Las empresas que controlan las aves en los tres aeropuertos deciden no seguir

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

La patronal del sector acusa a Aena de ofrecer «un precio tan bajo que no cubre gastos»

16 abr 2019 . Actualizado a las 11:17 h.

Las empresas de control de fauna que operan en los tres aeropuertos gallegos no optarán a la renovación del contrato por «la exigua oferta económica planteada por Aena, que no cubre ni siquiera los gastos laborales de personal cualificado». La Asociación Española de Empresas de Control de Fauna advierte que la bajada de los presupuestos que el operador aeroportuario ha acometido en los servicios de disuasión y captura de animales en los recintos aeroportuarios «pone en peligro la seguridad aérea, por lo que tenemos el deber de hacer pública nuestra gran preocupación por el estado del servicio en la mayoría de aeropuertos de la red de Aena», señala el colectivo empresarial que representa a 22 sociedades presentes en la mitad de los aeropuertos españoles.

La misma patronal advierte que se plantea informar a la Fiscalía de la situación actual de este servicio por si se deriva «alguna responsabilidad por inducir a reducir los estándares de seguridad», que entienden que se estaría produciendo por la imposibilidad de contratar técnicos debido a los bajos salarios que pueden ofrecer, «o las jornadas de trabajo superiores a las quince horas» que aseguran que tienen que hacer los trabajadores y autónomos que dirigen las empresas en un servicio que se presta desde que sale el sol hasta el ocaso.

Aena ha sacado a concurso la renovación del control de fauna en 32 terminales, entre ellas las tres gallegas, a un precio anual de 62.988 euros para Alvedro y 57.127 tanto para Lavacolla como para Peinador, que incluirían a un equipo de entre tres y cuatro trabajadores y un experto en censos de animales en los casos de Vigo y Santiago, y un equipo todo el año, más otro de noviembre a febrero, en A Coruña.

Por el salario mínimo

Dicho montante hace «imposible» acometer contrataciones de trabajadores por poco más que el salario mínimo, señala la asociación, que resalta que el personal tiene que estar formado en biología, ornitología, control de perros que se utilizan en los servicios e incluso uso de armas y licencia para abatir jabalíes, detectados también en los recintos aeroportuarios gallegos debido a su cercanía con zonas boscosas y montes. «Esas exigencias, a las que se une la dotación de material complejo, vehículos y halcones adiestrados y perros, es imposible por ese dinero», mantiene el colectivo de empresas de control de fauna, que señala que la decisión de las firmas presentes en Galicia de no presentarse al nuevo concurso se repite igualmente en muchos otros aeropuertos.

«Se está empujando al sector a un estado de precariedad impropio de un servicio imprescindible para la seguridad de los pasajeros», reitera la organización empresarial que añade que se «está echando mano en algunas terminales de aficionados a la cetrería o trabajadores del sector de otras infraestructuras que carecen de formación y experiencia para el uso de halcones en aeropuertos».

Las empresas que secundan la protesta señalan que como mínimo el concurso debería alcanzar 80.000 euros por aeropuerto únicamente para poder cubrir gastos de personal, añadiendo que en esta misma década se superaban los 120.000 euros por terminal, y que las exigencias técnicas y de personal han crecido.

La Asociación de Empresas de Control de Fauna advierten que estarán vigilantes «sobre la solvencia técnica de las empresas que se puedan presentar» a los concursos en los distintos aeropuertos, además de estudiar las responsabilidades subsidiarias en las que pudiera incurrir Aena «por incumplimientos laborales de las empresas contratadas».

Las tres pistas requieren de 21 halcones y un perro

La presencia de animales en las inmediaciones de los tres aeropuertos gallegos es alta, e incluso muy notable en el caso de Alvedro, a causa de la proximidad de la costa y de la movilidad que tienen en dicho entorno las gaviotas, la abundante nidificación existente en las islas Sisargas e incluso la atracción que ejerce la planta de Sogama en Cerceda, el principal punto de gestión de residuos de Galicia. Esa actividad animal sobre las pistas gallegas, en las que además de aves se han divisado gatos e incluso jabalíes, obliga a contar de manera permanente con el servicio de control de fauna.

Para el servicio en Alvedro se exigen siete aves de presa, habitualmente halcones; seis en el caso de Lavacolla, además de al menos un perro adiestrado, y ocho aves en Peinador.

Los perros, presentes hasta ahora también en Vigo por la alta incidencia de la niebla, con la que no operan los halcones, pueden tener un coste de unos 4.000 euros más el gasto en adiestramiento para que puedan moverse en ambientes de alto nivel de ruido generado por los motores de las aeronaves y obedezcan siempre a su guía pese a las distracciones que puedan generar con su trabajo el resto del personal del aeropuerto, los aviones y los demás transportes.

El precio de los halcones varía entre 1.000 y 3.000 euros, y además hay que adiestrarlos y contar con animales de reserva, pues son comunes sus lesiones al interceptar grandes gaviotas, o incluso su pérdida. Los equipos deberán estar dotados también de señales de disuasión sonoras, como las emitidas por aves rapaces, pirotecnia y láser.