El Celta alcanza la solidez en la zaga con el trío formado por Manquillo, Starfelt y Marcos Alonso, que solo encajó un gol en dos partidos
08 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Un gol encajado en los dos partidos con el mismo trío de centrales y al fin una portería a cero. Da la impresión que Claudio Giráldez ha encontrado la combinación más solvente para cortar la sangría defensiva, con Manquillo y Marcos Alonso en los costados y con Starfelt en el centro. Con esa apuesta, el Atlético solo pudo marcar en el último minuto del descuento y el Las Palmas fue el primer equipo incapaz de perforar la meta de Guaita. Además de los tres, ante los insulares el equipo también cerró muy bien los centros laterales, algo que ya había conseguido contra los colchoneros a excepción del fatídico centro de Griezmann que Julián Álvarez convirtió en gol.
«Son tres jugadores fiables que aportan mucho a nivel defensivo y creímos que podían encajar en este tipo de partido», dijo el entrenador sobre su elección, añadiendo que «los tres estuvieron muy bien contra el Atlético y ojalá poder encontrar estabilidad más allá de los hombres desde el equipo, la solidaridad, el entendimiento de la importancia de la defensa del área». «Hemos visto que el equipo ha mejorado en esa parcela con dificultades seguramente mayores que otros días», comentó Claudio Giráldez sobre su elección en los intramuros del estadio de Gran Canaria.
Ante el conjunto amarillo, y partiendo de la base que los célticos jugaron 40 minutos con dos futbolistas menos, su sistema defensivo fue sometido a 22 balones aéreos, de los que salió airoso, y a once saques de esquina, que por primera vez no dejaron daños colaterales en el marcador. Pese a su superioridad numérica, los locales solo dispararon en cinco ocasiones a portería, además del palo de Mata en el último suspiro.
El Atlético, contra el mismo trío, tampoco anduvo sobrado de ocasiones. Los madrileños tiraron dos veces a puerta, en una apareció Guaita con una excelente parada y la otra terminó en el fondo de la red. Ante los de Simeone, los celestes también dominaron todos los duelos aéreos y los tres córneres que concedieron al rival.
El elenco
Una de las claves de esta mejoría defensiva, además del ajuste colectivo, también tiene nombre: Marcos Alonso. El madrileño le ha dado jerarquía, aplomo y solidez a la línea de zagueros. Va bien al corte, aporta centímetros en la defensa del juego aéreo y además le da salida de balón al equipo por el costado izquierdo. El ex del Barcelona se ha adaptado a la perfección tanto al equipo como a la idea Claudio.
Starfelt también parece haber dado un paso adelante para alcanzar una regularidad que tenía pendiente. El sueco estuvo a gran nivel en los dos últimos partidos que disputó, demostrando que su especialidad es secar a delanteros grandes que actúen como hombres de referencia en ataque del rival. Lo hizo con Sorloth y lo repitió con el escocés McBurnie, que pasó inadvertido todo el partido.
Manquillo completa la terna como central derecho. El madrileño llegó como lateral derecho en los tiempos de Benítez, pero con Claudio ha jugado más en el centro. El porriñés considera que «Manquillo puede interpretar» las situaciones de los jugadores que terminan jugando por dentro pese a iniciar por fuera. Por ejemplo, el insular Moleiro en el último partido. El principal debe del de Chinchón es el apartado físico, lo que le corta la continuidad.
La apuesta por este trío, que en este caso, con Giráldez, no puede darse por sentada, ha dejado en un segundo lugar a un Javi Rodríguez que comenzó jugándolo todo y a Carlos Domínguez, que no acaba de encontrar su sitio en el once en los últimos tiempos. De hecho, el vigués solo fue titular ante el Girona en los últimos partidos.