Armitage, ex subsecretario de Estado, afirma que se sintió muy mal El matrimonio Wilson interpretó el soplo como una represalia por criticar a Bush
08 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.LOS IMPLICADOS. El matrimonio Wilson -él, Joseph Wilson, embajador crítico con Bush; ella, Valerie Plame, agente de la CIA- y el ex subsecretario de Estado estadounidense Richard Armitage. El ex subsecretario de Estado de EE. UU. Richard Armitage ha reconocido que fue él quien filtró a la prensa, hace tres años, que la esposa de un diplomático de carrera crítico con la invasión de Irak era agente de la CIA. En dos entrevistas, una publicada ayer en The New York Times y otra transmitida por la cadena CBS, Armitage lamentó haber divulgado, «por error», que Valerie Plame, esposa del ex embajador Joseph Wilson, trabajaba para la Agencia Central de Inteligencia. Armitage insistió en que no se daba cuenta de que Plame era una agente secreta cuando dijo, ante una pregunta del conocido reportero de televisión Robert Novak, que «la señora de Wilson» trabajaba para la CIA. También había mencionado «de paso» que Plame era empleada de la CIA al subdirector del The Washington Post , Bob Woodward, dijo. Puesto que es ilegal identificar a los agentes de la CIA, tras la publicación de la información sobre Plame, en julio del 2003, el FBI abrió una investigación, a petición de la agencia, y se designó un fiscal especial para el caso, Patrick J. Fitzgerald. Armitage resaltó que, al darse cuenta de su indiscreción, informó no sólo a su superior inmediato, el entonces secretario de Estado Colin Powell, sino también al FBI y a Fitzpatrick. «Cometí un error sin querer», dijo a The New York Times . «Me sentía muy mal». A la CBS afirmó que el hecho pesa sobre su conciencia: «Decepcioné al presidente, al secretario de Estado, a mi departamento y mi familia, y también al señor y la señora Wilson». Joseph Wilson y Valerie Plame interpretaron la filtración como una represalia contra el diplomático por haber manifestado en la prensa que era falsa la afirmación de George W. Bush ante el Congreso, en enero del 2003, de que había indicios de que el régimen de Sadam había intentado comprar uranio a Níger con el fin de fabricar bombas nucleares. Wilson había sido enviado a Níger en el 2002 para comprobarlo y había dicho que esos datos carecían de fundamento. Aun así, Bush habló del interés de Sadam Huseín en el uranio de Níger dos meses antes de la invasión de Irak, como un motivo más para invadir el país.