EL FRITO MÁS DESEADO La representante de actores más famosa de Netflix es fan de este manjar que viene de Soria cargado de calorías. Aparta el humus con crudités y las semillas de chía y deja sitio para este clásico que resurge y es ya un entrante «cool» en las bodas
28 ago 2018 . Actualizado a las 21:18 h.En la segunda temporada de Paquita Salas, la representante de actores más famosa de Netflix viaja al festival de cine de Tarazona, en la provincia de Zaragoza. Paquita Salas solo tiene recuerdos buenos de este festival. En especial uno: los torreznos del Amadeo 2, los mejores del mundo para el personaje estelar creado por los Javis. El comienzo brillante de este capítulo, en el que Paquita se da de bruces con la dura realidad y los efectos de la globalización -su apreciado Amadeo 2 es ahora una tienda de la cadena Tiger-, hace que muchos saliven al pensar en esos torreznos que habían hecho tan feliz a Paquita en los años noventa. Crujiente y con la dosis suficiente de calorías para comerlos con las manos en los ojos, este manjar castellano vuelve al ruedo de los platos más deseados.
Según la Real Academia Española, el torrezno es un trozo de tocino frito o preparado para freír. Es un clásico entre los clásicos que Paquita Salas volvió a colocar en el radar del olfato y el gusto de muchos. Con un gin tonic de Larios, solo para valientes, o con una cerveza, hoy en YES os contamos la clave del éxito de esta fritura tan sabrosa. «Ponme unos poquitos de estos picatostes que los voy a poner de entrante». En Monte Gómez Delicatessen, en A Coruña, sus clientes ya han caído en la tentación. El manjar espera en el escaparate con un cartel que cuenta orgulloso su origen: torreznos de Soria. «Son los más sabrosos y los que tienen el sello de garantía. Se distinguen porque tienen un mínimo de grasa», cuenta Karen Gómez, la responsable de este paraíso del jamón y los embutidos. En la provincia castellana presumen de receta; tienen hasta un concurso anual para elegir al mejor torrezno del año. Un premio cargado de calorías que Paquita Salas seguro que acompañaría de un gin tonic de Larios.
APUNTA LA RECETA
En YES queremos saber cuál es la clave para conseguir un torrezno perfecto. Y nos la dan: «El torrezno es la panceta de cerdo, pero no una panceta cualquiera: la original, la buena, lleva una proporción concreta de magro de cerdo, otra de tocino y otra de corteza». Tenemos la materia prima en la nevera. ¿Qué más hace falta? «Primero se adoba con pimiento, ajo y sal y se deja unos días así. Después hay que precocinarlo al horno antes de freírlo». Y llegamos al momento de echarlo a la sartén, el más crítico de todo el proceso para acertar con el resultado, según Karen, y el que hará que consigamos un buen o un mal torrezno: «Lo fundamental para que sepa bien es la fritura, que quede con burbujas, bien crujiente, y que no haya un borde que moleste al masticar».
DE MODA EN BODAS
Se puede servir entero o cortado en trocitos del tamaño justo para meterlo en la boca sin pestañear. En otras zonas de España, como en Salamanca, Karen cuenta que el torrezno es tan apreciado como, por ejemplo, el pulpo: «Se está poniendo de moda en las bodas dar en los aperitivos cucuruchos con torreznos». Son el entrante más cool. En Galicia, el público se deja querer por su sabor. A los mayores también les traen recuerdos de otra época: «Hay gente que nos comenta que los comía cuando eran pequeños, que se lo preparaba la abuela. Tienen una historia detrás». La tentación es grande, pero el deseo de que esa corteza se deshaga entre los dientes, enorme: «Hay personas, sobre todo las mayores, que a lo mejor ya no pueden comer tanta grasa y tienen que cuidarse y que, aún así, nos dicen ‘ponme unos gramitos de los torreznos, ¡están tan buenos que no podemos dejar de tomarlos!’».
Karen reconoce que son un vicio: «Es como comer pipas, una bomba calórica muy rica». Nada comparable, según esta amante de la comida favorita de Paquita Salas, «a la comida basura. Donde esté un buen torrezno que se quite la pizza o hamburguesa. ¡No hay color!». Entre los fans de los torreznos, hay para todos los gustos: «A los niños les encantan, se vuelven locos con ellos. Y hay gente que los lleva para completar la comida del día». Da igual que sea verano o invierno, el torrezno de Soria entra bien con una cerveza o un vinito. E Instagram recoge los torreznos más lozanos para llevarse a la boca. Porque nunca unas cortezas de cerdo estuvieron tan a la última. Palabra de Paquita Salas.