Los agentes forestales advierten una mejora en la conciencia popular sobre los incendios
06 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El drama que para Galicia suponen los incendios ha ido provocando no solo la mejora permanente en los planes para combatir el fuego sino también el incremento de medios para investigar las causas, tanta veces intencionadas. El 2019, el último año del que hay estadísticas de incendios y condenas, expone una radiografía bastante clara de la enorme dificultad que supone esclarecer el delito y conseguir una sentencia condenatoria para aquellos a quienes los investigadores señalan como presuntos autores. Se contabilizaron 1.653 incendios que derivaron en 45 juicios con sentencia y 37 personas condenadas. La policía autonómica, con una unidad dedicada al esclarecimiento de estos fuegos, investigó a 73 personas. No todas llegaron a ir a juicio.
Los investigados por la policía autonómica fueron 73 en 2016; 92 en 2017, 43 en 2018, 73 en 2019, 56 en 2020 y 31 en lo que va de este año. En cuanto a las condenas, el año en el que se registraron más fue 2019, con 37. El año anterior habían sido condenadas por incendios forestales 23 personas. No todas lo fueron por una actitud criminal, sino que en este apartado entran también posibles negligencias, por ejemplo, en quemas controladas.
A los miembros de la UIFO no les preocupa la estadística. Saben de la dificultad de encontrar pruebas fehacientes contra los incendiarios: «Si no los cogemos in fraganti o conseguimos que confiesen a base de interrogatorios, es muy difícil que sean condenados», relata el agente Luis Zarko. Esta circunstancia genera una paradoja: aquellos que son detenidos en el momento de poner fuego acaban recibiendo condenas muy leves ya que el propio hecho de que fueran sorprendidos cometiendo el delito provoca que ese delito sea pequeño, dado que el incendio es rápidamente sofocado.
Los agentes de la UIFO ponen en valor sin embargo una mejora, no solo en los medios para combatir o investigar los incendios, sino también en la conciencia popular: «Hay muchos menos fuegos, aunque también es verdad que son más grandes», dice el coordinador, José María Carlés, que añade, entre los avances que les han facilitado el trabajo, las fajas de protección de las casas: «Antes estábamos mucho tiempo defendiendo a las personas, ahora ese tiempo se dedica a extinguir los incendios», señala el coordinador.
La UIFO, como entidad investigadora independiente, ha arrancado en un año con una actividad incendiaria por debajo de lo normal. Pero a sus componentes no les gusta enfocarlo así: «Estamos en septiembre —dice Xosé Calvo, agente de la unidad—. Y en septiembre se secan las fuentes, la vegetación y los helechos se caen». Lo están empezando a ver sobre todo en la provincia de Ourense, donde el estado del combustible exige una enorme precaución y el riesgo de incendio es muy notable.