El acuerdo nuclear nace amenazado

mikel ayestaran JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

ABEDIN TAHERKENAREH | EFE

Israel, los socios árabes de EE.UU., los republicanos y el ala dura de Irán tienen 90 días para hacer descarrilar un pacto que cuenta con la bendición del líder supremo iraní

05 abr 2015 . Actualizado a las 09:16 h.

Oriente Medio no es una parte del mundo de la que salgan buenas noticias a diario y por eso la firma de un acuerdo entre dos enemigos históricos como EE.UU. e Irán se percibe con una mezcla de alegría, escepticismo e incredulidad. Obama trata de convencer a sus aliados árabes de que «el mundo es más seguro» después del principio de acuerdo nuclear alcanzado el jueves con Teherán, pero sus palabras no sirven para calmar el miedo a la expansión del gigante chií en la región.

Después de 35 años de antipatía, Washington da un paso más en su acercamiento a Teherán, un giro radical respecto a la política desarrollada por George W. Bush, que tras el 11-S incluyó a los iraníes en el «eje del mal». A falta de menos de dos años para que acabe su mandato, el premio Nobel de la Paz de 2009 desanda la ruta abierta por su antecesor y piensa que es mejor firmar un acuerdo que ir a una guerra de consecuencias impredecibles.

El ministro de Exteriores de Irán y jefe negociador, Javad Zarif, fue recibido como un héroe en Teherán. Las calles se llenaron de jóvenes que alabaron un acuerdo que acabaría suponiendo el levantamiento de una sanciones que desde 2005 ahogan a la República Islámica. Los castigos impuestos por la comunidad internacional no han logrado congelar el programa atómico, como exige Israel, ya que, pese a las restricciones, los científicos han conseguido completar el ciclo nuclear. Las sanciones, eso sí, obligaron a los ayatolás a sentarse en la mesa de negociación y acceder a limitar sus capacidades bajo estrictas medidas de seguimiento de la Agencia Internacional de la Energía Atómica. La desconfianza de tres décadas no se puede recuperar en quince meses de diálogo, pero al menos parece que ahora se van a buscar pruebas concluyentes de que Irán persigue la bomba antes de lanzar una operación armada.

El triunfo que celebra el Irán moderado, el que dio la victoria a Rouhani en las últimas elecciones, se enfrenta al sector más radical del régimen, que habla de «debilidad» por parte de los negociadores. Hosein Shariatmadari, asesor del Líder Supremo Alí Jamenéi y director del diario fundamentalista Kayhan, lamentó que su país ha perdido su «capacidad de liderar una carrera» con un acuerdo que ahora le deja «con un freno roto».

Pese al malestar de la parte fundamentalista, la que sigue gritando «Muerte a EE.UU.» y califica a Washington de Gran Satán, el pacto solo puede tener la bendición del Líder Supremo y los negociadores recibieron la felicitación pública del ayatolá Kashani, el clérigo encargado de dirigir la oración del viernes, en un discurso que es la voz del Guía. Mientras que el 5+1 insiste en la letra pequeña y en el número de centrifugadoras a recortar, el ayatolá Jamenei jugó desde el inicio una partida de macropolítica basada en la exigencia de que Irán fuera tratado de igual a igual, y lo consiguió.

La voz más crítica con el pacto es la de Israel 

Benyamin Netanyahu convocó de urgencia al gabinete de seguridad y tras la reunión exigió que Irán «reconozca la existencia» del Estado hebreo como condición previa al acuerdo definitivo que se pretende firmar el 30 de junio. El pacto supone «una amenaza para la existencia de Israel», según Netanyahu, que hasta el momento nunca ha podido aportar pruebas sobre los supuestos planes bélicos que ve en el programa iraní, más allá de un dibujo que mostró en la Asamblea General de la ONU en 2012 que suscitó bromas en todo el mundo.

«Verificación sin precedentes»

Obama se adelantó ayer al debate que se abrirá en su país tras el pacto con un mensaje dirigido a calmar a los republicanos que, con su mayoría en el Congreso, intentarán torpedear el nuevo escenario. «No se basa en la confianza» hacia Irán» sino en «una verificación sin precedentes», declaró el presidente en su mensaje de los sábados. «Los inspectores internacionales tendrán un acceso sin precedentes» e «Irán enfrentará más inspecciones que ningún otro país. Si Irán miente, el mundo lo sabrá», enfatizó el mandatario. Según Obama, «nada está acordado hasta que todo esté acordado». En su opinión, el acuerdo es «de lejos» la mejor opción para su país, sus aliados y el mundo entero ya que niega al régimen iraní «el plutonio necesario para fabricar una bomba».