En este mes de diciembre, los ingenieros de caminos estamos de celebración. El motivo son las grandes obras ejecutadas para hacer posible la llegada del AVE a Galicia. Por ello, hemos realizado una exposición en el Cantón Grande de A Coruña, complementada con otra en la Fundación Barrié. La construcción de la línea de alta velocidad Madrid-Galicia es una de esas actuaciones en infraestructuras que pasan una vez en la vida. Si la dividiésemos en secciones o tramos, cada uno de ellos sería en sí una gran obra.
Los titulares periodísticos hablan del dinero invertido y de la reducción de tiempos de viaje. Es lo normal. Sin embargo, a nosotros nos gusta más hablar de los ingenieros/as que la han construido, de la Administración y de las empresas en las que trabajan, de los logros técnicos realizados, de la gran dificultad superada.
Hablar, en definitiva, de esta ingeniería que ahora ha permitido mejorar la conexión de Galicia con el resto de España, y que desde siempre ha servido para mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestro país.
Recuerdo que en una charla sobre puentes que organizamos en el Colegio de Ingenieros de Caminos alguien comentó, hablando de un gran puente ferroviario, que aunque viajaba mucho por la línea en la que estaba ubicado, no podía verlo nunca, pues al ir dentro del tren pasaba por encima. Esto mismo va a pasarnos repetidamente cuando tomemos el AVE a Madrid. Toda esa gran obra de construcción de la plataforma, los puentes, los larguísimos túneles, todos pasarán de largo sin llamar nuestra atención.
Y aunque es normal que sea así, para nosotros es importante hacer visible a la sociedad el trabajo realizado por los planificadores, proyectistas, constructores, conservadores y explotadores de esta magnífica actuación. Dar a conocer la extraordinaria excelencia de la ingeniería española, extendida por todo el mundo, y con tan magníficos referentes en Galicia.
Por ello, desde nuestro Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, apostamos por una ley de la ingeniería que sirva para su reconocimiento, su crecimiento y su modernización.
No puedo terminar estas líneas sin agradecer la contribución de los ingenieros/as que trabajan en el ADIF y en otras Administraciones, así como en las empresas de consultoría, de construcción, auxiliares…, que han hecho posible que por fin el AVE aterrice en Galicia. Enhorabuena.
Enrique Urcola Fernández-Miranda es decano del Colegio de Ingenieros de Caminos de Galicia