Abandonó la casa de su anfitrión en Sanxenxo pasadas las cinco de la tarde y despegó de Peinador hacia las seis; puso fin así a su segunda estancia en Galicia desde que se marchó a Abu Dabi, esta vez sin hacer ninguna declaración pública
23 abr 2023 . Actualizado a las 21:55 h.El avión del rey emérito despegó esta tarde del aeropuerto de Vigo con destino a Vitoria, poniendo fin a su estancia de cinco días en Galicia, en la que ha sido su segunda visita a España desde que en el 2020 se marchó a vivir a Abu Dabi. Aterrizó en el aeropuerto vitoriano de Foronda pocos minutos después de las siete. Como ha sido habitual durante toda esta visita privada, acude sin agenda, por lo que se desconoce el motivo de su recalada en el País Vasco, aunque cabe recordar que ha visitado la capital alavesa con anterioridad por motivos personales relacionados con temas médicos.
Corría la media tarde cuando Juan Carlos I dejó tierras gallegas. Tras haber notificado su tripulación diversos horarios para su partida, finalmente fue tres minutos antes de las 18 horas cuando el vehículo conducido por su amigo, el regatista y empresario Pedro Campos, entró en el lado aire del aeropuerto de Peinador, para dejar a don Juan Carlos al pie del mismo avión que le trajo el miércoles desde Londres, y que antes le había conducido a la capital británica desde Abu Dabi.
Tampoco en Vigo el exmonarca hizo declaraciones a los profesionales de la comunicación allí congregados, accediendo incluso el vehículo con cierta celeridad, aunque permitiendo al rey emérito saludar desde el puesto de copiloto. El padre del rey Felipe VI, que tienen 85 años, bajó del coche con asistencia, antes de subir por sí mismo al Bombardier Global 5000 de la aerolínea Royal Jet, firma considerada en el top mundial de la aviación de lujo y presidida desde hace cuatro años por el jeque Mohammed Bin Hamad Bin Tahnoon Al Nahyan. La compañía tiene base fija en la terminal VIP del aeropuerto Internacional de Abu Dabi.
Si previamente se comunicó al aeropuerto que la salida de la aeronave se llevaría a cabo a primera hora de la mañana de hoy, tras permanecer inmovilizada en la pista viguesa desde el miércoles, la partida se trasladó después para el inicio de la tarde, variando la previsión de despegue en varias ocasiones. El vuelo, en todo caso, no fue programado hasta poco antes de su partida efectiva, que finalmente se produjo con destino a Vitoria, en el que será su segundo aterrizaje en suelo español antes de volver a Abu Dabi. Un discreto dispositivo policial se desplegó poco antes de su llegada en el aeropuerto del sur de Galicia, incluida una unidad del equipo Pegaso de la Guardia Civil, que desde la torre de control del aeropuerto desenfundó un fusil antidrones para neutralizar cualquier dispositivo aéreo de este tipo que pudiese manipularse en las inmediaciones de la pista.
Discreción, viajes en coche y mucho tiempo en casa de su anfitrión
Como una hora antes de despegar, hacia las cinco y cuarto de la tarde, Juan Carlos I dejaban el chalé unifamiliar que su amigo Pedro Campos tiene en Nanín (Sanxenxo) y en el que se ha hospedado durante su estancia en Galicia. Igual que todos estos días, lo hacía como copiloto de Campos, con la ventanilla subida y un ligero gesto de saludo, pero sin una frase para la prensa, que no ha tenido ocasión de recoger ninguna declaración del rey emérito en los cinco días que ha pasado en la localidad pontevedresa. El vehículo enfiló la PO-308 en dirección a Pontevedra, la misma que tomó el miércoles Campos cuando fue a recoger al exmonarca al aeropuerto de Vigo.
En su quinto y último día de estancia en Sanxenxo, el rey emérito tampoco pudo disfrutar de la sensación de surcar las aguas pontevedresas a bordo del Bribón, ni de la adrenalina de volver a participar en una competición de vela. Como ya sucedió el sábado, la combinación de oleaje y viento que había esta mañana en la ría no impidió que se celebrase la prueba prevista, pero sí desaconsejó que el rey estuviera a bordo del Bribón para disputarla, por lo que no pudo participar en la victoria del Bribón 500, que se alzó con el triunfo en la Volvo Autesa Cup, la competición celebrada este fin de semana en la ría de Pontevedra. El barco del emérito será, junto con su principal rival, el Titia, representante español en el Mundial de Cowes (Isla de Wight, Reino Unido) a finales de agostos y principios de septiembre.
Como el sábado, el exmonarca salió de la casa que Pedro Campos, su amigo y anfitrión, tiene en Nanín al filo de las once de la mañana. De nuevo con las ventanillas bajadas. De nuevo sin declaraciones a los medios, a los que volvió a dedicar un saludo alzando la mano, mientras dejaba Nanín rumbo al puerto deportivo de Sanxenxo. Allí llegaba poco después, dirigiéndose directamente al varadero del espigón, donde estaban amarradas las embarcaciones que iban a disputar la que debería haber sido la tercera prueba de la competición, de no haberse suspendido la de ayer por la tarde.
Juan Carlos I no llegó a salir del coche. Sí lo hizo Campos. No fue mucho el tiempo de espera hasta que se tomó la decisión de que las condiciones meteorológicas no hacían aconsejable que el exmonarca se uniera al resto de la tripulación del Bribón 500. Pusieron entonces rumbo de vuelta al chalé de Nanín, como ya hicieran el día anterior. Allí ha pasado el padre de Felipe VI el resto del día, mientras se especulaba sobre si abandonaría Galicia este mismo domingo, o podría alargar su estancia hasta el lunes.
De hecho, entre el viaje de ida y vuelta entre el aeropuerto de Vigo y su residencia temporal en Sanxenxo, los desplazamientos por la villa para acercarse el puerto deportivo, y las prolongadas estancias dentro del coche de Pedro Campos el sábado y domingo esperando a que mejorase la climatología para decidir si regateaba o no a bordo del Bribón, durante su estancia en Galicia Juan Carlos I casi pasó más tiempo dentro del coche que a bordo del barco preparado para que lo patronease. No pudo disfrutar apenas de la navegación (el jueves entrenó algo más de horas y media por la ría de Pontevedra y el viernes apenas media hora, antes de volver a puerto por la lluvia), pero se ha avanzado que podría intentar regresar para capitanear el Bribón incluso antes de este verano.