documentación reclamada a Renfe en octubre pasado relacionada con los análisis de riesgos en Angrois. Cree que todavía no ha sido presentada porque simplemente no existe. Son precisamente los documentos que echó en falta la Agencia Europea del Ferrocarril cuando elaboró su informe sobre la investigación oficial del accidente.
«Al maquinista no se le impartió más formación»
Renfe aseguró en su momento que la medida tomada tras el aviso de peligro sobre Angrois fue reforzar la formación. La defensa de Garzón Amo califica esta afirmación como «una de las grandes mentiras de la causa», pues asegura que al maquinista «no se le impartió más formación a raíz de la denuncia de Iglesias Mazaira».