La ministra del Interior británica dimite por el «rumbo preocupante» de Truss

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La ministra británica del Interior, Suella Braverman, este miércoles, a su llegada al 10 de Downing Street para presentar su dimisión a la primera ministra, Liz Truss
La ministra británica del Interior, Suella Braverman, este miércoles, a su llegada al 10 de Downing Street para presentar su dimisión a la primera ministra, Liz Truss TOBY MELVILLE | REUTERS

La oposición laborista ya da por amortizada a la «premier» y bromea abiertamente en el Parlamento con su salida de Downing Street antes de Navidad

19 oct 2022 . Actualizado a las 20:46 h.

La situación de la primera ministra británica, la conservadora Liz Truss, empeora cada día. Tras tener que soportar una dura sesión en el Parlamento, durante la cual las burlas de la oposición y las peticiones de sus propios diputados de que se vaya centraron el debate, la premier tuvo que encajar este miércoles la dimisión de la ministra del Interior, Suella Braverman; y las críticas que le lanzó al marcharse.

Aunque oficialmente Braverman dejó el Gobierno porque envió un borrador de una propuesta legal a unos diputados antes de lo debido, en su carta de renuncia disparó contra Truss sin piedad. «Es obvio para todo el mundo que estamos atravesando un período tumultuoso. Me preocupa el rumbo que ha tomado este Gobierno», lanzó la ya exministra en su carta de renuncia, la cual difundió este miércoles por la tarde en Twitter.

Pero la cosa no quedó allí y Braverman, quien durante las pasadas primarias tories compitió con Truss y luego se alió a ella, prosiguió: «No solo hemos incumplido las principales promesas que se hicieron a nuestros votantes [en alusión a los recortes de los impuestos], sino que me preocupa seriamente el compromiso de este Gobierno de cumplir los compromisos del manifiesto, como reducir el número total de inmigrantes y detener la inmigración ilegal».

La dimisionaria, como su antecesora, la polémica Priti Patel, defendía el cuestionado plan de enviar a solicitantes de asilo a Ruanda, una medida que hasta el hoy rey Carlos III criticó. Asimismo, Braverman era partidaria de utilizar a la Royal Navy (la Armada Real) para intentar frenar la llegada de barcos cargados de simpapeles. También proponía romper con el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo para poder llevar adelante estas políticas sin problemas.

La prensa británica aseguraba este miércoles que Truss y Braverman tuvieron algunos roces por cómo abordar este espinoso tema.

La renuncia, sin embargo, le brindó a la mandataria la oportunidad de mandar un mensaje a ese sector del partido que no la apoyó en las primarias. Así, designó como nuevo titular de la cartera de Interior a Grant Shapps, quien fue ministro de Transporte con Boris Johnson y que respaldó a Rishi Sunak en la carrera por Downing Street.

La jornada ya se pronosticaba complicada para Truss desde temprano. Posiblemente por ello, su oficina canceló una visita a una empresa tecnológica, donde estaba previsto que hiciera declaraciones a los medios.

Al mediodía, la mandataria se enfrentó a su primera sesión de control en la Cámara de los Comunes después de la retirada de su plan económico; y en ella, el líder laborista, Keir Starmer, hizo gala del famoso sarcasmo inglés para atacarla. «Se ha escrito un libro sobre la etapa de la primera ministra en el cargo. Aparentemente, saldrá en Navidades. ¿Esa es la fecha del lanzamiento o el título?», ironizó en medio de las carcajadas de los suyos.

«Yo soy una luchadora, yo no huyo», replicó Truss, quien justificó el tener que desechar buena parte de sus promesas «por el empeoramiento de la situación económica». El anuncio de la premier de que las pensiones subirán al mismo nivel que la inflación dio a Starmer más elementos para golpearla. «La semana pasada prometió que no habría recortes en el gasto fiscal y ahora los están preparando. ¿De qué vale una primera ministra cuyas promesas duran una semana?», inquirió.

Pero Truss no solo aguantó los ataques de la oposición, sino también los que llegaban desde sus propias filas. Así, el diputado William Wragg anunció que ha pedido al todopoderoso Comité 1922 que active el proceso para destituir a la premier y buscarle un reemplazo.

Presiones dentro del Partido Conservador

La ministra británica del Interior, Suella Braverman, dimitió este miércoles tras haber asumido el cargo hace un mes y medio, con la llegada al poder de la primera ministra conservadora, Liz Truss, según informa este miércoles la BBC y recoge la agencia Efe.

La renuncia se produce entre crecientes presiones dentro del Partido Conservador para que Truss abandone Downing Street, ante la tormenta financiera y el desplome en las encuestas que provocó su masivo recorte de impuestos, que se vio forzada a retirar. 

Truss dijo este miércoles en el parlamento británico que es una «luchadora y no una desertora» y que no dimitirá.  Preguntada por el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, por qué sigue en el cargo tras haberse visto forzada por sus propios colegas conservadores a anular su estrategia económica, argumentó que ha actuado «en el interés nacional». La oposición ha exigido la convocatoria de elecciones para acabar con el «grotesco caos» de su política económica.

El nivel de apoyo a Truss se desploma al 10 % tras los últimos cambios económicos

Truss es, con diferencia, la líder política británica peor valorada de Reino Unido, según una encuesta

La Voz

La gestión de la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, solo recibe el apoyo del 10 % de los británicos, según un sondeo que acredita el desplome en la popularidad de la jefa de Gobierno tras sus últimos giros políticos en materia fiscal.

Truss ya se encontraba la semana pasada en niveles inferiores a los de su predecesor, Boris Johnson, y tras el cese del ministro de Finanzas y la marcha atrás en el «minipresupuesto» anunciado en septiembre ha caído otros cinco puntos en apenas unos días.

Un 80 % de los encuestados tienen ya una opinión desfavorable de la primera ministra, según un sondeo de YouGov elaborado a partir de 1.724 entrevistas. Esta mayoría crítica se extiende incluso entre los simpatizantes del Partido Conservador, donde solo un 31 % la apoya. Truss es, con diferencia, la líder política británica peor valorada de Reino Unido.

La mejor nota la recibe el jefe de la oposición, el laborista Keir Starmer, con un 41 %, mientras que entre los tories destacan Rishi Sunak (34 %) e incluso el denostado Johnson (32 %). Por otra parte, el 17 % tiene una buena opinión del nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, nombrado el pasado viernes en sustitución de Kwasi Kwarteng.

Hunt fue el encargado de anunciar esta semana el desmantelamiento casi total del plan fiscal lanzado por su predecesor. Pese a las crecientes tensiones, Truss afirmó el lunes que quiere liderar a los conservadores hasta las próximas elecciones y reconoció «errores» en la gestión económica de estas últimas semanas.