Poco queda ya del oscuro pasado de esta emblemática finca; la reconstrucción iniciada por Condes de Albarei cuando adquirió la propiedad, hace ahora doce años, es ya una realidad y protagoniza un libro que desvela cómo se forjó el mejor rincón enoturístico de España, que ha sido tratado en un encuentro digital organizado por La Voz de Galicia
26 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando Condes de Albarei se hizo con Pazo Baión, hace ahora doce años, el primer paso que dio fue el de organizar un concurso de ideas para diseñar la que sería la nueva imagen de marca de este emblemático espacio. Formó un jurado con artistas de la talla de Paco Leiro, e intelectuales como Isaac Díaz Pardo, para elegir un símbolo que resumiese las intenciones que la bodega tenía para con esta finca, famosa hasta entonces por su relación con el narcotráfico. Fue un diseño titulado Metamorfosis el ganador. Simbolizaba la transformación que sufría la piedra que formaba las almenas de la entrada hasta convertirse en verdes granos de uva. La idea resume a la perfección el cambio radical que ha sufrido todo el entorno de Pazo Baión, donde los espacios hormigonados se han convertido en verdes jardines que esconden mil y un rincones en los que perderse, y la verja de acceso está siempre abierta, con un paseo arbolado que invita al visitante a entrar, a disfrutar y descubrir el que está considerado como el mejor rincón enoturístico de España
«A foto de Pazo Baión cambiou». Son palabras de Dolores Calvo, presienta de la cooperativa, durante la presentación de la reedición y actualización del libro en el que esta bodega cambadesa, formada por 400 socios, cuenta toda la historia del pazo. Porque esta finca ya existía a mediados del siglo XVI, cuando era conocida como el Mayorazgo de Fontán. «Aquí sempre houbo cultivo de viño branco, que era o viño das clases nobres», añade Xavier Zas, director de la bodega. La parte histórica del libro es obra de Xosé Fortes, «que se mergullou nos arquivos para reconstruír o pasado do pazo ata o día de hoxe», añadió Calvo. Recordó que Condes de Albarei ya ha escrito algunos renglones de esa historia, concretamente los de los últimos doce años, «e temos intención de escribir moitos capítulos máis». De toda esta historia se habló también en el foro que La Voz de Galicia organizó esta misma semana en el pazo, pues en él intervinieron los protagonistas de esta metamorfosis.
Durante mucho tiempo, esta finca fue la de mayor plantación de albariño amparada por la denominación de origen Rías Baixas, con una superficie de 22 hectáreas. Y Condes de Albarei tenía claro que de ese viñedo nacería la nueva gama prémium de la bodega, de la mano del enólogo Pepe Hildago, que se ocupa en el libro de la parte más enológica. Pazo Baión dio nombre al primer vino de finca de Galicia, elaborado en exclusiva con uvas de este viñedo, en el que se trabajó duramente, y todavía se hace, para ponerlo a punto. «É unha das nosas prioridades. Levamos doce anos traballando no viñedo, recuperando e replantando vides e iso se nota na calidade dos nosos viños», añade Zas. A media que esa recuperación se iba concretando, nacían nuevos vinos, como el Gran a Gran o el Vides de Fontán.
La arquitectura
Pero sin duda la transformación más espectacular es la que ofrecen los espacios al aire libre de la finca, obra del arquitecto César Portela. Sobre él recayó la tarea de sentar los cimientos para el nuevo Pazo Baión y lo hizo con una clara apuesta por la naturaleza. «Os pazos eran casas con moitos xardíns e plantacións, e cando chegamos aquí a metade da superficie estaba hormigonada», relata el arquitecto. Su objetivo estuvo claro desde el primer momento: «Tiñamos claro que os propietarios eran os 400 cooperativistas de Condes de Albarei e quixemos facer unha finca na que todos se sentisen cómodos, que puidesen vir coas súas familias e sentirse orgullosos de ter mercado isto», asegura.
Pazo Baión son muchos edificios, desde la antigua bodega, al pazo propiamente dicho pasando por el palomar y el edificio en el que estaba ubicado la bodega nueva. En todos esos inmuebles se han hecho reformas y se han creado nuevos espacios, como una tienda y un lugar de cata o un salón para eventos. Pero ha sido en el exterior donde la metamorfosis es más evidente. La entrada, por ejemplo, no parece la misma. Y eso que de la puerta solo se han eliminado las almenas, sustituidas hoy por esculturas de Sergio Portela. El cambio más evidente está en el paseo que da acceso al pazo, donde el hormigón ha dado paso a un empedrado rodeado de árboles. Y el viejo patio de la nueva bodega nada tiene que ver con lo que era, un espacio sucio que se utilizaba de almacén es ahora un espectacular rincón con una pérgola y rodeado de vegetación. Como este rincón hay mil repartidos por todo el pazo, desde el palmeral hasta la nueva fuente instalada al lado de la tienda o los bancos de piedra repartidos a la sombra de frondosos árboles al pie del viñedo. Y lo mejor es que todos ellos cambian con las estaciones del año, ofreciendo doradas tonalidades en otoño y un verde brillante en primavera y verano. «Hai moitas cousas por seguir facendo, pero queríamos facer un espazo no que os visitantes puideran elixir o seu lugar favorito segundo o humor do que se atopen», añade Portela.
Toda esta metamorfosis ha permitido que «donde antes había algo lúgubre hoxe está cheo de vida, e xerando emprego», asegura Zas. «Conseguimos transformar esta propiedade nun lugar máis frondoso, máis vital, máis humano... no mellor rincón enoturístico de España», añade Calvo. Por eso se hacía necesario reeditar y actualizar el libro que cuenta la historia de esta bonita metamorfosis. De cómo un lugar puede recuperarse de su pasado, por muy negro que este fuera. Pazo Baión es hoy un referente en el mundo, pero sobre todo es el orgullo de los 400 socios que lo vieron renacer.