Puig se desmarca de la política fiscal del PP: «No tiene nada que ver». El presidente gallego reclama a Moncloa que desbloquee los fondos europeos en la segunda jornada del Foro La Toja
30 sep 2022 . Actualizado a las 23:07 h.Lo intentó la moderadora del debate, Edelmira Barreira. También el presidente gallego Alfonso Rueda y, sobre todo, su homólogo andaluz Juan Manuel Moreno, que seguía aún molesto con el Ejecutivo central por el impuesto «a los ricos» que, a su parecer, sirve solo para enmendar la supresión del impuesto sobre el patrimonio que aprobó en su comunidad. El debate sobre la reforma fiscal no terminó de centrar la mesa que cerró este viernes la segunda jornada del IV Foro La Toja-Vínculo Atlántico, en la que participaban ambos barones del PP y los socialistas Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, y María Chivite, de Navarra.
Los ponentes fueron llegando a cuentagotas por la manifestación contra la situación de la atención primaria que bloqueaba el único puente que conecta con la isla. La última en hacerlo fue Chivite, que a lo largo de más de hora y media de debate entre los cuatro presidentes eludió entrar en materia fiscal. No en vano, gobierna una comunidad con su propio régimen, al igual que el País Vasco. De ahí que la dirigente navarra enfocase el debate del reto demográfico —título sobre el que pivotaba la conferencia— hacia la vivienda, el empleo y las medidas de conciliación.
El primero en ser recibido por Rueda fue Ximo Puig, que ante los medios dejó clara su distancia con el PP, ya que su propuesta fiscal —deflactar los tramos del IRPF hasta los 60.000 euros— «nada tiene que ver» con las que plantean los gobiernos populares. Reafirmaba así su «altísimo nivel de coincidencia» en materia fiscal entre su Ejecutivo y el de Pedro Sánchez.
Moreno hizo los mayores esfuerzos por llevar el debate hacia la fiscalidad. Rueda se unió con alguna alusión, pero dirigió su discurso a repasar medidas como la gratuidad en las escuelas infantiles, la Lei de Impulso Demográfico y los «impuestos cero» en el medio rural.
El presidente andaluz expuso que, cuando llegó al Gobierno, el censo había bajado en 18.000 personas. Desde entonces, aumentó en 109.000, con 281.000 nuevos contribuyentes tras las últimas reformas fiscales. «Algunas figuras tributarias que hemos ido reduciendo han hecho que venga gente a invertir», dijo el jefe del Ejecutivo andaluz. Afirmó así que las políticas de fijación de población tienen «mucho que ver con la economía, en ser más competitivos».
Aprovechó este discurso para referirse a la bonificación total del impuesto sobre el patrimonio, similar a la de Madrid y que, en el caso de Galicia, se cubre la mitad. Dijo que con esta medida espera que los más de cien mil extranjeros que no fijan allí su domicilio fiscal debido a la existencia de este gravamen «anacrónico» terminen haciéndolo. «Si esos 100.000 decidieran fijar su domicilio fiscal en Andalucía, ingresaríamos por IRPF una cantidad hasta 15 veces superior», estimó.
Si en la necesidad de rebajar impuestos se pusieron de acuerdo Alfonso Rueda y Moreno Bonilla, este último terminó alineándose también con el valenciano Ximo Puig a cuento de la financiación autonómica. Ambos coincidieron en que la fórmula sobre su reparto debe replantearse y, tras años advirtiendo sobre esta necesidad, el socialista denunció que «no puede eternizarse como cuestión insolucionable», recordando que ya el expresidente Mariano Rajoy le había dicho que era una cuestión «muy complicada».
«A algunos nos aprieta más que a otros», manifestó Puig, que buscó, y encontró, la complicidad de Moreno Bonilla. Citó como grandes perjudicadas a Valencia, Andalucía y Murcia, uno de los bloques con posiciones comunes sobre la financiación, de la misma forma que Galicia configura otro con los territorios del norte. «Hay que buscar una solución para esta situación», demandó, afirmando que esta «no puede ser injusta». El presidente andaluz asintió, subrayando la importancia de «mejorar» la financiación autonómica y «repensar» el modelo actual.
Alfonso Rueda reconoció que el reparto de los fondos europeos le preocupa «muchísimo». Analizó que España es el país más descentralizado del continente, pero que optó por el modelo «más centralizado». «Los fondos están embalsados, hay miles de millones de euros que se distribuyen a través de PERTE que no se mueven», reprochó el presidente gallego, que advirtió que «no hay uno dedicado al reto demográfico», apostilló. «Y se me ocurren muchas iniciativas», añadió.
El presidente gallego se reivindicó así como el más crítico en este tema con el Gobierno central en la mesa de debate, exponiendo que esa centralización de los fondos europeos impide que la mayoría de las empresas haya podido acceder a ellos. Solicitó así al Ejecutivo de Pedro Sánchez que permita a las comunidades autónomas gestionarlos directamente.
El andaluz Moreno Bonilla expuso también otro problema que, a su parecer, frena las medidas de impulso demográfico, como el exceso de burocracia. «Es terrorífica», valoró, enumerando la «dispersión normativa» con marcos locales, autonómicos, estatales o europeos. «Hay que hacer un esfuerzo para que la burocracia sea la menor posible», animó.