Occidente ve la elección del moderado Hasán Rohaní como presidente de Irán como perspectivas de cambio en la tensa relación con el régimen de los ayatolás. Estados Unidos manifestó estar preparado para un contacto «directo» con Irán sobre su programa nuclear. Menos entusiasta fue la reacción de Israel, cuyo titular de Exteriores recordó que es el ayatolá Alí Jamenei quien decide la política nuclear y no el presidente
La Casa Blanca dijo que el contacto con el nuevo líder estaría destinado a alcanzar «una solución diplomática que satisfaga totalmente las preocupaciones de la comunidad internacional sobre el programa nuclear iraní». En el comunicado oficial, Washington destacó la voluntad de cambio de los iraníes a pesar de un proceso electoral «marcado por la falta de transparencia, censura de los medios, móviles e Internet, y en un contexto de intimidación que limitó la libertad de expresión y reunión».
El Reino Unido pidió al presidente electo que «ponga a Irán en un nuevo camino» y la ministra de Exteriores de Italia, Emma Bonino, afirmó que su país espera lanzar «una relación de renovada comprensión y de diálogo constructivo» con Irán.