Tan importante es el corte que se le da a cada producto como saber escoger el utensilio adecuado
28 ago 2018 . Actualizado a las 18:11 h.Las expresiones, como todo en la vida, tienen excepciones. Se demuestra perfectamente en esa que dice que «en casa de herrero, cuchillo de palo», al menos en el caso de los chefs. Cuidadosos como ellos solos, saben que precisamente en cuchillos reside parte del éxito de su minucioso trabajo. No en balde, un mal corte puede dar al traste con platos como un tartar, o destrozar sin remedio pescados y carnes nobles. Sin embargo, los cada vez más numerosos amateurs de los fogones, muchas veces dejan en un segundo plano la importancia de utilizar el instrumental adecuado para crear sus elaboraciones, corriendo así el riesgo no solo de quedar como un patán en la cocina, sino de sufrir incluso daños físicos. Así que para no tener que lamentar males semejantes, disipemos dudas de una vez por todas.
Si Chicote nos dijera alguna vez eso de «coge tus cuchillos y vete» no habría más que hacer acopio de cinco cuchillos. Según la chef del NH A Coruña Centro, tan solo con estos podemos, si son buenos, preparar suculentos manjares de una manera sencilla y sin grandes esfuerzos, ya que a mayor calidad del cuchillo mejor se deslizará y, por tanto, menos riesgos corremos el común de los mortales de rebanarnos un dedo creyéndonos un discípulo de Ferrán Adriá.
Cebollero
«Es perfecto para cortar patatas, todo tipo de vegetales e incluso carnes». También conocido como cuchillo del chef, es el más habitual en todas las casas. Soriano recomienda que tenga una hoja larga, de unos «20 centímetros». El truco para realizar un buen corte con este tipo de cuchillo es «comenzar desde la punta y hacer un movimiento similar al de una mecedora». Además, apunta la experta, es importante coger la pieza apoyando el dedo índice en la la lámina. Si se agarra solo el mango corremos el riesgo de que se gire cuando cortamos determinados productos.
Puntilla
«Es el cuchillo indicado para pelar frutas, hortalizas y prácticamente cualquier alimento», comenta la chef. Debe ser ligero y ergonómico y, como en el resto de casos, debe evitarse que tenga un mango de madera, ya que se oxida con facilidad con los lavados. Apenas se le presta atención y, sin embargo, es uno de los básicos que no pueden faltar tanto por la rapidez que nos otorga a la hora de pelar como porque nos permite no llevarnos por delante parte de la carne de los productos a los que les estamos quitando la piel.
Jamonero
Además de como es obvio, para cortar jamón, este cuchillo largo y fino es el más recomendable «para los congelados». Y ojo, que añade Soriano: «Cuando es nuevo, es de los que mejor corta». Los expertos también recomiendan su uso para sashimis y cortes muy precisos. Para cortar masas también es perfectamente válido.
Panero
Para cortar pan debemos acudir siempre a un cuchillo de sierra, ya que hasta el más afilado de los cuchillos se desafila al cortarlo. No obstante, el más indicado es, claro, el cuchillo panero. Su dentado superior más agresivo permite hacer cortes sin romper la corteza del pan.
Deshuesador
Ideal para cortar la carne alrededor de los huesos y para retirar la piel de carnes y aves. Permite quitar fácilmente tendones y grasa. Para la habitual tarea de deshuesar una pechuga de pollo es el más indicado. Como tiene la punta redonda permite seguir el contorno de la pieza sin problema.
Los complementos necesarios
Contar con los cuchillos adecuados para cada receta no es ningún capricho baladí. Pero tampoco lo es la manera en la que limpiamos estos utensilios y los soportes donde realizamos los cortes de nuestras elaboraciones. Por eso, Nelssy Soriano recuerda que meter los cuchillos en el lavavajillas es un error. «Es mejor lavarlos con agua caliente a mano, ya que pueden sufrir roces con otros materiales que estropeen el filo». En cuanto a dónde llevar a cabo los cortes, esta chef lo tiene claro: «Sobre una tabla que, muy importante, debe estar fija a la mesa porque si no, en un desliz, se nos puede ir la mano». Y un último consejo: «Los cuchillos siempre muy bien afilados. Aunque se pueda pensar lo contrario, de este modo hay menos riesgo de cortarse porque haces menos esfuerzo».