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Trump desmantela por decreto el Departamento de Educación

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Manifestación de funcionarios, ante el Departamento de Educación en Washington D. C.
Manifestación de funcionarios, ante el Departamento de Educación en Washington D. C. JIM LO SCALZO

Afecta a la financiación de colegios públicos y alumnos sin recursos

21 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Rodeado de gobernadores republicanos, Donald Trump firmó este jueves un decreto con el que ordena el desmantelamiento del Departamento de Educación (DoE, por sus siglas en inglés). La eliminación del ente, que en el 2024 representó un escaso 4 % del presupuesto federal, era una de las demandas históricas de una parte importante de los líderes republicanos de EE.UU.

El asalto al DoE responde a la idea de los aliados de Trump de que la gestión de la institución ha sido demasiado progresista durante demasiado tiempo. Un hecho que, argumentan, habría limitado la capacidad de decisión de los padres. Especialmente, la de los más conservadores. Así, el tratamiento en las aulas de temáticas que consideran woke, como los derechos reproductivos y la ideología de género, habría inspirado la noción de que una burocracia federal quiere adoctrinar a los jóvenes.

Entre los ciudadanos, la medida es menos popular. El 63 %, según las encuestas del Marist Institute, está en contra de clausurar el departamento, y el 37 %, a favor.

El desmantelamiento, sin embargo, no será total. Pero no porque a la Administración Trump le falte voluntad sino porque, como reconocía la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, un cierre completo se escapa de las competencias del presidente. Con el fin de no necesitar el beneplácito del Congreso, el plan del Ejecutivo es «reducir enormemente» su tamaño, pero que conserve sus «funciones críticas». Unas funciones mínimas entre las que, según dicta la ley estadounidense, no se encuentra la capacidad de instruir al profesorado sobre qué enseñar ni la de dictar los planes de estudios, una atribución que ya corresponde a los estados. Un poder del que da fe la prohibición de ciertos libros en los colegios texanos o floridanos y no en los californianos o los neoyorquinos.

Entre las competencias que sí corresponden al DoE está la de gestionar ayudas financieras a los estudiantes. La reducción de la plantilla y los medios del departamento podría redundar en problemas económicos para el alumnado, que mostró preocupación. De momento, según afirmó la portavoz del Gobierno, la gestión de los préstamos estudiantiles seguirá entre las atribuciones del reducido departamento.

La llegada del republicano a la Casa Blanca ya ha tenido consecuencias para la institución educativa. Según los cálculos de la Administración, del total de 4.133 empleados al inicio de la presidencia de Trump, 600 se han acogido a las dimisiones voluntarias planteadas por el Gobierno. Adicionalmente, la semana pasada, otros 1.300 recibieron aviso de que iban a ser despedidos. Una reducción a la mitad, realizada en cuestión de semanas.

La eliminación de la institución tendrá poco impacto sobre un presupuesto federal en el que solo supone un 4 %, pero servirá para acercar el control de la educación a los estados, como Trump pidió a su secretaria de Educación, Linda McMahon. Sin embargo, sí pesará sobre la financiación de los colegios públicos que, antes de la llegada del magnate al poder, recibían entre un 6 y un 13 % de su financiación del ente federal. Unos fondos que, en su mayor parte, estaban destinados a mantener en las aulas a los alumnos con menos recursos.