La muerte de Mahsa Amini generó una oleada de protestas en Irán y una sangrienta represión

INTERNACIONAL

Los manifestantes prenden fuego a una barricada durante una protesta por la muerte de Mahsa Amini, el pasado septiembre, en Teherán
Los manifestantes prenden fuego a una barricada durante una protesta por la muerte de Mahsa Amini, el pasado septiembre, en Teherán WANA NEWS AGENCY | REUTERS

Las autoridades persas detuvieron a más de 15.000 personas. La cifra de muertos superó los 300 y cuatro manifestantes fueron ejecutados, alguno en público. Irán libera a la activista coruñesa Ana Baneira Suárez, presa desde noviembre

26 feb 2023 . Actualizado a las 18:14 h.

Fue el pasado 13 de septiembre cuando los cimientos del régimen de Irán se tambalearon. Mahsa Amini, una joven kurda, de apenas 22 años, había sido arrestada en Teherán por la policía de la moral iraní por usar «inadecuadamente» su hiyab (velo islámico). La golpearon brutalmente hasta que tres días después murió bajo custodia policial. Para esta siniestra brigada policial solo fue un caso más de tantos. Pero para la sociedad iraní fue la gota que colmó el vaso de años de impunidad y de violación de los derechos humanos. El país vivió una oleada de protestas sin precedentes, secundada por la comunidad internacional, y por personas influyentes del mundo de la cultura y del deporte. Imágenes de mujeres quemando su velo islámico, cortándose el pelo, manifestándose al grito de «mujeres, vida, libertad» y «muerte al dictador» se sucedieron durante meses en el país persa. Miles de iraníes, incluidos muchos hombres también, salieron a la calle en las principales ciudades.

La represión

Las primeras detenciones. Tan solo nueves días después de iniciarse las protestas, Nilufar Hamedi, la primera periodista que informó de la muerte de Amini, fue detenida en su casa. También fueron arrestados 17 periodistas más de la región. La cifra de muertos por la represión de las protestas se cifró en más de 300 —entre ellas, 40 niños— y los detenidos superaron los 15.000. El régimen también detuvo al cantante Shervin Hajipour, cuya canción Baraye (Para) se convirtió en el himno de las protestas al incluir la letra los tuits de los iraníes que protestaban.

Abusos

Violación de derechos humanos. Ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, violencia sexual y de género, arrestos arbitrarios, torturas y otros abusos cometidos contra los manifestantes han provocado una gran indignación en la comunidad internacional hasta el punto de que la ONU creó una misión independiente para investigar estos hechos.

Pena de muerte

Infundir miedo. Entre todas estas atrocidades, las más graves son las penas de muerte contra los manifestantes para infundir miedo y disuadir al resto de la población. En menos de cuatro meses de revueltas, el régimen aplicó la pena de muerte a cuatro manifestantes y, según Amnistía Internacional, otras 20 personas corren peligro de tener el mismo destino. El primero fue Mohsen Shekari, ejecutado el 9 de diciembre en la horca tras ser acusado de herir a un basiji (miliciano islámico) con un cuchillo, bloquear una calle y crear terror en Teherán. El siguiente fue Majidreza Rahnavard, de 23 años, al que acusaron de matar a dos agentes. Su ahorcamiento fue público. El 7 de enero, en secreto y sin avisar a sus abogados ni a sus familias, aplicaron la pena de muerte a Mohammad Mehdi Karami y a Seyed Mohammad Hosseini. En todos los casos se difundieron confesiones forzosas de las víctimas.

La policía de la moral

Blanquear su imagen. Días antes de estas ejecuciones, el régimen de los ayatolás anunció que suprimiría la policía de la moral y que trabajaba en una modificación de la ley sobre el uso obligatorio del velo islámico, sin desvelar en qué sentido.

La joven coruñesa

Detenida en noviembre. El pasado 8 de noviembre, la familia de la joven coruñesa Ana Baneira recibió la confirmación de que había sido arrestada por autoridades iraníes cuando participaba en una de las protestas por la muerte de Mahsa Amini. Santiago Sánchez es el otro español que todavía permanece detenido en Irán.

La mujer en Irán

Discriminación. La discriminación de la mujer en Irán va más allá de la obligatoriedad del velo. Los hombres tienen la última palabra sobre los derechos de la mujer. No pueden cantar en público ante la presencia de un hombre o grabar discos, tampoco pueden conducir motos o asistir a partidos de fútbol. El padre tiene el poder de vetar el matrimonio de sus hijas, aunque sean mayores de edad. Y una vez casadas, necesitan el permiso de su marido para estudiar, trabajar y tener pasaporte. El marido tiene el derecho de prohibir la salida del país de su mujer en cualquier momento. Además, tiene la custodia de las hijas hasta los nueve años y de los hijos hasta los 15. La edad mínima para casarse es de 13 años para las mujeres, pero es posible celebrar matrimonios a edades más tempranas con el permiso paterno y de un tribunal.

España insiste en la liberación del otro español preso cuando iba a Catar

A Santiago Sánchez, de 41 años, se le perdió el rastro el pasado mes de octubre después de que visitara la tumba de Mahsa Amini, situada en la ciudad natal de la joven, en el kurdistán iraní. Este viajero de aventuras madrileño había abandonado España nueve meses antes con la intención de lograr la hazaña de llegar a pie al Mundial de Catar, donde tenía previsto asistir a los partidos de esta competición. Pretendía llegar hasta la costa iraní y desde allí cruzar hasta Catar.

Pero la visita a la tumba de la víctima de la revolución contra el velo islámico provocó su detención. Desde entonces está arrestado y las autoridades españolas insisten para que también sea liberado. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha señalado que la felicidad será «completa» cuando Santiago Sánchez sea igualmente puesto en libertad.