Los republicanos de EE.UU. cierran filas en torno a la fragilidad física de su líder en el Senado
INTERNACIONAL
McConnell ha protagonizado varios episodios de paralización durante sus intervenciones
07 sep 2023 . Actualizado a las 17:52 h.El Senado de Estados Unidos comenzó el martes uno de sus meses más cortos e intensos, que dará pie a la larga campaña electoral del 2024, empezando con la urgencia de evitar un cierre del Gobierno por falta de fondos y enfrentar el creciente clamor de un impeachment contra Joe Biden. Al frente de actividades tan delicadas se encuentra un líder octogenario que en poco más de un mes se ha quedado congelado ante las cámaras dos veces, incapaz de articular palabra. Mitch McConnell se reunió ayer con los senadores de su partido, el Republicano, a puerta cerrada para explicar su fragilidad y convencerles de que le apoyen como líder en la etapa que comienza.
Su asiento no está en duda, porque no tendrá que revalidarlo hasta 2026, pero ¿será capaz de guiar a la formación conservadora hasta la victoria el año que viene? «Puede que se le vaya durante 20 segundos al día, pero en los otros 86.380 hace un trabajo malditamente bueno», dijo el senador Mitch Ronnie al ofrecerle su apoyo. Ronnie había hecho la cuenta de los segundos útiles de McConnell, pero su correligionario Rand Paul también había realizado los deberes al estudiar el comunicado del doctor del Capitolio con el que McConnell pretendía a callar las especulaciones de que había sufrido un ictus en directo.
«Después de varias evaluaciones médicas que incluyeron resonancias magnéticas, electroencefalograma y consultas con diferentes neurólogos», el doctor Brian Monahan escribió en un escueto comunicado que no ha encontrado evidencias de que el senador haya sufrido ningún microinfarto, y ictus, convulsiones, ni nada relacionado con el Párkinson, como se ha especulado. ¿A qué se debió entonces ese incómodo silencio a mitad de frase que dejó a sus colegas y colaboradores en busca de alguna excusa creíble con la que llevárselo? El senador en cuyas manos descansa el futuro del partido sufrió una caída en marzo pasado que le tuvo ingresado durante varios días.
«No es extraño sufrir mareos ocasionales durante la recuperación de una conmoción cerebral y se puede esperar también como resultado de una deshidratación», escribió el médico del Capitolio, que no recomienda ningún cambio en los protocolos que sigue desde marzo.
Susurros conspirativos
Entre los pasillos del Capitolio hay susurros conspirativos de quienes le consideran demasiado mayor para la tarea que tiene entre manos. Son también las voces más radicales del partido, que ven a McConnell como un político tradicional en tiempos de Trump, al que le une más amistad con Biden que con el que casi seguro candidato presidencial del partido. «Soy médico y puedo decirte que eso no son los síntomas de una deshidratación», protestó Paul.
«Cuando los ojos se quedan perdidos en la distancia y básicamente estás inconsciente con los ojos abiertos, suele ser un problema neurológico», dijo el cirujano libertario de 60 años. Con el Senado de más edad en la historia de Estados Unidos, hasta el presidente del Gobierno, que solo tiene un año menos qué McConnell y se enfrenta a las mismas dudas sobre su capacidad física, pocos se atreven a tirar la primera piedra.
Si a sus 81 años McConnell lleva 38 ocupando el asiento de Kentucky, la senadora demócrata de California Dianne Feinstein, de 90, lleva casi todo el año ausente de la Cámara por problemas de salud, lo que ha impedido a su partido, que tiene una exigua mayoría, confirmar la nominación de jueces.
No son los únicos. El republicano Charles Grassley tiene solo tres meses menos que ella. Richard Shelby, 89 años. James Inhofe, 88, el demócrata Pat Leahy, 83. En ese contexto, McConnell es un jovenzuelo al que sus mayores están dispuestos a pasar por alto los achaques de la edad, sobre todo mientras sea capaz de recaudar cifras récords como los 50 millones de dólares que grupos afines a él han traído al partido en agosto para financiar la batalla por el Senado de 2024.