Casa Marcelo (Santiago) y As Garzas (Malpica) entran en la categoría de Dos Soles, y otros seis locales de la comunidad obtienen su primera distinción
13 abr 2021 . Actualizado a las 10:14 h.En la gala de presentación de la Guía Repsol del 2020 aún no existía la distancia social y los cocineros lucían sonrisa en el photocall del Museo San Telmo de San Sebastián. Lucían sonrisa porque podían. Literalmente. Hace 14 meses estos chefs no se imaginaban que estaban a punto de vivir el que sería el año más calamitoso de sus carreras.
El permanente estado de duermevela de la hostelería ha dejado al sector en jaque y exhausto, por eso este tipo de reconocimientos se acarician de otra forma. Y los Dos Soles que han conseguido hoy Casa Marcelo (Santiago) y As Garzas (Malpica) se recogen en la comunidad con la misma alegría que el año pasado se recibía la noticia de que Culler de Pau (O Grove) entraba en el muy selecto grupo de los Tres Soles. En mundos gastronómicos paralelos, Casa Marcelo es riesgo, irreverencia y fusión; As Garzas, por su parte, ofrece al comensal tradición, delicadeza y purismo.
Los inspectores de este manual, además, han valorado positivamente el trabajo de Auga e Sal (Santiago), NaDo (A Coruña), O Balado (Boqueixón) O Camiño do Inglés (Ferrol), Miguel González (Ourense) y Loxe Mareiro (Carril), que consiguen su primer Sol Repsol en la edición del 2021, que se presentó ayer en San Sebastián.
La esquina noroeste peninsular sale especialmente bien parada en la guía de este año, pero las casas que estarán hoy en el foco mediático se encuentran en Cataluña y el País Vasco: las dos comunidades que, prácticamente de manera hegemónica, llevan la batuta de la alta cocina de nuestro país. Los restaurantes Alkimia (Barcelona), Miramar (Girona) y Elkano (Getaria) han conseguido la máxima distinción de esta guía: los Tres Soles.
«Rozando lo excepcional»
Paso a paso, Caco Agrasar ha conseguido un lugar destacado en el homólogo español de la Guía Michelin. Si el año pasado su restaurante Salitre (A Coruña), se llevaba un Sol solo unos meses después de haber abierto sus puertas; ahora su buque insignia, As Garzas, da un paso más. Acostumbrado como está al reconocimiento de la crítica, este cocinero confiesa que el áspero momento que atraviesa su sector hace que los premios se vivan con otra intensidad. Además, Agrasar confía en que las consecuencias del covid-19 no serán tan fuertes como para frenar la eclosión de la gastronomía gallega. «Considero que en pocos sitios se trata el producto con el repecto que lo hacemos aquí, y además en los últimos años la cocina se ha profesionalizado muchísimo gracias a la labor que están haciendo las escuelas. Quizás, donde aún estemos flojos es en la parte del servicio, pero por lo demás creo que se está rozando lo excepcional».
A esto que comenta Agrasar ayuda, nadie se lleva a engaño, el espléndido marco que rodea a muchos de los grandes restaurantes gallegos. Y de otros que empiezan a hacerse un nombre. Es el caso de Loxe Mareiro, que con su primer Sol Repsol acredita ese buen hacer que hasta ahora era un secreto a voces. «Con nosotros todo empieza y acaba en el mar». Iago Pazos, responsable junto a Marcos Cerqueiro de este restaurante, no habla en sentido figurado. Encallado en la ría de Arousa, esta taberna marinera de Carril tiene en el auténtico respeto al pescado y marisco, base de todas sus elaboraciones, la garantía de su éxito. Pazos, que revela que el premio les ha pillado por sorpresa por el carácter desenfadado de su cocina, espera que este Sol les ponga en el mapa del turismo nacional porque «los españoles, por lo general, se fijan mucho en esta guía».