¿Qué funciona para aliviar los síntomas de la menopausia? Este es el arsenal terapéutico disponible

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Existen numerosas alternativas para tratar los síntomas de la menopausia.
Existen numerosas alternativas para tratar los síntomas de la menopausia.

Además de las terapias hormonales, existen opciones a base de fitoestrógenos de plantas, suplementos vitamínicos y fármacos específicos para los mecanismos cerebrales que causan problemas como los sofocos y el sudor nocturno

08 jun 2024 . Actualizado a las 13:34 h.

La menopausia es un proceso fisiológico natural por el que pasarán todas las mujeres en la mediana edad. Ahora mismo hay más de ocho millones pasando por este período vital en España, con manifestaciones que van desde la incomodidad de un sofoco leve hasta el insomnio o el dolor en las relaciones sexuales.

No se puede considerar a la menopausia como una enfermedad, ya que es una etapa normal del desarrollo de la vida que llega cuando se agota la reserva ovárica. Pero esto no quiere decir que los síntomas que la acompañan tengan que soportarse sin tratamiento. Más allá de la controvertida terapia hormonal sustitutiva, existen numerosas alternativas para aliviar estos problemas que surgen en el período que tarda el organismo en adaptarse a estos cambios.

Caída del estrógeno

La menopausia se caracteriza por un cambio en los niveles de las hormonas sexuales femeninas que puede causar una serie de síntomas más o menos severos, según el caso. «Los más comunes, normalmente, son los sofocos. Son calores que pueden aparecer en cualquier momento, pero sobre todo vienen por la noche y te despiertan. El insomnio es el segundo síntoma más frecuente. Luego, puede haber sequedad de la piel, de las mucosas o, sobre todo, sequedad genital. Va a producir molestias, picor, escozor y, por supuesto, malestar en las relaciones sexuales. Es lo que se llama dispareunia, el dolor en el coito y viene acompañado de una reducción del deseo sexual», explica el doctor Pluvio Coronado, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (Aeem).

En este período, también pueden aparecer trastornos a nivel de salud mental. Hay que tener en cuenta que estos cambios hormonales y corporales aparecen en un momento vital en el que las mujeres suelen asumir múltiples responsabilidades. Al cuidado de los hijos se suma, en muchos casos, la tarea de atender a padres mayores.

«Hay mujeres que sufren depresión durante la menopausia, en otros casos hay irritabilidad. Si, además, eres una persona que está trabajando, porque muchas mujeres tienen la menopausia cuando se encuentran en su mejor momento profesional, no rindes igual, entonces, te enfadas, te frustras, tienes insomnio, te molestan las relaciones sexuales, discutes. En muchos casos, durante la menopausia se pierde calidad de vida», señala Coronado.

Estilo de vida

Más allá de cualquier medicamento, lo fundamental en esta etapa es llevar un estilo de vida adecuado y libre de tóxicos. Hablamos, entre otras medidas, de mantener una alimentación saludable y nutritiva, así como realizar ejercicio físico de manera regular, tener unos hábitos de sueño adecuados, evitar el alcohol y el tabaco y regular, en la medida de lo posible, el estrés. «El tratamiento más importante, que no es farmacológico, es hacer dieta y ejercicio. Es así de simple. Eso es fundamental y siempre lo va a ser», subraya en este sentido Coronado.

«El mejor ejercicio para la mujer en la menopausia es andar, nadar y hacer ejercicio de fuerza. No hace falta levantar cincuenta kilos, pero sí puedes hacer pilates, por ejemplo, porque así ejercitas el hecho de levantar tu propio peso. Hay que recordar que un músculo fuerte reduce el riesgo de caídas, que son la causa más importante de fracturas», indica.

Terapia hormonal: ¿es adecuada para mí?

Demonizada durante años, la terapia de sustitución hormonal para mujeres menopáusicas consiste en suplir la caída de las hormonas sexuales femeninas que se produce durante esta etapa y es, a día de hoy, el tratamiento más completo para aliviar todos los síntomas asociados a esa caída, desde la sequedad de la piel hasta la pérdida de masa ósea.

«El tratamiento que cubre todos los síntomas es la terapia hormonal, porque mejora la sequedad vaginal, los sofocos, la baja de la libido, la molestias, la sequedad de la piel, el hueso, el aparato cardiovascular y el síndrome genitourinario. En definitiva, los problemas surgen por la falta de estrógeno y volver a introducirlo es beneficioso», señala Coronado.

La controversia en torno a la terapia hormonal surgió a raíz de los resultados del estudio WHI (Women's Health Iniciative), que se realizó en los años noventa y se paralizó debido a los riesgos de cáncer de mama, patologías cardíacas e ictus que se detectaron en algunas pacientes. Pero ¿es segura realmente la terapia hormonal para la menopausia? ¿En qué casos está indicada y cuándo se desaconseja su uso?

«Ha habido una tendencia a decir que el tratamiento hormonal produce cáncer de mama y hay estudios que dicen que podría efectivamente producirlo. Pero estos estudios son antiguos y no están hechos en mujeres jóvenes. Hay que tener en cuenta que las mujeres entre los 50 y los 60 años tienen menos riesgo de cáncer de mama que por encima de los 60», explica el médico.

«Además, hay que saber que los tratamientos hormonales que tenemos hoy en día no son los mismos que había cuando se realizaron esos famosos estudios. Son dosis más bajas y son hormonas naturales, es decir, las mismas que tú produces con tus ovarios, por lo tanto, el riesgo de cáncer de mama se calcula que puede ser muy parecido al de la población general. El estudio de hace 20 años mezclaba los estrógenos con un progestágeno y ese tratamiento se vio que aumentaba el cáncer de mama, cuando era esa combinación, pero cuando se tomaban estrógenos solos, no aumentaba su riesgo, es más, disminuía», aclara Coronado.

Hay dos factores que se deben tener en cuenta en la decisión de prescribir o no estas terapias: el perfil de riesgo individual de la paciente y el tiempo de duración del tratamiento, que siempre debe ser el menor posible. «En torno a un 5 % de las pacientes que están en la etapa de la menopausia acceden a esta terapia hormonal. Es un uso muy limitado», detalla Fernández.

«Solo se justifica su uso en pacientes que tienen síntomas que les afectan a su vida diaria y dentro del menor tiempo posible, con las dosis eficaces más bajas. Cuando se dan esas condiciones, sí que es una terapia eficaz y segura, con un beneficio-riesgo favorable», resume el farmacéutico.

Tengo sofocos: ¿qué puedo tomar?

Es probable que lo primero en lo que pensemos cuando hablamos de la menopausia sean los sofocos. Esta sintomatología, de origen vasomotor, afecta en torno al 60 a 80 % de las mujeres durante su transición perimenopáusica, repercutiendo en la calidad de vida en un 20 % de ellas, según cifras de la Aeem.

Este problema forma parte de un grupo de síntomas denominados vasomotores. «Se ha visto que los sofocos están producidos por una desregulación de la temperatura desde el cerebro. Cuando bajan los estrógenos, el centro termorregulador se altera y el rango de temperaturas se estrecha. Cuando tú subes tres o cuatro grados en tu temperatura corporal, respondes sudando. Si la bajas unos grados, responde tiritando. Eso produce los sofocos», explica Coronado.

Los enfoques terapéuticos tradicionales para estos síntomas vasomotores estaban basados en la restauración de los niveles de estrógeno en el organismo. Pero ahora, un nuevo fármaco está revolucionando el tratamiento. Se trata del fezolinetant, que ya está disponible en España a partir de este mes de mayo. Una medicación que actúa de manera directa sobre el cerebro, bloqueando una zona del centro termorregulador. «La acción es muy rápida y produce una reducción de ese calor. Los estudios han demostrado que es seguro, eficaz y puede ser muy interesante en la menopausia», señala el ginecólogo.

Otros medicamentos que pueden tener efectos en el cerebro y ser efectivos para los sofocos son, por ejemplo, la paroxetina, que es un antidepresivo. Algunos de ellos cambian los neurotransmisores y pueden mejorar los síntomas vasomotores, que incluyen también la sudoración nocturna que interfiere con el sueño.

Tratamientos «naturales»

Existen complementos y compuestos preparados naturales, de venta libre sin receta, que pueden contribuir a aliviar algunos de los síntomas de la menopausia. Carlos Fernández Moriano, responsable del área de Divulgación Científica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, explica que estos productos «se basan en componentes llamados fitoestrógenos, que son compuestos extraídos de plantas que tienen un efecto similar al del estrógeno».

Entre estos fitoestrógenos, los que cuentan con la mayor evidencia científica son las isoflavonas de soja, un concentrado que puede ser beneficioso para reducir las molestias. «No es lo mismo tomar leche de soja que tomar esta fitohormona estrogénica vegetal», aclara Coronado.

«Luego, hay otras plantas como el lúpulo, que tiene propiedades relajantes y ayuda a aliviar los síntomas, la salvia o la cimicífuga racemosa que es otra planta indicada para los sofocos y las molestias asociadas. Hay muchos preparados que asocian las isoflavonas con la melatonina, que también ayuda a dormir. Otros tienen GABA, una sustancia que es como un neurotransmisor y ayuda a relajarse y mejorar el sueño», dice el ginecólogo. 

Sequedad vaginal: ¿qué opciones hay para tratarla?

La pérdida de lubricación vaginal y la atrofia genital son otro conjunto de síntomas típicos que acompañan la menopausia. Existen alternativas para aliviar estos problemas y por eso es importante consultar en cuanto aparezcan. «Para estos síntomas que afectan a la vida sexual se suele indicar el uso de medicamentos a base de estriol, que es un estrógeno, pero suele usarse en formato de gel vaginal que se aplica directamente de manera local en la zona y, por lo tanto, suele tener mejor tolerabilidad y dar menos problemas que la exposición a estrógeno a nivel sistémico», explica Fernández.

Entre ellas, está la prasterona, un fármaco que se aplica de manera local y que tiene ejerce una actividad estrogénica y androgénica en todas las capas de la vagina, consiguiendo un efecto rápido, con estudios que demuestran eficacia a las dos semanas, así como un perfil de seguridad muy favorable.

Y aquí no se terminan las opciones. «Tenemos distintos tratamientos para la atrofia vaginal, que pueden ser hormonas u otras sustancias similares a ellas, pero que no lo son. Por ejemplo, el ospemifeno es un modulador selectivo de los receptores estrogénicos. Es como el tamoxeceno que se pone en el cáncer de mama, y se ha visto en ensayos que mejora la atrofia vaginal, mejora la lubricación, evita el malestar, la molestia y la sequedad. Se toma por vía oral», señala Coronado.

Osteoporosis: cómo prevenirla

La pérdida de masa ósea es uno de los síntomas menos visibles que pueden ocurrir cuando las hormonas femeninas caen con la menopausia. Se desarrolla sigilosamente, sin provocar síntomas hasta que se llega a sufrir una fractura. «Generalmente, las fracturas que se producen por osteoporosis suelen ocurrir en las vértebras de la columna, en los miembros inferiores, en caderas, y también, ante caídas mínimas en mujeres, en las muñecas, y a nivel de la parte proximal del húmero», describe el doctor Francisco Baixauli García, Vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT).

«Para la osteoporosis posmenopáusica hay varios tratamientos. Por ejemplo, tenemos, aparte de las hormonas, que mejoran la osteoporosis y las fracturas, un grupo que se llama bifosfonatos. Son sustancias que reducen la pérdida de hueso. También están los anticuerpos monoclonales como el denosumab, que también detiene esa caída del hueso. Luego, están los fármacos que producen hueso: la teriparatida y sus derivados», explica Coronado.

Baixauli recomienda incorporar dos elementos en específico: «Tomar una dieta rica en calcio y vitamina D. La vitamina D nos la encontramos en la leche. Aparte de eso, a veces, como tratamiento, es bueno tomar un suplemento de calcio y vitamina D diario, que se venden en farmacias. Se pueden tomar una vez al día y generalmente, como tratamiento preventivo, van bastante bien».

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.