El ojo derecho de Assange defiende los beneficios de la filtración de secretos
25 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Estadounidense y periodista investigación desde hace casi medio siglo, Gavin MacFadyen es una de las voces internacionales más influyentes en favor de los whistleblowers (responsables de fugas de información) Julian Assange, el soldado Bradley Manning y el exanalista Edward Snowden. Al director del Centro de Periodismo de Investigación (CIJ) de la City University de Londres, no le tiembla el pulso cuando afirma que, pese a esa imagen amigable que reproducen los medios, el presidente Barack Obama ha hecho más daño a la libertad de prensa que todos los anteriores presidentes de EE.UU. juntos.
En su búsqueda para solucionar el dilema Assange, MacFadyen presiona al Gobierno británico para reformar la ley y proteger a aquellos que se juegan el tipo al exponer los trapos sucios de las instituciones más poderosas del mundo.
-Siempre ha habido informantes, ¿son diferentes los casos de Assange y Snowden?
-Ha habido casos tanto o más peligrosos para el Gobierno de EE.UU. que los de Assange y Snowden. La diferencia principal reside en que ahora vivimos en la era digital y la capacidad para reproducir información es descomunal. Piensa que en la Segunda Guerra Mundial los documentos se robaban a mano. Además, antiguamente los ejércitos no registraban todas sus acciones como hoy en día (solo los nazis guardaban copia de todo), pero ahora sargentos y tenientes tienen la obligación de describir con minucioso detalle cada movimiento en el campo de batalla.
-Pero esos registros militares, en las manos equivocadas, pueden ser un problema para los Gobiernos.
-Más que un problema para el Gobierno, esta información debe ser vista como algo beneficioso para el público. Al revés que nosotros los individuos, el Gobierno no tiene derecho a la privacidad y es la transparencia lo que le otorga legalidad.
-Es difícil sin embargo saber qué nos esconden los gobiernos bajo la etiqueta de «seguridad nacional».
-Raramente tiene que ver con la seguridad nacional o la protección del público. La mayoría de las veces lo que hacen es encubrir casos de corrupción, desfalcos de dinero o soberanas meteduras de pata. Para ellos el secreto de Estado es una herramienta para ocultar su ropa sucia.
-Hace solo unos días, la pareja de Glenn Greenwald [periodista del «The Guardian» que asiste a Snowden en la publicación de documentos filtrados] fue detenida en el aeropuerto londinense de Heathrow durante nueve horas bajo la ley antiterrorista.
-Esa detención no tiene nada que ver con el terrorismo. La única razón por la que detuvieron a Miranda [pareja de Greenwald] es porque vive con un periodista que ha destapado un escándalo del Gobierno. Es pura intimidación y un ataque a la libertad de prensa y prueba además que el Reino Unido no es más que un perrito faldero de Estados Unidos.
-¿Cruzaron el límite cuando interceptaron el avión de Evo Morales en Viena?
-Es prácticamente lo mismo, un claro abuso de poder a un agente más débil. Nunca se hubiesen atrevido a hacer algo así con Rusia o China.
-¿Por qué?
-Cualquiera sabe que es mejor no jugar con países que tienen en su haber la bomba de hidrógeno. Lo de Morales fue un acto de cobardía y que Estados Unidos hayan hecho algo así es extraordinario, pero muestra también que les importa un bledo lo que piensen los demás. El americano de a pie que vive en Kansas o Misuri se cree cualquier cosa que le diga el Gobierno, especialmente si el enemigo es extranjero? ni saben ni les interesa dónde está Europa o América del Sur.
-Del «Yes, we can» al Obama que ha encarcelado a Bradley Manning han cambiado muchas cosas. ¿Estamos ante el mismo hombre que ganó el Premio Nobel de la Paz?
-A Obama le entregaron el premio Nobel por no ser George W. Bush, pero en realidad ha hecho más daño a la libertad de prensa que todos los otros presidentes anteriores juntos. Ahora sabemos que, al margen del color de piel, las diferencias con Bush son casi inexistentes. Obama es el fruto de una gran campaña de marketing y un prisionero de la maquinaria militar y de espionaje americana.
-Manning está en prisión, Assange recluido en la embajada de Ecuador y Snowden asilado y en paradero desconocido en Rusia. Los «whistleblowers» no lo tienen nada fácil.
-El problema es que cuando te enfrentas a los de arriba la única ley que existe es la de estar callado. En el Reino Unido hemos creado Whistleblowers UK, una organización que, junto con un grupo de influyentes abogados, trata de presionar al Gobierno para modificar la ley y proteger a los informantes. Necesitamos a tipos como Assange o Snowden, porque de lo contrario nunca sabremos lo que gobiernos y otras poderosas organizaciones hacen a nuestras espaldas. En las circunstancias actuales, sus vidas están en constante peligro.