Obama desata la ira de los republicanos por utilizar sus poderes en inmigración

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Una indocumentada guatemalteca con su hija en una protesta que tuvo lugar en Newark.
Una indocumentada guatemalteca con su hija en una protesta que tuvo lugar en Newark. John Moore < / span>afp< / span>

La nueva ley ejecutiva impedirá deportar a unos cinco millones de simpapeles

21 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Barack Obama presentó ayer la orden ejecutiva sobre inmigración que ha decidido aprobar sin pasar por el Congreso. La decisión ha sido interpretada como una declaración de guerra por el Partido Republicano, que amenaza con llevarlo a los tribunales, pero cuenta con el respaldo de la mayoría de los ciudadanos. Según las últimas encuestas, el 57% de los consultados se mostraron de acuerdo con la aprobación de una fórmula para la integración legal de los extranjeros que viven en EE.UU. sin visado.

 «Todos estamos de acuerdo en el que el sistema migratorio está destruido en nuestro país», avanzó Obama horas antes de realizar el anuncio. «Lo que voy a hacer es utilizar mi autoridad como presidente para mejorarlo». De todos modos, el presidente ha querido evitar parecer prepotente y ha lanzado, en paralelo, una nueva petición al Congreso para que, al margen de su orden ejecutiva, se ponga de acuerdo en una ley bipartidista.

No parece que le vayan a tomar la palabra. La reacción de los republicanos fue inmediata y feroz. En cuanto se supo que Obama iba a utilizar sus poderes presidenciales, los conservadores le tildaron de «emperador» y «monarca» por dejar al margen al Congreso. Mitch McConnell, el líder de la mayoría cuando se forme el nuevo Congreso en enero, advirtió que no se van a quedar de brazos cruzados. Los más moderados entre los conservadores hablan de denunciar la ley por anticonstitucional, pero los más extremistas llegaron a hablar ayer de iniciar el proceso de juicio político contra Obama por usurpación de poder.

La Casa Blanca intentó ayer blindarse frente a estas críticas y amenazas. El portavoz de Obama recordó los casos anteriores de presidentes que también aprobaron órdenes ejecutivas en materia de inmigración: todos fueron republicanos. Tanto George Bush como, sobre todo Ronald Reagan, firmaron importantes decretos presidenciales en esta materia. De hecho, Reagan fue el último presidente que aprobó, de la misma manera que ahora ha hecho Obama, una fórmula para sacar de la ilegalidad a más de tres millones de personas hace casi 28 años.

Mientras los políticos se lanzaban dardos, el resto del país seguía atento los entresijos de la orden ejecutiva. Aunque tampoco en esto estaba todo el país. A pesar de apoyar la acción del presidente, la mayoría de la población no está realmente muy interesada en la inmigración. Buena prueba es que, aunque la Casa Blanca programó el discurso de Obama como uno de los más importantes de su mandato y en horario de máxima audiencia, las cadenas de televisión más importantes no lo emitieron en directo. Solo la CNN, Foxnews y, por supuesto, las grandes cadenas hispanas, Univisión y Telemundo, cortaron sus emisiones para retransmitir en directo la presentación.

Estas últimas son las cadenas que más siguen los inmigrantes, sobre todo los 11,4 millones que carecen de documentos legales. Ellos eran los más interesados en conocer el alcance de la orden ejecutiva. Afectará a los familiares de ciudadanos estadounidenses o titulares de residencia permanente además de extender la acción diferida, aprobada en 2012 para aquellos que entraron de niños en el país. En conjunto se cree que la nueva ley permitirá regularizar temporalmente a entre cuatro y cinco millones de personas que tendrán derecho a permiso de trabajo y verán desaparecer la amenaza de la deportación.