Su padre y uno de sus entrenadores dibujan la trayectoria de Sergio Carreira
20 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Sergio Carreira se convirtió el sábado en el cuarto canterano del Celta en estrenarse en la élite este curso. La ocasión le llegaba tras ocho meses sin competir en los que lo había pasado mal el tiempo que tuvo que entrenar solo y lejos de sus compañeros, reconoce su padre, Ramón Carreira. «Esto es un carrusel y cuando crees que peor estás, llega la oportunidad de debutar en Primera y contra el Atlético», añade mientras recuerda que su futuro sigue siendo una incógnita y «esto solo acaba de empezar».
Sin embargo, a sus 20 años, y mientras estudia también ADE, ya tiene a sus espaldas una trayectoria futbolística que comenzó a los nueve en el Coruxo y que continuó en A Madroa cuando el Celta puso sus ojos en él. «Siempre había jugado de extremo, delantero o mediapunta. Le gustaba marcar goles. Pero allí lo reconvirtieron a lateral derecho», recuerda su progenitor. Algo tuvo que ver José Tizón, el entrenador con el que comenzó el cambio. «En el club veían que por su llegada y capacidad para ir por dentro tenía más futuro como lateral, empezamos a probarlo y funcionó muy bien», rememora el ahora técnico del Atios.
Carreira padre explica que no fue un proceso del todo sencillo, dado que Sergio se caracterizaba por ser ofensivo y le gustaba estar en contacto con el balón. «Tuvo un período de adaptación, porque a él le gustaba atacar y tuvo que entender que tenía que empezar a defender. Fue un reto», cuenta. Hasta que también al canterano el empezó a gustar más su nuevo rol. «Veían que con su recorrido podía subir y bajar y ayudar más a los compañeros siendo asistente que estando estático en el extremo», desgrana.
Tizón describe a un futbolista «técnicamente muy bien dotado, capaz de llegar tanto por fuera como por dentro en espacios interiores». Y con una cualidad a mayores que al preparador le llamaba mucho la atención: «Cada vez que llegaba cerca del área siempre levantaba la cabeza y daba el pase al delantero. No ponía el balón al área, sino que tenía esa capacidad de buscar la mejor opción con el compañero», indica.
Ramón Carreira recuerda que al principio a los entrenadores les costaba confiar en él porque «tiene mucho bueno que dar en lo ofensivo, pero siempre están las dudas si se quiere amarrar o que no te marquen». Pese a ello, siempre que se le dio la oportunidad, acabó ganándose un puesto. En juveniles, le ayudó que el equipo depositase el peso en el ataque y la creación. «Le gusta ayudar a romper líneas, ir hacia adelante. Tuvo que trabajar mucho para mitigar el aspecto defensivo, pero la rapidez le ayudaba a corregirse cuando tenía algún fallo», profundiza.
A ojos de su antiguo entrenador, lo único que tiene que pulir Sergio son los duelos defensivos dadas «las condiciones y virtudes que tienen» los jugadores a los que se tendrá que medir en Primera. «A nivel ofensivo es de los mejores laterales que he visto», indica. Su padre pone el foco en las aptitudes están, si bien «tiene que mejorar mucho en el aspecto físico y en el mental de saber que esto ya es fútbol profesional y no una pachanga de amigos», dice. Si algo garantiza sobre él es que «la ambición de intentar ser profesional la tiene y eso es bueno. En lo que dependa de él, va a intentarlo», aunque sabe que influirá la suerte y «el tiempo dirá».
De momento, en su debut lo vieron bien. «Estaba yo mucho más nervioso. Él es tranquilo y es una cualidad que le ayuda en el fútbol», indica al tiempo que recuerda que afrontó este partido sin ritmo de competición al haber disputado solo tres amistosos con el filial en pretemporada. «Estuvo ocho meses sin competir y le tocó enfrentarse a un rival de esa entidad, que exige muchísimo a nivel físico y de concentración. Esa era la preocupación», dice satisfecho por el resultado.
Tizón también aprueba la actuación del defensor. «Me pareció que estuvo bien, con personalidad. Y se repuso perfectamente del fallo entre comillas de la ocasión que tuvo», subraya. Considera, además, que el planteamiento de Óscar con tres centrales y él de carrilero le favoreció «para tener más llegada al área, que es su gran virtud». Confía e que pueda tener futuro en el primer equipo y considera que en ese sentido le beneficia la tradición de laterales derechos de casa porque «si destacas en esa posición tienes la puerta un poco más abierta» para llegar al primer equipo. «Por su personalidad, condiciones y la trayectoria que lleva, si no es este año, el siguiente será del primer equipo», sostiene Tizón.