El tocomocho, el abrazo cariñoso, el de la estampita y otros timos que pensabas que ya no existían

Iago García
Iago García REDACCIÓN | LA VOZ

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Parecía que se habían extinguido, pero el engaño sufrido por el constructor David Pillado en Santiago, que le costó 30.000 euros, pone de nuevo de relevancia estos casos, que siguen vigentes

30 ago 2019 . Actualizado a las 16:44 h.

Parece increíble que alguien que ha sido promotor inmobiliario y secretario del PP de Santiago pudiera caer en un timo como el del tocomocho. Sí, a David Pillado una mujer le dijo que tenía varios boletos de lotería premiados (los timadores pueden citar cualquier premio falso, no se fíe) y que le urgía cobrarlos porque necesitaba el dinero para viajar a Asturias (como si es a Hawai, a Coristanco o a la Cochinchina; da igual, siempre hay una argucia). En este timo, no suele faltar un compinche, que se encarga de intervenir para hacer ver a la víctima la «oportunidad irrepetible» que se está perdiendo. En este caso se trataba de otra mujer, al parecer ambas españolas, según el relato de Pillado. Al octogenario, en todo caso, algo no le cuadró cuando de camino al banco para cobrar el premio falso las timadoras se pusieron nerviosas, él se tiró en marcha y al final le arrebataron un maletín con 30.000 euros.

El timo de la estampita

Similar al del tocomocho es el de la estampita. Aquí el engaño no reside en un falso premio sino que alguien se hace pasar por una persona con pocas luces que porta una gran cantidad de efectivo a la que no da importancia. Le comenta al primo de turno la jugada -el timado- y otro estafador, el listo, lo azuza para que pique. Al final, en el sobre que se entrega hay unos papeles cualquiera. Para cuando uno se da cuenta, los timadores volaron -y nuestro dinero de verdad, también-.

Cualquiera puede ser el siguiente, y por eso hay consejos que las fuerzas de seguridad tienen para evitar este tipo de fraudes. Pero básicamente se reducen a dos refranes populares. El primero, nadie da duros a cuatro pesetas. El segundo, oro parece pero plátano es. Desconfía de toda ganga que alguien que se escuda en el anonimato ofrece. Sé cauteloso y exige garantías.

El abrazo cariñoso

Este hurto, como tantos otros, suele afectar a personas mayores. Abordan a las víctimas en la calle o en su casas con cualquier estratagema, una petición de firmas o la indicación de un lugar próximo. Tras esta interacción y en señal de agradecimiento abrazan o intentan besar al timado o timada, aprovechando para birlarle algún objeto valioso que lleve, como joyas o tecnología. Esta técnica «de despiste» se ha dado algo transformada en los últimos tiempos en el Metro de grandes ciudades. Los delincuentes le indican a la víctima que tiene una mancha a la espalda. Actúan en pareja, y mientras uno distrae al damnificado, el otro le roba una maleta, el maletín del portátil, una mochila apoyada en el suelo...

El del gas siempre llama dos veces         

O cuando toca, o cuando quien llama a tu timbre es un timador. Precaución y cautela ante las falsas revisiones de suministros que tengamos contratados en casa. Normalmente, si la canalización llega a nuestro domicilio y recibimos factura, suele informarse en esta de cambios y visitas de personal cualificado. En otras ocasiones, cuando por ejemplo la instalación es de butano, suele informarse a las comunidades mediante circulares en el portal. También debemos, si encargamos bombonas, solicitar información a nuestro distribuidor y pedir las revisiones, cuando toquen, nosotros mismos. Si no se cumplen las premisas anteriores, solicita a quien se haga pasar por técnico su identificación de empleado. Normalmente, además, nunca son ellos los que reciben el pago, suele hacerse bien en la factura siguiente o ante la oficina de la que dependa.

El timo de la rotonda (y otros derivados sobre ruedas)

En Vigo hubo un boom del denominado timo de la rotonda no hace mucho. Los implicados se conocían entre ellos y se ponían de acuerdo para crear accidentes. Todos sabían de antemano lo que iba a pasar y después hacían lo posible para cobrar indemnizaciones de las aseguradoras. Los acabaron pillando.

En todo caso, las mafias internacionales se conocen otras estafas sobre ruedas. Por ejemplo, un coche circula repetidamente por el carril exterior de una rotonda hasta que otro vehículo que va por dentro intenta salir, poniendo el intermitente. Se las arregla para provocar el coche sea como fuere y como el código de circulación le da la razón, ya puede solicitar una indemnización. Aunque en nuestro país no es habitual, en otros triunfa el falso atropello, algo que ha provocado que cada vez más vehículos incorporen cámaras para que los engaños no se produzcan. 

La banca electrónica nunca te pide tus claves fuera de su web o app oficial 

Ahora que cada vez el comercio electrónico está más presente, terminamos con un consejo. Procura hacer las compras on-line en las apps de las plataformas o en sus webs. Fíjate en la URL en el navegador, la dirección siempre debe ir precedida de un candado y tener el protocolo «https». Si operas con tu banco por internet hazlo en la app oficial a través del móvil o en su web. Nunca llegues por medio de otros enlaces, da igual si es un correo electrónico que se hace pasar por tu identidad u otra web cualquiera (esta técnica que emplean los hackers se denomina phishing). En cualquier caso, ante una compra, exige siempre una verificación en dos pasos, que suele consistir en cerrar la operación mediante el envío de un sms a tu móvil. Si no estás seguro, no compartas los datos de tu tarjeta. Una cuenta de PayPal, servicio al que accedemos con un perfil personal, evita compartir información bancaria. Cada vez más plataformas de venta y webs de compras lo incluyen como método de pago.   

Si conoces más timos, o has sufrido alguna estafa, puedes dejarnos tu comentario y ayudar al resto de lectores a evitarlos.