Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana

Oleksandr Pronkevych
Oleksandr Pronkevych DIARIO ÍNTIMO DE LA GUERRA

INTERNACIONAL

 libros e íconos dentro de un apartamento dañado durante el conflicto Ucrania-Rusia en la ciudad de Popasna en Luhansk.
libros e íconos dentro de un apartamento dañado durante el conflicto Ucrania-Rusia en la ciudad de Popasna en Luhansk. ALEXANDER ERMOCHENKO | Reuters

01 jul 2022 . Actualizado a las 17:14 h.

Este año se celebran los 400 años de la canonización de Santa Teresa de Jesús. La influencia espiritual de esta mujer extraordinaria también alcanza a Ucrania. «Es un cine mágico, mudo e incomparable que conocían solo los especialistas», escribe Mykola Sulymá sobre su estilo único en el ensayo dedicado al ciclo de poesías Himnos a Santa Teresa, cuyo autor es el futurista Mijáilo Semenkó (1892-1937).

Ucrania conoció la personalidad y las ideas de Santa Teresa de Ávila algunos siglos antes que el vanguardista ucraniano. A partir del siglo XVII, el ascetismo y el misticismo que encarna Santa Teresa de Ávila encontraron el apoyo primero de los católicos y después de los greco-católicos ucranianos. Las vías principales de penetración de la vida y obra de Santa Teresa en los países de la Europa central y del este fueron los monasterios de los carmelitas, que surgieron en Polonia y luego en Ucrania. En 1605 se fundó el monasterio de los carmelitas descalzos de Cracovia. En 1617 fue proclamada la provincia independiente polaca del Espíritu Santo, que en 1698 contaba con 234 monjes y monjas. Prácticamente al mismo tiempo los carmelitas se domicilian en las tierras étnicas ucranianas, en medio del ambiente ortodoxo: en Lviv esto ocurre en 1613, en Przemysl, en 1620; en Kamianets-Podilsky, en 1623, y en Berdychiv, en 1630. En el año 1642 fue fundado en Lviv el monasterio de las carmelitas descalzas. En la iglesia del Arcángel San Miguel de Lviv que pertenecía a la orden se puede ver la imagen de Santa Teresa pintada en el siglo XVIII.

Los monasterios ejercían una actividad editorial activa, gracias a la cual se difundían las obras de Santa Teresa en traducciones en latín y en polaco. Durante los siglos XVII-XVIII se puede hablar sobre una influencia bastante visible de Santa Teresa de Ávila en el pensamiento teológico de Lazar Baranóvich, Ioán Maksymóvich y Gregorio Skovorodá. Además, la prácticas místicas y la reforma teresianas despertaron un profundo interés en la Iglesia ortodoxa, que se explica por el hecho de que ambas son confesiones cristianas, a pesar de su rivalidad, ya que en aquel entonces trataban de resolver las mismas tareas de depuración de la vida religiosa, cultivando las prácticas religiosas de rezo y contemplación y volviendo a las fuentes de la espiritualidad. Algunas obras de Santa Teresa de Ávila han sido traducidas a lengua ucraniana. Son El camino de perfección y Las moradas o el castillo interior y, por supuesto, sus poesías maravillosas Vivo sin vivir en mí, que existe en dos versiones creadas por Mijailo Orest y Mykola Sulymá, el verso Caminemos hacia el cielo o también conocido como Hacia la patria, traducido por Oleh Belynskyi y la famosa hispanista ucraniana Olena Oleksiyenko, y la selección de los textos poéticos que incluye Mi amado para mí, Dichoso el corazón enamorado y Nada te turbe… en la traducción de Serhiy Borschevskyi.

Santa Teresa de Ávila está con Ucrania. 

Oleksandr Pronkevych catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv

 Anteriores entregas

30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas

28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara

27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022

26 de junio Ucrania renovará Europa

23 de junio La noche antes del examen

22 de junio El regreso a Europa

21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo

20 de junio Cuando el helecho florece

18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra

17 de junio Los dibujos animados contra la guerra

16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes

15 de junio El vals de la despedida

12 de junio Ucrania en la revista TTAK

10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania

9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?

7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?

5 de junio Pushkin ha vuelto

4 de junio Escuchen las voces de Ucrania

3 de junio El verano de nuestra victoria

2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv

31 de mayo ¿Es Rusia fascista?

30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos

29 de mayo Lesya Ukrainka

27 de mayo La guerra y el tiempo

26 de mayo Releyendo mi diario

25 de mayo Moisés

24 de mayo ¿Adiós Pushkin?

22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística

21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania

20 de mayo El genocidio en Ucrania

18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»

17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra

16 de mayo Nostalgia

14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)

13 de mayo Mi Galicia

12 de mayo Un congreso cultural pospuesto

11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido

9 de mayo Gregorio Skovorodá

8 de mayo Regalos para la fiesta

7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania

4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria

3 de mayo Historia del día de la victoria

1 de mayo Anabel

30 abril La resurrección de Ucrania

29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú

28 de abril Escaparse de la zona ocupada

27 de abril El «Guernica» de Picasso

26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa

24 de abril El Día del Libro

23 de abril La tragedia del sur de Ucrania

22 de abril El Jueves Limpio

21 de abril Una parábola sobre las burbujas

20 de abril El Martes Grande en Ucrania

19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis

18 de abril Las noticias de Mykolaiv

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofobia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)