Aránzazu González del Alba, presidenta de Sogug: «El 90 % de los casos de cáncer de próstata son susceptibles de recibir tratamiento curativo»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Aranzazu González del Alba, presidenta del Grupo Español de Oncología Genitourinaria (SOGUG).

La oncóloga es presidenta del Grupo Español de Oncología Genitourinaria y explica cómo detectar estos tumores que se desarrollan en uno de cada siete hombres

17 mar 2023 . Actualizado a las 11:51 h.

Los tumores genitourinarios son un grupo variado de tipos de cáncer muy distintos. Incluye desde el cáncer de próstata, que es uno de los más frecuentes en los varones, con 30.000 casos al año, hasta el cáncer renal, que representa unos 8.000 casos anuales en España. Un conjunto de tumores en los que los avances de la inmunoterapia y otros tratamientos han supuesto, en los últimos años, una mejora sustancial en la calidad de vida y en la supervivencia de los pacientes. Estos avances han sido posibles, en gran medida, gracias a la actividad del Grupo Español de Oncología Genitourinaria (Sogug), que en el 2023 cumple 25 años como grupo nacional de referencia en el manejo del cáncer de próstata, el de vejiga y de vías urinarias, el cáncer renal y de vías urinarias y el cáncer de testículo.

Pero todavía queda un largo camino por recorrer. En este sentido, la formación continuada de los profesionales y la integración de los pacientes a través de programas que los capacitan para comprender mejor sus patologías son algunas de las áreas en las que el grupo está trabajando, como explica Aránzazu González del Alba, presidenta de Sogug y Coordinadora de la Unidad de Tumores Genitourinarios del Hospital Universitario Puerta De Hierro Majadahonda, de Madrid. La experta aclara todo lo que se sabe a día de hoy sobre estos tumores, su tratamiento y las probabilidades de curación.

—El cáncer de próstata es uno de los más prevalentes en la actualidad. ¿Qué factores de riesgo están relacionados con su aparición?

—El cáncer de próstata es el tumor más frecuente diagnosticado en los varones. Al año se diagnostican unos 30.000 casos en España. Es una incidencia similar a la que tiene el cáncer de mama, de tal manera que uno de cada siete hombres va a padecer un cáncer de próstata a lo largo de su vida. Y la edad mediana de presentación es a partir de los 65 años. El cáncer de próstata tiene entre los factores de riesgo más importantes la edad, los factores hormonales y, especialmente, la historia familiar. En aquellas familias donde hay cáncer de próstata en familiares de primer grado, es más probable padecer cáncer de próstata. 

—¿Qué influencia tienen los hábitos en los tumores genitourinarios?

—Los factores de riesgo más importantes en el cáncer de vejiga son el tabaco y los factores de exposición ambiental, como el contacto con diferentes sustancias químicas. Aproximadamente se diagnostican unos 20.000 casos al año de cáncer de vejiga en nuestro pais. Es un tumor más frecuente en varón que en mujer, pero con el aumento del hábito tabáquico en la mujer, se está empezando a observar una incidencia mayor en ellas. En cuanto al cáncer renal se diagnostican unos 8.000 casos al año. Es un tumor menos frecuente: los tumores de células renales son un 2 % de todos los tumores sólidos que se diagnostican de manera anual. Y entre los factores de riesgo más importantes están el tabaco, el sobrepeso, la hipertensión arterial y algunos otros como la genética, pues hay unos síndromes hereditarios bien identificados que se relacionan con el cáncer renal, pero que solo dan cuenta del 5 % de todos los cánceres renales.

—¿Cómo son actualmente las tasas de supervivencia en el cáncer de próstata?

—Con respecto al cáncer de próstata, hay que resaltar que el 90 % de ellos hoy en día se diagnostican en fase localizada y, por lo tanto, son susceptibles del tratamiento curativo. Menos del 10 % de los pacientes se diagnostican con metástasis y, aunque estos cánceres con metástasis tienen un pronóstico más complicado, con los avances terapéuticos de los últimos 7 años, gracias a los nuevos agentes hormonales, los fármacos dirigidos, la terapia de precisión y la quimioterapia, se ha aumentado la supervivencia de estos pacientes.

—¿Qué avances ha habido en el cáncer de vejiga?

—Aproximadamente en un 70 % de los casos se diagnostica en fase localizada. Aquí hay que distinguir entre tumores infiltrantes y no infiltrantes, porque son los tumores infiltrantes los que tienen mayor probabilidad de hacer metástasis y de comprometer el diagnóstico de los pacientes. Pero nos encontramos en un momento en el que está habiendo numerosos e importantes avances terapéuticos en este ámbito: la llegada de la inmunoterapia, que complementa al tratamiento con quimioterapia clásica, nuevos agentes dirigidos a determinadas alteraciones moleculares y anticuerpos conjugados han aumentado también las expectativas de vida de nuestros pacientes. Especialmente, la inmunoterapia en el mantenimiento de los pacientes que han hecho respuesta previa a quimioterapia ha conseguido aumentar esta supervivencia.

—¿Y en cuanto al cáncer de riñón?

—En el cáncer renal, aproximadamente un 30 % de los casos se diagnostican en fase metastásica. A lo largo de la evolución, un tercio de los pacientes diagnosticados en fase localizada pueden llegar a fase metastásica. Y aquí tenemos avances importantes desde la llegada de la inmunoterapia. Clásicamente, estos pacientes se trataban con inhibidores de la tirosina quinasa hasta que, hace unos años, emergió la inmunoterapia y, precisamente en el último año, tenemos datos de tratamiento adyuvante con inmunoterapia en los pacientes con cáncer renal de alto riesgo localizado, que consigue aumentar la supervivencia libre de recaída. Y en la fase avanzada, tenemos la combinación de doble inmunoterapia o de inmunoterapia con inhibidores de la tirosina quinasa, que aumenta la supervivencia de los pacientes con datos ya sólidos de largos supervivientes en los pacientes metastásicos utilizando estas combinaciones. Así que el campo de la oncología genitourinaria probablemente ha sido uno de los que más avances han tenido en la última década.

—¿Cómo es el diagnóstico de cáncer de próstata? ¿Hay síntomas o señales que nos puedan poner en alerta?

—El cáncer de próstata, para que dé síntomas tiene que estar muy avanzado. Los síntomas son muy parecidos a los de un síndrome síndrome prostático debido a patología benigna de la próstata. No es fácil diagnosticarlo por los síntomas, a no ser que ya sea un tumor grande. Pero la mayoría de los pacientes con cáncer de próstata se diagnostican en fase localizada y esto es porque disponemos de una herramienta de detección que es un marcador en la sangre, el PSA. Se puede hacer de modo complementario a cualquier análisis, por ejemplo, con el hemograma o el colesterol. Este es un indicador que no es concluyente de cáncer, pero que puede alertar de una patología prostática y, cuando sus niveles son muy elevados, puede hacer sospechar de un cáncer de próstata. Por lo tanto, en los varones, en general, se recomienda que a partir de los 50 años acudan al urólogo por primera vez para una valoración prostática no solo a nivel de análisis, sino con un tacto rectal para ver cómo está la próstata y, a partir de ahí, se hace un seguimiento adaptado según el riesgo de cada individuo, teniendo en cuenta que es un cáncer muy frecuente y que uno de cada siete varones lo padecerá a lo largo de su vida. En los varones que tienen historia familiar de cáncer de próstata, sobre todo en familiares de primer grado, es decir, padres o hermanos, se recomienda acudir a una unidad de cáncer familiar o de consejo genético, para valorar si existe alguna indicación de hacer un test genético para determinar una predisposición mayor al cáncer de próstata. Y si se detecta una mutación genética en los genes BRCA1 y BRCA2, o si hay varios casos de cáncer de próstata en la familia, se recomienda a las personas acudir al urólogo a los 40 años, antes que la población general, que debe acudir a los 50.

—¿Cómo se detectan otros tipos de cáncer genitourinario?

—El cáncer de vejiga tiene como síntoma fundamental la hematuria, es decir, el sangrado en la orina. Y en estos casos, lo primero es descartar que haya una infección urinaria que pueda ser responsable. Pero si hay una hematuria clara, ya sea a nivel visual, que lo vea el paciente, o que en un análisis se detecten hematíes en la orina y no haya una infección que lo justifique, se debería remitir a estos pacientes al urólogo para una valoración endoscópica de la vejiga, que es una cistoscopia, y poder descartar un tumor vesical. Otros síntomas son problemas al orinar: incomodidad o dolor. Y ya cuando la enfermedad está diseminada, puede haber dolores de huesos muy intensos o síntomas de que la enfermedad ha ido a otros sitios.

El cáncer renal, en un alto porcentaje de casos, se diagnostica de manera incidental. Es decir que se encuentra una masa renal en una ecografía o un TAC que se realiza por otro motivo. Estas masas renales que se encuentran son candidatas a un tratamiento localizado y curativo. Pero cuando es un tumor grande, puede producir sangrado en la orina, dolor en el flanco, en la zona del riñón y, cuando se extiende a otros órganos, puede producir manifestaciones diferentes.

—¿Cómo es el tratamiento de estos pacientes?

— En el cáncer de próstata, la mayoría de los casos diagnosticados son localizados y pueden ser tratados con cirugía o con radioterapia con buenos resultados de ambos tratamientos en términos de curación. Sin embargo, algunos pacientes, que tienen más riesgo, deben llevar un tratamiento asociado al tratamiento local, como puede ser el tratamiento hormonal de supresión androgénica. En cáncer de vejiga infiltrante, hoy en día el estándar es hacer una quimioterapia neoadyuvante primero y luego una cirugía radical o cistectomía. En cáncer renal, normalmente, se tiende a hacer, si es posible, cirugías parciales, para conservar la mayor parte del tejido y no tener problemas de insuficiencia renal posterior. Y en pacientes metastásicos de cáncer renal, clásicamente se ha hecho una nefrectomía para reducir el volumen de enfermedad y un tratamiento sistémico que, hoy en día, es una combinación de inmunoterapia ,o inmunoterapia con inhibidores de tirosina quinasa. Es muy importante que, desde etapas iniciales de la enfermedad, tanto en tumores de próstata como de vejiga y renales, los pacientes sean evaluados por todos los especialistas implicados en el manejo de la enfermedad, tanto el urólogo como el oncólogo médico, como el oncólogo radioterápico, el radiólogo, el patólogo y el médico nuclear. Esta visión multidisciplinar es una de las cosas en las que se está avanzando, pero no está todavía garantizada al 100 %. Pero es importante que los pacientes conozcan la importancia de estos equipos, puesto que el esfuerzo coordinado de todos los especialistas garantiza mejores resultados para los pacientes.

—¿Qué particularidades tienen los tumores germinales?

—Los tumores germinales son tumores que se desarrollan en el testículo y que tienen una incidencia muy alta en los pacientes jóvenes. La mayoría de la población que presenta tumores germinales son pacientes menores de 30 años. Algunos de ellos pueden presentarse con enfermedad metastásica, pero, clásicamente, con quimioterapia basada en platino, se consigue un alto índice de respuesta e incluso curación. Son el paradigma de pacientes metastásicos que pueden ser susceptibles de curación con quimioterapia. Son tumores con altos índices de curación, que rondan el 90 %.

—¿Qué investigaciones se están desarrollando en el campo de los tumores genitourinarios?

—Se están desarrollando muchísimos avances, como la combinación de inmunoterapia con nuevos agentes, especialmente en cáncer renal y cáncer de vejiga. También en la terapia dirigida o medicina de precisión, en la que se utilizan fármacos dirigidos a determinadas alteraciones moleculares. En este sentido, en cáncer de próstata, contamos con un tratamiento específico para aquellos pacientes que expresan una alteración genética concreta ya sea del tumor o en la sangre. En cáncer de vejiga, hay en desarrollo nuevos fármacos denominados anticuerpos conjugados, que son de administración endovenosa y tienen un mecanismo de acción que favorece una liberación de la quimioterapia a altas dosis dentro de la célula y por lo tanto tienen ventajas en cuanto a la eficacia, son fármacos que se han estudiado en pacientes tratados previamente con quimio y con inmunoterapia con buenos resultados y ya se están evaluando en primera línea en combinación con inmunoterapia, con resultados preliminares muy esperanzadores.

—¿Por qué es tan importante el abordaje multidisciplinar de los cánceres genitourinarios?

—El abordaje multidisciplinar del paciente con cáncer genitourinario conlleva un manejo coordinado de todos los especialistas implicados, eso incluye al urólogo, al oncólogo médico y al oncólogo radioterápico si es necesario.De esta forma se pueden garantizar mejores resultados y un mejor acceso a la innovación terapéutica. Es una de las materias en las que se está avanzando mucho, pero no está todavía garantizada al 100 % en el territorio nacional.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.