La Justicia de EE.UU. acusa al exmarido de Ana María Henao de asesinato y podría enfrentarse a la pena de muerte
INTERNACIONAL
Según la fiscalía, David Knezevich viajó desde Miami a España «con la intención de matar, herir, acosar e intimidar a su mujer». Los investigadores creen que se deshizo del cuerpo de Ana María en el viaje que hizo en coche entre Madrid y Belgrado. Knezevich asegura que no ha pisado nunca España
16 nov 2024 . Actualizado a las 13:01 h.La pista de Ana María Henao se perdió el 2 de febrero en el piso en el que residía en Madrid, a donde había llegado dos meses antes desde Florida escapando de un difícil proceso de divorcio. Quería poner tierra de por medio tras trece años de matrimonio con el serbio David Knezevich, conocido como Dusan. La relación se había deteriorado y, tras el verano del 2023, iniciaron los trámites de separación. Durante esos meses de separación, Ana María siguió recibiendo mensajes de su marido, en los que le proponía desde venir a hacerle una visita hasta la reconciliación, algo a lo que Ana siempre se había negado.
En Madrid, donde tenía algunas amigas, Henao quería emprender nuevas aventuras empresariales. Se instaló en un apartamento de la calle Francisco Silvela, en el lujoso barrio de Salamanca, cuyo alquiler finalizaba en marzo. Por ese motivo, un día antes de su desaparición había estado buscando un nuevo lugar para vivir junto a una de sus amigas de la infancia.
Aquel 2 de febrero fue la última vez que se vio a Ana María viva: entraba en el edificio en el que residía con un ramo de flores en la mano. A las 11.30 horas de ese día envió un mensaje a su amiga para decirle que no le había gustado la vivienda que habían visitado. Y aunque la amiga le escribió mensajes y la llamó por teléfono, ya no pudo contactar nunca más con ella. Le pareció muy extraño no recibir respuesta, pues tenían programado un viaje conjunto a Barcelona el día 5, y Ana se había mostrado «muy ilusionada» con el plan. Pensando incluso que había perdido el teléfono, se presentó en vano en la estación de Atocha el día del viaje: Ana María Henao no apareció.
El coche alquilado
Días antes de la desaparición de Henao, el 27 de enero, su marido David salió con una maleta de la que había sido su vivienda familiar en Florida. Tomó un avión desde Miami con destino a Estambul. Knezevich se desplazó en coche hasta Belgrado. Fue allí donde alquiló un Peugeot 308 de color azul, sin localizador GPS, en una oficina de la agencia Zim Tours. Aunque la idea era devolver el coche a mediados de febrero, finalmente amplió la reserva hasta el 24 de marzo.
El día en el que desapareció Ana María, la Policía recibió un aviso del robo de las placas de matrícula de un coche que estaba aparcado en una calle en Alcalá de Henares: las mismas placas fueron vistas más tarde sobre un Peugeot transitando por la calle Francisco Silvela, donde estaba ubicado el apartamento de Ana María.
Mensajes sospechosos
El 3 de febrero, el teléfono de Henao, que permanecía apagado, se conectó para enviar dos mensajes de WhatsApp. El primero, en inglés, lo recibió una amiga que reside en Suecia. A las tres de la tarde, la amiga que vive en España recibió el segundo. El texto estaba en castellano: «Conocí a una persona muy chévere. Tiene una casa de recreo a unas dos horas de Madrid. Ahora nos vamos y pasaré unos días allí. Aunque apenas hay señal. Te marco cuando vuelva». Ambas intentaron ponerse en contacto con Ana María, realizando varias llamadas a su móvil para tratar de hablar con ella, pero no contestó. Las amigas estaban sorprendidas y asustadas, no solo por el contenido de los mensajes, sino también por la forma: no era su estilo, ni sus palabras, no había faltas de ortografía —habituales en sus textos— y tampoco solía usar signos de puntuación. Parecía que los mensajes no los hubiera escrito Ana.
La amiga que reside en Madrid se desplazó hasta su domicilio, pero no hubo respuesta. Alertó a los servicios de emergencias y los bomberos accedieron a la vivienda por una ventana, para comprobar que no había signos de violencia ni desorden. Una vecina aseguró que había visto luz en la vivienda esa madrugada. Contó además que ese fin de semana había tapado con un espray la cámara del telefonillo de la entrada y también la de seguridad ubicada junto al ascensor. La familia y los amigos interpusieron una denuncia por la desaparición de Ana María en la comisaría de la Policía Nacional.
De acuerdo con la investigación del FBI, días antes de la desaparición de su esposa, David Knezevich le escribió a una mujer colombiana que había conocido unos meses antes a través de una aplicación de citas para que le hiciera el favor de transcribir en «perfecto colombiano» un mensaje. Le aseguró que era para una amiga suya guionista. Pero el mensaje traducido era el mismo que recibieron luego las dos amigas de Ana María el día 3 de febrero.
El 15 de marzo Dusan entregó las llaves del coche alquilado en la oficina de Belgrado. El vehículo había sido modificado: el marco de la matrícula había sido cambiado, tenía los cristales tintados y habían desaparecido las pegatinas de la empresa del préstamo.
La Policía española obtuvo una copia de una cámara de seguridad en una tienda en Coslada en la que aparece un hombre comprando la misma marca de pintura con la que se taparon las cámaras del edificio de Ana María y dos rollos de cinta adhesiva al mediodía de ese 2 de febrero. La descripción encaja con hombre que el día de la desaparición de Ana María llevaba un casco de motociclista y roció con espray de pintura en las cámaras de seguridad del edificio de apartamentos en Madrid en el que ella se alojaba, tal y como había alertado la vecina.
Pena de muerte
David Knezevich ha sido acusado de asesinato por un gran jurado de un tribunal estadounidense. La acusación formal fue presentada este miércoles y formula tres cargos de secuestro con resultado de muerte. Según el escrito de la fiscalía, Knezevich cometió un «asesinato planificado y premeditado» contra Ana María. Según el documento presentado ante el tribunal, Dusan viajó desde Miami a España «con la intención de matar, herir, acosar e intimidar a su esposa» y cometió un acto de violencia que resultó en su muerte.
Tras las investigaciones policiales, las autoridades creen que Knezevich se desplazó hasta Madrid desde Belgrado en el vehículo alquilado y accedió a la vivienda de Ana María para acabar con su vida. Y que en algún punto del viaje de regreso de deshizo del cadáver de su mujer, entre España, Francia, Italia, Eslovenia o Croacia.
Knezevich podría enfrentarse a la pena de muerte si es declarado culpable de estos cargos. Su abogada, Jayne Weintraub, ha desestimado la acusación, calificándola como un «intento desesperado» de la fiscalía para imputar la mayor cantidad de cargos posibles sin pruebas contundentes. «No hay evidencia de que David Knezevich haya secuestrado o asesinado a su mujer», señaló Weintraub en un comunicado, anunciando que su cliente se declarará «no culpable» en la próxima audiencia de lectura de cargos.
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Sobre él, que fue arrestado en mayo pasado en el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) cuando llegaba de Serbia, solo pesaba hasta ahora un cargo por el secuestro de su mujer Ana María Henao. Knezevich, que permanece en prisión desde entonces sin derecho a fianza, asegura que no ha pisado nunca España y que no tiene nada que ver con la desaparición de su mujer.
Tras dar por finalizada su relación, Ana María propuso a su pareja repartirse el patrimonio que el matrimonio habían conseguido con sus negocios (estimado en más de 15 millones de dólares) a lo que David Knezevich se negaba. El FBI ha descubierto que buena parte de las propiedades de la empresa de Ana y su marido han sido vendidas, algunas después de la desaparición de la mujer.