
La fase final del AVE está garantizada en los Presupuestos vigentes
09 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.José Luis Ábalos, aún ministro de Fomento en funciones, es una muleta clave para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y nadie duda de su continuidad en el Ejecutivo que el recién investido presidente presentará la próxima semana. Junto con Carmen Calvo, son las dos grandes cabezas políticas del sector socialista en el Consejo de Ministros. Salvo sorpresa mayúscula, su continuidad al frente del ministerio con más presupuesto y más empresas públicas dependientes -algunas del tamaño del ADIF, Renfe o Correos- es algo que dan por hecho todas las personas consultadas. Es necesario, además, que en un departamento como este se sitúe a alguien con un perfil más político y con un puesto clave en el partido, pues los asuntos territoriales son claves en este ministerio. Hay que negociar con las comunidades autónomas, con los alcaldes... Su dimensión institucional solo es comparable a la gran cantidad de dinero que maneja: cerca de 17.500 millones de euros estaban previstos en los Presupuestos socialistas que no se pudieron aprobar.
Aunque los asuntos en materia de infraestructuras que afectan a Galicia están por el momento salvaguardados con los Presupuestos de Montoro que siguen vigentes, la continuidad de Ábalos en Fomento es relevante para proyectos como la finalización del tren de alta velocidad, que, aunque no depende de la voluntad política -está en una fase final puramente técnica-, es necesario que no haya volantazos en la política del ministerio para que llegue a buen puerto a pesar de los retrasos acumulados, máxime cuando en el Consejo de Ministros habrá ahora representantes de una opción política que cuestiona estas inversiones. A pesar de los rumores que surgieron hace unos meses sobre un eventual cese de la actual presidenta del ADIF, la gallega Isabel Pardo de Vera tendría ahora muchas más opciones de continuar.
También las posibilidades que se abren en la AP-9, desde la transferencia a la Xunta hasta los eventuales descuentos, estarían en una mejor posición con el equipo con el que fueron negociados, pues las llamadas de Adriana Lastra a distintos cargos de Fomento fueron habituales durante la negociación con el BNG. Incluso la modernización del ferrocarril convencional interior -una ambiciosa quimera que habrá que concretar- puede acomodarse al plan director que con este fin diseñó Ineco para el actual equipo de Fomento.