El ADIF detecta 448 puentes con deficiencias en la red ferroviaria gallega
GALICIA
30 necesitan reparaciones urgentes y 13 de ellos están en el corredor atlántico central
05 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El informe que sustenta el Plan Director para el Corredor Atlántico, cuyas líneas generales ya adelantó La Voz hace unos días, supone un pormenorizado estudio de la situación de la red ferroviaria convencional, que en los últimos años ha sufrido un serio deterioro al centrarse las inversiones en el acceso de alta velocidad, descuidando en cierta medida las vías convencionales. El plan es en realidad un inventario de deficiencias de la red y de las perspectivas de modernización que pueden llevarse a cabo, especialmente en el eje estratégico incluido recientemente de forma oficiosa -aún queda el pronunciamiento del Consejo- en la red básica transeuropea. Se trata de acabar con la falta de fiabilidad de estas infraestructuras para hacerlas más atractivas a los operadores logísticos y reducir al máximo las incidencias que causan retrasos, 3.731 en solo cinco años. Para ello se prevé una inversión en Galicia y en la provincia de León de 989,8 millones de euros, de la que el 60 % se desembolsará entre el 2020 y el 2022. Aunque habrá reformas en los distintos trazados hasta el 2025.
Así, en los 1.370 kilómetros de red que se estudian se constata la necesidad de reparar 448 puentes y estructuras de paso que presentan «deficiencias». La mayoría están catalogados con el código C-2, en los que los trabajos se consideran necesarios, pero no tienen por qué ser inmediatos. Pero existen 30 estructuras en el nivel de daños C-1, aquellas que precisan una intervención urgente. Trece de ellas están situadas en el corredor básico estratégico que va desde León hasta Vigo vía Monforte y que discurre a través del eje atlántico de alta velocidad -con algunos tramos de red convencional paralela- hasta A Coruña y Ferrol.
En el diseño de actuaciones del ADIF y de Ineco -empresa de ingeniería pública que redactó el informe- se priorizan aquellas operaciones de mantenimiento para corregir deficiencias de alto riesgo, aunque no supongan en principio amenazas inminentes a la seguridad en la circulación. En cualquier caso se volverán a revisar todos los puentes y se llevarán a cabo las reparaciones que se consideren necesarias, en una zona en la que, por la proximidad del mar, es más habitual «la corrosión de los materiales férricos».
«Las actuaciones a desarrollar son las necesarias para reforzar y reparar daños y deficiencias, con el fin de evitar degradaciones y garantizar la aptitud al servicio de dichas estructuras», se asegura en el documento. En casi todos los casos se actuará antes en los puentes que no tienen afección en la superestructura -es decir, en los elementos de vía, seguridad y electrificación-, y que por lo tanto precisan de reparaciones en la parte inferior de la infraestructura. Más adelante, en coordinación con los trabajos para renovar los elementos de vía y energía, se acometería el arreglo de las restantes estructuras de paso. Con la estabilización de taludes, terraplenes y trincheras se seguirá una estrategia similar.
Hay que recordar que el objetivo es adaptar el eje estratégico León-Monforte-Ourense-Vigo-A Coruña a las características técnicas de interoperabilidad marcadas por Bruselas para las líneas transeuropeas, que deben ser coherentes y uniformes a través de las fronteras de los países de la UE. También hay que recordar que estas líneas, pese a que seguirá habiendo circulaciones de trenes de viajeros, se especializarán en cierta medida en mercancías, por lo que los puentes deberán soportar más peso. Las pruebas de carga serán cruciales para comprobar los esfuerzos a los que serán sometidas estas estructuras.
Más de 33 millones
En total, el Plan Director prevé invertir en la mejora y la revisión de todos estos puentes 33,2 millones de euros. La partida más importante (6,4 millones) se destinará a la línea de ancho métrico entre Ferrol y Vegadeo (Asturias), que arrastra un importante déficit de mantenimiento. En la línea que va de Ourense a Vigo vía Guillarei, y que también conecta con la frontera portuguesa, se inyectará la segunda inversión más relevante, con casi 6 millones de euros para la revisión, mantenimiento y reparación de los puentes.
Las deficiencias encontradas no tienen por qué ser graves, aunque si no se actúa puede agravarse el deterioro. Solo los puentes catalogados como C-1 necesitan reparaciones urgentes, que se acometerán mucho antes de que la estructura suponga un riesgo para la circulación.
En este sentido, hay dos puentes con deficiencias que obligaron a poner limitaciones temporales de velocidad para minimizar los riesgos. Se trata de un puente metálico «en mal estado» en la línea de la antigua Feve, en el tramo entre Viveiro y Ortigueira, por el que los trenes tienen que circular a 30 por hora. Y otro más en el tramo Neda-Ferrol, «con problemas estructurales de tablero y pilas», por el que no se pueden superar los 60 km/h.
El ADIF se plantea acabar con todas estas limitaciones temporales de velocidad (28 en toda la red) motivadas en la mayoría de los casos por deficiencias en la infraestructura y que, muy a menudo, obligan a los trenes a circular a 30 por hora. El administrador también se plantea la eliminación progresiva de todos los pasos a nivel (193 en total), priorizando aquellos que son cruzados por más vehículos al día.