Ángel Varela Balado, empresario hostelero: «Galicia tiene un gran patrimonio rural que debemos mimar»
SABE BIEN
Promotor de eventos hosteleros y copropietario del restaurante Brasa de Beche, del complejo turístico Suites Nature Beche y del espacio lúdicodeportivo A Bartola, impulsa la dieta atlántica y la sostenibilidad
04 abr 2024 . Actualizado a las 14:16 h.No cabe duda de que Ángel Varela Balado (A Coruña, 1971) es un empresario inquieto. Gerente de Da Vinci, firma de formación y realización de eventos en hostelería, creador y promotor de Distilled Show y GaliGastro (Galicia Gastronómica) y fundador de la Asociación Lume Atlántico en defensa de la dieta atlántica y la vida saludable avalada científicamente, su último proyecto radica a los pies del Camino de Santiago, y pasa por comer, beber y disfrutar con responsabilidad tanto con el medio ambiente como con la salud de cada uno.
—¿Como surgió la idea de invertir en el complejo de Beche?
—A finales del año 2021 conocí el espacio del Encoro de Beche, en el que ya había un merendero municipal, además de un embalse totalmente perimetrado y acondicionado para paseos de una manera muy relajada y me enamoré. Llevé un día a mi hijo Adrián a que conociese el sitio y fue el que me animó a que lanzase a la aventura.
—¿Cómo encaja usted en el proyecto?
—Pues la verdad es que el Encoro de Beche estaba esperando por mí. Soy nieto del Camino de Santiago (en mi caso del camino francés) de donde es toda mi familia materna. Me considero comunicador de la dieta atlántica, cuya fundación preside el rector de la Universidade de Santiago de Compostela, Antonio López. Soy firme defensor de los productores locales y de temporada. Del mar, a la mesa y de la huerta, a la mesa. Solo hubo que juntar y poner en orden estos conceptos y darle forma a Brasa de Beche y posteriormente a A Bartola.
—La Asociación de Concellos do Camiño Inglés otorgó un reconocimiento a su atención a los peregrinos.
—La verdad es que me hizo mucha ilusión porque realmente son los peregrinos los que nos dan esa buena valoración y, además, el equipo que forma Brasa de Beche y A Bartola se lo merece por el gran trabajo que hacen, porque intenta que después de hacer una de las etapas mas duras de este camino, descansen y repongan fuerzas en un marco incomparable.
—Siempre ha impulsado la dieta atlántica.
—Pues mira, hace ya unos cuantos años José Paz Gestoso, hoy director del Centro Superior de Hostelería de Galicia, me puso sobre la pista. Me habló del tema y me dijo que era un campo a desarrollar. Hay estudios científicos de prestigio, alguno incluso con reconocimientos de la Unión Europea como Galiat 6+7, que avalan la idoneidad de la dieta atlántica y que a nivel gastronómico podríamos resumir en la mínima intervención por parte de las cocinas de nuestros productos de altísima calidad, cercanía y temporada. Como dirían nuestros abuelos: «Se a lubina é boa, pona na parrilla e non lle andes con caralladas».
—¿Por qué apuesta por lo ecológico y lo sostenible?
—Como decía anteriormente, mi hijo tuvo mucho que ver en la toma de decisión de esta aventura. Me siento en la obligación de tomar medidas y realizar acciones que aporten un pequeño grano de arena, para dejarle un planeta lo más habitable posible. Constantemente, estamos viendo acciones que van directamente en contra de ello. Galicia tiene un gran patrimonio rural que debemos conservar, mimar y poner en valor.
—Al estar a los pies de un embalse y del Camino de Santiago, ¿qué reflexión le produce el consumo de agua respecto al turismo?
—Es fundamental detenerse a pensar en ello. Las grandes empresas están haciendo grandes inversiones en I+D que supondrán a medio plazo grandes ahorros en los consumos de energía y agua. No obstante, cada uno de forma individual debemos aportar lo que nos corresponde. Hay un sinfín de acciones que podemos realizar. Especialmente con el agua, ya que al ser un bien que en Galicia tenemos por exceso, la derrochamos muy habitualmente.
—¿Cómo se engranan en esta política Brasa de Beche y A Bartola?
—No podría ser de otra manera que plantearlo cada día. Y tan importante es que los productos cumplan con los criterios de sostenibilidad y ecología como que sean de cercanía. No tendría mucho sentido apostar por ese tipo de ingredientes y después disparar la huella de carbono al tener que transportarlos de la otra punta de la Península. Nuestros vecinos productores trabajan de forma responsable, para que nosotros trasformemos sus productos de forma responsable y nuestros clientes disfruten de la responsabilidad del proceso.