La europeísta Maia Sandu frena la injerencia de Putin con una ajustada victoria en Moldavia

Rafael M. Mañueco MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

Maia Sandu, el domingo celebrando su victoria en Chisinau.
Maia Sandu, el domingo celebrando su victoria en Chisinau. Stringer | REUTERS

Logró un 55 % de los votos, frente al 45 % del prorruso Stoianoglo

04 nov 2024 . Actualizado a las 20:21 h.

El referendo celebrado el 20 de octubre en Moldavia, a la vez que la primera ronda electoral de las presidenciales, ya indicó que el país está partido por la mitad en lo que se refiere a si el rumbo de su desarrollo político y económico debe apuntar a Europa o a Rusia. Aquella consulta constitucional, promovida por la presidenta proeuropea del país, Maia Sandu, que ganó los comicios del domingo por un estrecho margen, la ganaron también los proeuropeos, aunque por una diferencia mínima: un 50,4 % a favor de la integración en la UE frente a un 49,6 %, en contra.

Este lunes, con el recuento de votos casi finalizado, Sandu, líder del Partido de Acción y Solidaridad (PAS), había obtenido un 55,41 % de los sufragios mientras que su adversario, el prorruso Alexandr Stoianoglo, antiguo fiscal general y candidato del Partido de los Socialistas de la República de Moldavia (PSRM), se quedaba en un 44,59 %. La participación fue alta, por encima del 54 %, superior a la de convocatorias anteriores.

Stoianoglo comenzó encabezando el recuento y se le daba ya por ganador, pero al llegar el escrutinio al 90 % aproximadamente, se puso por delante Sandu gracias a las papeletas emitidas en el extranjero, en donde el apoyo a Europa es mucho mayor. Las autoridades moldavas alertaron de nuevas «injerencias» de Rusia «a gran escala» en esta segunda vuelta electoral. El asesor presidencial de Seguridad Nacional, Stanislav Secrieru, escribió en X que «se trata de un intento de distorsionar los resultados electorales».

La agencia Reuters informó de que las autoridades moldavas comunicaron a varios países de la UE sobre las intenciones de Rusia de obstaculizar la votación de los emigrantes moldavos en colegios electorales extranjeros, ya que, según el Gobierno de Chisinau, la diáspora moldava es mayoritariamente proeuropea y vota a Sandu. En Moscú se formaron enormes colas en el Consulado moldavo, donde funcionaron dos colegios electorales, y hubo gente que denunció no haber podido ejercer su derecho al sufragio, al parecer, por falta de suficientes papeletas, lo que motivó un cese anticipado de las votaciones.

El Canal 5 moldavo reveló que en varios países europeos el sistema informático de los colegios electorales no funcionó. La policía aseguró que estaba investigando posible «transporte organizado por parte de Rusia» para trasladar a los votantes. El primer ministro moldavo, Dorin Recean, habló de «avisos de bombas falsos en el extranjero» para reventar las votaciones.

Irregularidades

Los observadores de la oenegé moldava Promo-LEX informaron de 109 violaciones durante las dos primeras horas de la votación en las elecciones presidenciales del domingo en Moldavia. Sostienen haber detectado un caso de transporte organizado de votantes en un colegio electoral en Turquía. Hubo, según la oenegé, 62 colegios electorales que abrieron tarde. Muchos votantes se quejaron de no haber sido incluidos en el censo electoral y denuncian la «inacción» a este respecto de la Comisión Electoral Central. A pesar de todo esto, el trabajo de las comisiones electorales en el 98,9 % de los casos lo valoraron como «bueno» o «muy bueno». Promo-LEX dio cuenta también de la colocación de carteles de campaña a menos de cien metros de algunos colegios electorales.

Sandu, de 52 años, entró en política en el 2012, habiendo trabajado anteriormente como asesora del director ejecutivo del Banco Mundial y vivido en Washington. Se desempeñó como ministra de Educación durante dos años, en el 2019 dirigió el Gobierno de Moldavia durante casi seis meses y en el 2020 ganó las elecciones presidenciales, venciendo al entonces jefe de Estado, el prorruso y amigo de Vladimir Putin Ígor Dodón, en la segunda vuelta. Ya bajo su mandato, Sandu declaró su apoyo a Ucrania, se sumó a las sanciones occidentales contra Moscú y, al mismo tiempo que Kiev, presentó la solicitud de adhesión a la Unión Europea, que es su principal baza electoral, ya que las promesas hechas hace cuatro años de elevar el nivel de vida de la población, introducir reformas en el sistema económico y acabar con la corrupción siguen sin cumplirse en gran medida.

Por su parte, Stoianoglo, de 57 años y candidato del Partido de los Socialistas de la República de Moldavia (PSRM), cuyo principal dirigente es Dodón, se autodefine como «aspirante presidencial apolítico» y como un «recién llegado». Procede de la región separatista de Gagauzia, enclave que, al igual que Transnistria, cuenta con una población mayoritariamente prorrusa. No obstante, los analistas subrayan que Stoianoglo se diferencia sustancialmente de Dodón. Considera que «el camino hacia la integración europea no significa que tenga que haber confrontación con Rusia». Cree además que el contencioso territorial con Transnistria y la presencia allí de tropas rusas «son cuestiones que se pueden resolver con el diálogo». Tras su derrota, ha pedido «calma» a la población hasta que finalice definitivamente el recuento.