La actriz, productora y mujer de Will Smith la tiene desde hace varios años, y se ha convertido en un referente de este trastorno
30 mar 2022 . Actualizado a las 11:40 h.La última edición de los Óscar será recordada por el bofetón de Will Smith al humorista Chris Rock. El público del Dolby Theatre, en Los Ángeles, enmudeció cuando el conocido actor se levantó repentinamente de su asiento después de que el presentador bromease con la alopecia que Jada Pinkett padece desde hace varios años. Los allí presentes no sabían cómo reaccionar: «¿Este guantazo estaba guionizado?» Ya en su asiento, el actor de El Príncipe de Bel-Air añadía dando voces: «Mantén el nombre de mi esposa fuera de tu puta boca». Todo había sido verdad ¿Cuál es el tipo de alopecia que tiene la mujer de Smith?
«Jada, te quiero. Estoy deseando verte en La teniente O´Neil 2», pronunció Rock, haciendo referencia a la calvicie de la actriz y al pelo rapado de G.I. Jane, el personaje al que dio vida Demi Moore en la mencionada película de Ridley Scott.
Con un sabor amargo, Smith tenía que subirse después al escenario para recoger su premio como mejor actor por su papel en la película El método Williams y pedir disculpas, entre lágrimas, por la frustración del momento vivido. Explicaciones que volvía a dar el lunes por la noche. La Academia de Hollywood, por su parte, condenaba en un comunicado la bofetada propinada por el actor, y anunciaba que abrirá una «investigación formal» contra el intérprete.
Jada Pinkett, actriz y productora, nunca llegó a ocultar sus problemas capilares. En diciembre del 2021 publicó en sus redes sociales un vídeo en el que explicaba que el motivo de ver su cabeza rapada era la alopecia, «y no una cirugía de cerebro o cualquier otra cosa que alguien pudiese pensar». Entre risas reconocía que algunas zonas de su cabeza no tenían cabello, de ahí que prefiriese contarlo: «En este punto, solo me puedo reír».
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Lo cierto es que esta naturalidad no es lo más habitual. La calvicie entre mujeres se sigue considerando un tema tabú. Es más, se piensa que es una de las principales preocupaciones estéticas en la población occidental. A nivel general, se estima que hasta el 30 % de las mujeres la sufrirán en algún momento de su vida. De hecho, España es el país de Europa con mayor pérdida capilar en mujeres, y el segundo en el mundo en lo relativo a los varones.
Jada Pinkett Smith no solo es actriz, productora, guionista o directora, sino que se ha convertido en una de las entrevistadoras más conocidas de Internet. Presenta Red Table Talk, en Facebook, junto a su madre, Adrienne Banfield-Norris y su hija, Willow Smith. Precisamente, fue allí donde en el 2018 habló por primera vez acerca de su trastorno autoinmune de alopecia, que afecta a los folículos pilosos y provoca la caída del cabello. Un mensaje que la ha convertido en un referente entre la población femenina que también la padece.
«Un día estaba en la ducha y de repente me di cuenta de que tenía puñados de pelos en mis manos. Pensé Dios mío, me estoy quedando calva», contó la presentadora en el programa. Desde entonces, muestra su cabeza rapada con el objetivo de eliminar el estigma que rodea a este problema tan común.
Incluso, durante el verano del 2021, Jada Pinkett se rapó la cabeza por completo y explicó, en su cuenta de Instagram, que su marido y dos hijos le habían animado a hacerlo: «Era hora de dejarlo ir», precisaba en un vídeo.
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Alopecia en mujeres, un trastorno que afecta hasta al 30 %
La alopecia en mujeres se caracteriza por una pérdida de densidad capilar en las zonas más visibles del cuero cabelludo, como suelen ser la parte superior y delantera. Así, deriva tanto en la caída de cabello, como en un adelgazamiento del mismo. Sin embargo, no es frecuente que la alopecia progrese hasta la calvicie total, sino que comienza con el ensanchamiento de la parte frontal, el aclaramiento de la línea central superior, y de manera progresiva se extiende hacia los lados y la coronilla. Se denomina calvicie de patrón femenino y los efectos suelen ser permanentes.
Las causas que explican la alopecia femenina son muy variadas. La principal se debe a desequilibrios hormonales que se producen tras la menopausia. En esta etapa, tiene lugar un descenso de los estrógenos, a la vez que un aumento de los andrógenos (hormonas masculinas). En este sentido, la caída del cabello también puede producirse después del parto, pues el organismo se encuentra en un proceso de recuperación hormonal. Lo mismo puede ocurrir tras cesar el consumo de anticonceptivos.
No solo esto. La genética también tiene parte de culpa. Las mujeres con antecedentes familiares, masculinos o femeninos, tendrán más probabilidades de verse afectadas.
A mayores, existen otros factores fisiológicos que pueden ocasionar una caída agresiva del cabello, como puede ser el mal funcionamiento de las glándulas tiroideas, o los ovarios poliquísticos. El consumo de ciertos fármacos, el estrés o la dieta también pueden influir. Pese a que la alopecia puede aparecer en cualquier momento, los cambios hormonales que se producen a partir de los 45 años, con la llegada del climaterio, pueden jugar un peso muy importante a la hora de explicar su causa.
Y ojo, porque no todas las calvicies son iguales. Según Sergio Vañó Galván, dermatólogo, tricólogo y cirujano capilar, «existen más de cien tipos de alopecia. Hay algunas de origen hormonal, alimenticio, por estrés, por problemas internos causados por enfermedades, e incluso por fármacos». Determinar con un profesional su causa y tipo será fundamental para pautar el tratamiento más adecuado.
Alopecia androgénica
Es la más frecuente. Tiene un origen hormonal y genético. Se caracteriza por un empeoramiento de la densidad capilar, el cuero cabelludo se hace más visible y la raya se vuelve más ancha. Este trastorno es algo más complicado para ellas: «Muchas veces, tenemos una sensibilidad a las hormonas y existe cierta microinflamación», precisaba la doctora Raquel Amaro, directora médica de Hospital Capilar.
En este tipo de alopecia, el pelo se vuelve más fino hasta que, finalmente, el folículo deja de trabajar y no produce un nuevo tallo. Si algo quieren dejar claro los profesionales es que los productos cosméticos, como los champús anticaída o las ampollas, no lograrán frenar la alopecia: «Se debe acudir a un especialista que pueda diagnosticar el problema», apunta el doctor Manuel Almagro, especialista en dermatología médico quirúrgica y venereología.
Es más, el cabello ni siquiera se puede nutrir. «El pelo no se puede nutrir desde el exterior en el sentido de aportarle elementos para que esté sano y pueda reparar sus estructuras, porque la fibra capilar una vez que emerge de la piel es una estructura muerta», explica Verónica Vivas, farmacéutica especializada en dermofarmacia. ¿Qué se podría hacer, más allá de un tratamiento, para mejorar su apariencia? Una mejora en la alimentación: «La parte vida del pelo se encuentra en la dermis a unos cuantos milímetros de la superficie, nutriéndose por el aporte de la sangre», responde Vivas.
Caída por estrés o efluvio telógeno
Tal y como su propio nombre indica, surge a raíz de un proceso estresante, ya sea físico o emocional. Se trata de una caída intensa de pelo, por la cual el volumen de la coleta se reduce y las entradas pierden densidad. «Afecta en mayor medida a mujeres jóvenes, que a diario tienen que retirar muchos cabellos de la almohada o de sus propios dedos cuando se peinan», explica el doctor Pedro Jaén, en su libro Una Piel para toda la vida.
Tiene solución ya que es reversible. Pese a su carácter agresivo, el pelo volverá a crecer pasados unos tres o cuatro meses tras iniciar el tratamiento, «incluso de manera espontánea sin hacer nada cuando no hay razones concretas para la caída», señala Jaén. Al contrario, la densidad de la melena puede precisar más tiempo para recuperar su normalidad.
Este problema capilar ha sido frecuente, especialmente, desde el inicio de la pandemia. Precisamente, esta condición puede tener diferentes causas escondidas: cirugías, eventos traumáticos, estrés, un parto e incluso, un déficit vitamínico. Aun teniendo un buen pronóstico, sí conviene detectarlo a tiempo para ponerle punto final a las carencias que lo hayan desencadenado.
Alopecia areata
Tiene un origen autoinmune, y se presenta bruscamente dando lugar a zonas circulares, en forma de parche, de alopecia que podrán derivar en una pérdida generalizada. Así lo explica el doctor Pedro Jaén: «El sistema inmunológico del paciente es el que ataca a la raíz de su propio pelo, que acaba cayendo. Esta caída puede afectar a zonas muy pequeñas pero a también a todo el pelo del cuerpo».
En este caso, la caída del cabello es muy lenta. Se produce una inflamación de los folículos que impide o dificulta el suministro de nutrientes. Así, el pelo se expulsa pero no se renueva. Suele afectar más a los varones, aunque también se presenta entre mujeres.
El objetivo del tratamiento elegido será actuar sobre la inmunidad, inhibiendo la reacción que desencadena la pérdida de pelo. Se diferencian entre los corticoides para casos más leves o moderados, y los inmunosupresores o la inmunoterapia, para los más severos. Por ello, un diagnóstico y acompañamiento adecuado es fundamental.
Para el profesional de la dermatología, el problema reside en los vaivenes que puede presentar la enfermedad: «Cuando le sale pelo y retiras la medicación, está expuesto a que se vuelva a caer más adelante y que, en ese caso, haya que repetirlo». De ahí, que la comunicación entre paciente y doctor de suma importancia.
Alopecia frontal fibrosante
Es una calvicie cicatricial o definitiva, con origen autoinmune y hormonal. Es conocida por provocar una alopecia en diadema, con pérdida del cabello de las cejas, y en la zona de la frente y las patillas. Este tipo de caída es consecuencia de un proceso inflamatorio autoinmune que destruye la agrupación de cabellos, o lo que es lo mismo, las unidades foliculares.
Es más común entre mujeres, esencialmente, una vez llega la menopausia, aunque existen casos en los que se ha dado previamente: en torno a los 45 años. Los expertos señalan que su incidencia sigue creciendo, aunque no conocen la razón exacta. El doctor Pedro Jaén reconoce este aumento y señala que han pasado de conocerla en la teoría, a recibir «cinco o seis casos diarios de alopecia frontal fibrosante». El tratamiento se basa en antiandrógenos y antiinflamatorios.
¿Cuándo se debe acudir a un profesional?
La pérdida de cabello es algo normal, y por lo tanto, no debe volverse necesariamente preocupante. Se estima que durante un día se desprenden entre 50 y 100 folículos por diferentes razones como el estrés o la caída otoñal. ¿Dónde se encuentra el problema? «La clave está en el momento en que se nota una pérdida de densidad capilar, es decir, cuando clarea una zona del cuero cabelludo. Porque esto quiere decir que la raíz folicular, la fábrica del pelo, no está produciendo pelo de la forma adecuada», responde Vañó Galván.
Además, algunas enfermedades también vienen acompañadas de un ciclo de alopecia. Desde el covid-19, hasta la anemia, enfermedades reumatológicas o de tiroides. Para estos episodios, el primer paso será tratar la patología en cuestión, y a continuación, se pondrán en marcha diferentes tratamientos para mejorar la densidad capilar.