Anuncian un ajuste adicional de 3.700 y 4.500 millones respectivamente, que les hace acercarse, aunque no cumplir, los objetivos de déficit
27 oct 2014 . Actualizado a las 22:31 h.Las aguas parecen haberse calmado algo en Bruselas tras la amenaza de maremoto promovida por Francia e Italia, segunda y tercera potencia de la Eurozona. Este lunes, los ministros de Finanzas de ambos países anunciaron su disposición a ceder en parte a los dictados de Bruselas para evitar que sus borradores presupuestarios de 2015 sean devueltos a París y Roma esta misma semana. Un paso hasta ahora inédito que podría provocar una crisis política de impredecibles dimensiones. Fuentes comunitarias explicaron que será mañana cuando el Colegio de Comisarios analice el informe ad hoc elaborado por la cartera de Asuntos Económicos. No se prevé tormenta, pero aunque estos países superan el match ball -también están bajo vigilancia Austria, Malta y Eslovenia- todavía no podrán respirar tranquilos.
Deberán someterse al dictado de los técnicos de Bruselas ya que será a finales de noviembre cuando se presenten los análisis detallados de cada uno de los 16 presupuestos de la Eurozona sometidos a examen -Grecia y Chipre no lo están por estar bajo programas de rescate-. Cuando menos, la situación es paradójica en Bruselas. El presidente de la Comisión, Durão Barroso, cederá el testigo a Jean-Claude Juncker el 1 de noviembre, de ahí que no tenga demasiadas ganas de involucrarse en la enésima pelea con las potencias comunitarias. Pero hay más. El comisario de Economía que debe lidiar con la rebeldía francesa e italiana, Jyrki Katainen, será desde el sábado vicepresidente de la Comisión, siendo además «jefe» directo del futuro titular de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, primer ministro de Finanzas galo con Hollande y otrora «enemigo» de la disciplina fiscal comunitaria y alemana. El sudoku, por lo tanto, tiene su aquel.
Pese a los órdagos lanzados desde París y Roma parece que todo quedará en conato de maremoto ya que ambas potencias han acatado el mensaje de la carta confidencial enviada la semana pasada por Katainen y en la que advertía de la existencia de graves desequilibrios en los borradores presentados. Ayer, el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, anunció un ajuste de 3.700 millones que se cubrirán con la bajada de los intereses de la deuda pública y por la reducción de su aportación al presupuesto de la UE gracias a la reciente revisión de las cifras del PIB. Además, introducirá «nuevas medidas para acelerar y reforzar la lucha contra el fraude y la optimización fiscal». Por lo que se refiere a Italia, su titular de Finanzas, Pier Carlo Padoan, explicó que su hoja de ruta incluye un recorte adicional de 4.500 millones. «Las medidas presupuestarias adicionales permitirán a Italia acercarse al esfuerzo estructural exigido y acercarse al cumplimiento de la regla de la deuda», señala Padoan en su carta a Katainen. Sí, el verbo es acercarse y no cumplir, de ahí que la pelota ha quedado situada en el tejado de la Comisión a la espera de conocer mañana si vuelve a mirar hacia otro lado y otorgar cierta manga ancha con los incumplidores.
Advertencia a Londres
En Bruselas, en las últimas semanas, si algo no reina es la tranquilidad. Porque a la rebeldía francesa e italiana por los presupuestos nacionales se ha sumado ahora la irritación británica al verse obligados a pagar 2.100 millones de euros antes del 1 de diciembre como aportación adicional al presupuesto comunitario. Una cantidad que procede de la reciente revisión histórica del PIB realizada por Eurostat y que ha deparado, por ejemplo, que a Francia hay que pagar 1.000 millones, 780 a Alemania y 170 a España.
Ya lo advirtió el viernes en Bruselas el primer ministro británico: «es inaceptable y no vamos a pagar», clamó enfurecido David Cameron. Ayer, en la Cámara de los Comunes insistió en su desafío. En Bruselas, el comisario europeo de Programación Financiera y Presupuesto, Jacek Dominik, dijo sentirse «muy sorprendido» y advirtió de que podría haber sanciones e intereses de demora si no se paga a tiempo.