La líder del laborismo escocés dimite en desacuerdo con la dirección de Londres

redacción / la voz

INTERNACIONAL

26 oct 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

El laborismo británico entró ayer en una crisis de imprevisibles consecuencias tras la dimisión de la líder de la formación en Escocia, Johann Lamont, quien se quejó de que la dirección del partido en Londres bloquea sus intentos de reformar la organización en tierras escocesas. Según escribió en un artículo que publicó el periódico local The Daily Record, la cúpula laborista británica y su líder, Ed Miliband, tratan a la formación en Escocia «como una sucursal».

El inesperado portazo de Lamont no solo pone en dificultades al Partido Laborista británico de cara a las elecciones generales de mayo de 2015, en las que aspira a desbancar al primer ministro David Cameron. Pone de manifiesto la contradicción en la que incurren los laboristas británicos, artífices de la victoria del no en el referendo por su defensa de una amplia autonomía escocesa pero incapaces de trasladar dicho principio a su propio funcionamiento interno.

En su artículo, Lamont critica los cambios en el partido regional dictados sin consultarla desde Londres y acusa al equipo de Miliband de actuar pensando en sus intereses en el Parlamento británico sin tener en cuenta las necesidades de Escocia. A su juicio, algunos de los parlamentarios laboristas en Londres han comprendido que «Escocia cambió para siempre después del referendo».

«Mis compañeros deben comprender que la prioridad de la política escocesa se juega ahora en Holyrood [sede del Parlamento escocés] y no en Westminster», apuntó. «Debemos poder tomar nuestras propias decisiones y controlar nuestros propios recursos», reiteró.

Según AFP, el nombre del exprimer ministro Gordon Brown, que se implicó especialmente durante la campaña del referendo, ha empezado a sonar en las quinielas para liderar el partido al igual que el del diputado Jim Murphy. Lamont es la segunda dirigente escocesa que presenta la dimisión tras el referendo. Anteriormente, Alex Salmond del Partido Nacional Escocés, había tirado la toalla.