La Fiscalía libia abre una investigación sobre la rotura de las dos presas que arrollaron la ciudad de Derna
INTERNACIONAL
Hoy hace una semana que el huracán Daniel tocó tierra en la costa de Libia y los equipos de rescate aún encuentran supervivientes: una mujer y sus cuatro hijas, y una anciana bajo un edificio derrumbado. Un símbolo de esperanza frente a los 450 cadáveres hallados bajo los escombros, en las últimas 72 horas, en la ciudad de Derna, informó ayer la Comisión de búsqueda e identificación de personas desaparecidas. La rotura de dos presas abandonadas que liberaron 33 millones de metros cúbicos de agua sobre esta urbe, convertida en la zona cero del ciclón, será objeto de la apertura de una investigación, como anunció el fiscal general de Libia, Al Siddiq al Sur. «Puedo garantizar a los ciudadanos que se tomarán medidas contra quien haya cometido errores o haya incurrido en negligencia; la Fiscalía adoptará medidas firmes y presentará una denuncia penal para que sean juzgados», aseguró a la televisión Al Yazeera. Al Sur añadió que investigará la actuación de las autoridades locales y del Gobierno libio, y qué se hizo con los fondos destinados al mantenimiento de ambas presas.
De hecho, según un informe oficial del 2021, estas infraestructuras, construidas en los años setenta, carecían de mantenimiento, pese a que se había destinado un presupuesto de más de dos millones de dólares para ello en los años 2012 y 2013, según la agencia Efe. Además, el Ejecutivo libio habría contratado a la empresa turca Arsel Construction Company Limited en el 2007 para encargarse del mantenimiento y construir una tercera presa, según las mismas fuentes.
Los supervivientes de esta tragedia, que ha dejado, al menos, 7.000 muertos, 10.000 desaparecidos y 38.000 desplazados, sufren ahora la falta de agua potable y alimentos. El Centro Nacional para el Control de Enfermedades informó sobre 55 casos de agua contaminada y de 150 pacientes con diarrea. También deben afrontar el riesgo que supone la munición no detonada del conflicto interno libio y que, tras las riadas, «puede estar en otras partes. Es un problema adicional de seguridad tanto para la población de Derna como para los que vienen de fuera», advirtieron desde la Federación Internacional de la Cruz Roja.
38 aviones y 5 barcos con ayuda
El Gobierno de Unidad Nacional, con sede en Trípoli y reconocido por la comunidad internacional, anunció la llegada de 38 aviones y cinco barcos con ayuda humanitaria procedente de 16 países de todo el mundo. Y la Organización Mundial de la Salud confirmó el envío de 29 toneladas de ayuda médica a la ciudad de Bengasi. Sin embargo, la división política del país en dos Gobiernos rivales está originando una «gestión caótica» de la tragedia, afirman los expertos. «Las donaciones y voluntarios llegan de todo el territorio, provocando grandes embotellamientos en los accesos a Derna y la situación es de descoordinación», lamentaron desde Médicos Sin Fronteras. Esta oenegé alertó de que una de las necesidades «más acuciantes» es la salud mental de las víctimas, que, en muchos casos, han perdido a varios miembros de su familia.
Las inundaciones colapsaron carreteras y puentes, por lo que «conseguir ayuda que está en el aeropuerto de Derna es un problema», reconocieron miembros de la Cruz Roja desplazados en la zona.