Concluye la búsqueda de Madeleine McCann en el Algarve y las muestras recogidas serán enviadas a Alemania
INTERNACIONAL
Medios portugueses indican que se podrían haber encontrado material relevante en el entorno del embalse de Arade
30 oct 2023 . Actualizado a las 11:43 h.Las autoridades portuguesas y alemanas han dado por concluidas las últimas operaciones de rastreo en el marco de la desaparición de Madeleine McCann, que comenzaron el martes en el embalse de Arade, en el Algarve, y se prolongaron un día más de lo esperado, hasta la tarde de este jueves, a causa de las adversidades meteorológicas. Los reporteros locales desplazados a Arade subrayan que se podrían haber encontrado material relevante, aludiendo a una gran y prolongada concentración de oficiales en un área concreta.
Según confirmó la Policía Judicial lusa, todas las muestras obtenidas serán enviadas a Alemania para ser analizadas en un laboratorio. Fue la fiscalía germana quien solicitó, a través de una orden de investigación europea, que se retomaran las labores de búsqueda. Ahora tratarán de establecer alguna relación entre las pruebas recogidas y Christian Brueckner, principal sospechoso del asesinato de la pequeña Maddie.
Tanto representantes de Scotland Yard como de la Policía Judicial lusa evitan emplear esta terminología y todavía tratan el caso como una desaparición. Además, también coinciden al admitir que no disponen de toda la información que motivó la petición del fiscal alemán Hans Crhistian Wolters, que aseguró estar «convencido» de la culpabilidad de su sospechoso.
Las labores de búsqueda se prolongaron durante tres días, en que los agentes se concentraron en un área de unos 500 metros cuadrados en el perímetro del embalse. Aunque utilizaron lanchas, no hay constancia de que hubiera equipos de buzos para remover los fondos, y se limitaron a examinar superficialmente las orillas. Así, pusieron el foco en el perímetro (ahora, al descubierto debido a la sequía, pero en el 2007 bajo el agua), donde se emplearon con maquinaria ligera como picos y motosierras, una unidad canina y georradares.
Arade se encuentra a 50 kilómetros de donde desapareció, hace 16 años, Madeleine McCann, cuando dormía con sus dos hermanos en el complejo vacacional de Praia da Luz, donde la familia descansaba. Tras ser detenido por delitos sexuales y tras diversas investigaciones, el sospechoso fue asociado a esta zona cuando desapareció la menor inglesa.
El Caso Madeleine, la desaparición más famosa del mundo
Desapareció de la forma más misteriosa posible cuando solo tenía tres años. Y de eso han pasado ya casi 16. Con todo, el caso de la niña británica Madeleine McCann es uno de los más enigmáticos del mundo. Lo es por la forma en la que todo sucedió, porque el imaginario público tiene grabada en su mente la imagen de esa niña rubia con una pequeña mancha en el ojo - un coloboma en el iris-, pero también por el hecho de que, tras años de silencio y de la que parecía una acabada investigación, cada cierto tiempo surgen nuevas pistas que, por el momento, no han llevado a ninguna parte.
El 3 de mayo del 2007, el día que se le perdió la pista
La reconstrucción y el supuesto paso a paso de la desaparición de Maddie es uno de los relatos más repetidos de los sucesos criminales de la historia reciente.
Jerry y Kate McCann, dos médicos de Leicester, habían viajado a Praia da Luz, una turística localidad del Algarve, para pasar unos días de vacaciones con un grupo de amigos, también con niños pequeños. Maddie dormía aquella noche en el apartamento alquilado por sus padres en un complejo vacacional junto a sus hermanos menores. A pesar la corta edad de su hija mayor, solo tres años, los McCann cenaban en un restaurante del recinto vacacional junto a sus amigos. Los adultos hacían rondas por los apartamentos para vigilar a sus respectivos niños. En una de esas vigilancias, Kate McCann se dio cuenta de que Madeleine no se encontraba en la estancia. La voz de alarma se dio al instante y todo el complejo hotelero se volcó en los primeros minutos en buscar a la niña.
A las pocas horas, la noticia de la desaparición de la pequeña británica en el Algarve había dado la vuelta al mundo. El caso lo tenía todo: su corta edad, que la hubiesen dejado sola en la habitación y la posibilidad de que hubiese sido secuestrada.
Medios de todo el mundo viajaron a Praia da Luz. La imagen de unos Kate y Jerry McCann destrozados estaba en las pantallas y periódicos de todos los países. Había mucho revuelo, pero la investigación parecía dar pocos frutos.
Desde el primer momento se habló de que la supuesta escena del crimen, la habitación donde dormían los niños, había sido alterada por el ir y venir de los adultos en busca de Maddie. Por otro lado, a la policía portuguesa le llovieron críticas por cómo estaba encarando el caso.
Los primeros sospechosos
En aquellas dos semanas hubo dos sospechosos. Dos extranjeros que vivían en la zona. Uno de ellos, Robert Murat, un británico afincado en Portugal, colaboró en aquellos días como traductor para los medios de comunicación internacionales y para la policía. Su entrega a la investigación le puso en el punto de mira. La policía registró su casa, que estaba muy cerca del hotel, e incluso excavó en su jardín. Aquella línea de investigación acabó en punto muerto. El otro interrogado fue un joven de origen ruso, Sergey Malinka, que tenía relación con Murat y al que supuestamente este llamó para mantener una conversación sobre el caso Maddie. Investigaron sus equipos informáticos y le interrogaron durante horas. Tampoco hubo resultados.
El foco sobre los padres
Cuatro meses después de la desaparición de Madeleine, la imagen de los padres de la niña para la opinión pública da un giro de 180 grados. De aparecer como unos progenitores destrozados, pasaron a ser para muchos los principales sospechosos de la desaparición de la menor. La policía portuguesa entrevista primero a Kate McCann y a los pocos días, los padres de Maddie son considerados sospechosos. Una figura que en Portugal recibe el nombre de «arguido».
El propio Jim Gable, uno de los principales responsables de la investigación desde la policía británica, mantuvo que en un primer momento pensó que el culpable de la desaparición era el padre de la niña, aunque aseguró que tiempo después creyó en su inocencia.
Otro de los momentos críticos tuvo lugar cuando los investigadores dieron con una muestra de ADN en el dormitorio de Maddie. La correspondencia era de más de un 80% con la de los McCann. Se habló de otra muerta de sangre, que los investigadores habrían encontrado en el maletero del coche alquilado por la familia para sus vacaciones. Pasado un tiempo, se barajó que el automóvil había sido alquilado, pero tras la desaparición de la niña.
Tras estos acontecimientos, la familia regresa a Reino Unido pero los McCann se desplazan por todo el planeta para mantener vivo el recuerdo de su hija. De forma paralela, los padres de la niña abren una nueva vía de investigación al margen de la policía portuguesa y de Scotland Yard. Apoyados por capital privado, los McCann contrataron detectives para buscar a su hija por todo el mundo.
Desde ese momento todos los pasos han sido en la dirección equivocada. En el 2019, The Mirror adelantaba en exclusiva que la policía británica podría estar cerca de resolver el caso después contemplar un nuevo sospechoso, un extranjero que estaba en el Algarve en el momento de la desaparición de la pequeña en el 2007.
Los agentes portugueses afirmaban estar «más cerca que nunca de saber lo que le pasó a Madeleine».
Ya en el 2020 se le ponía nombre y apellido a un nuevo sospechoso, un alemán de 43 años llamado Chistian Brueckner, un hombre con un dilatado expediente criminal que se encuentra en prisión. Está condenado por agredir sexualmente a una mujer en la zona en la que Maddie desapareció.