SIBO, las bacterias que hacen cundir el pánico en TikTok: «Hay una auténtica espiral de excesos, tanto diagnósticos como terapéuticos»

ENFERMEDADES

Los doctores Vicente Garrigues (izquierda) y Pilar Nos (derecha).
Los doctores Vicente Garrigues (izquierda) y Pilar Nos (derecha).

Miles de usuarios comparten en redes sus síntomas digestivos, que atribuyen a un sobrecrecimiento de la microbiota; las peticiones de pruebas están colapsando los servicios de medicina digestiva

30 jun 2023 . Actualizado a las 16:28 h.

«Llevo dos años en los que he ido a todo tipo de digestivos, nutricionistas, he probado dietas, antibióticos, suplementos alimenticios», dice uno de los miles y miles de testimonios que se acumulan en TikTok cuando en la red social se busca la palabra SIBO. SIBO es el acrónimo para referirse al sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (small intestine bacterian overgrowth, en inglés), un estado alterado de la microbiota que muchas personas —mayoritariamente mujeres— aseguran estar atravesando y que les provoca todo tipo de problemas digestivos: distensión abdominal, dolor, diarrea o hinchazón. El SIBO, pese a su fama creciente en las redes sociales, no es nada nuevo; se trata de un trastorno que los médicos digestivos conocen bien. Sin embargo, las peticiones para realizarse pruebas no dejan de aumentar. ¿Qué está pasando?

«No sé si habéis preguntado a vuestras madres si ellas recuerdan en su juventud haber tenido amigas malas del estómago o haberlo estado ellas. Pero en comparación, si miras a tu alrededor o a ti misma, te das cuenta de que estamos viviendo una pandemia silenciosa de problemas digestivos y hormonales. No es ninguna broma, estamos pasando de consulta en consulta porque los médicos no saben qué hacer con nosotras», dice otra usuaria de esta red social. Es cierto que nuestro estilo de vida —desde la alimentación a nuestros niveles de estrés— están traduciéndose en un aumento de síntomas digestivos de la población, los propios facultativos así lo reportan. Otra cosa distinta es que la causa detrás de ellos sea un problema exclusivamente bacteriano.

¿Qué es el SIBO y qué síntomas provoca?

Nuestro intestino está plagado de bacterias necesarias para la vida. De hecho, muchos problemas de salud comienzan a producirse cuando el equilibrio de nuestro sistema digestivo se altera. Es lo que se conoce como disbiosis. Estas poblaciones de bacterias, que forman parte de la famosa microbiota intestinal, pueden verse disminuidas, pero también aumentadas de manera anómala. 

«Normalmente hay más bacterias en el colon y menos en el intestino delgado. El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado es el que conocemos como SIBO, pero hay otro tipo que es el sobrecrecimiento metanógeno intestinal. Esto sucede cuando aumentan unos microorganismos, que no son bacterias, se llaman arqueas, que pueden estar en el colon o en el intestino delgado», detalla Vicente Garrigues, médico digestivo del Hospital Universitario Politécnico La Fe de Valencia y experto en motilidad y trastornos funcionales digestivos. Pero, ¿qué consecuencia tiene que en nuestro intestino haya más bacterias de las que debería?

«Las bacterias de nuestro sistema digestivo se alimentan de lo que comemos. Aprovechan mucho los residuos de la fibra, por eso la dieta rica en fibra, que es sana, en estos pacientes produce más síntomas. Pero también se nutren de los azúcares que comemos, de las proteínas o de las grasas. La consecuencia de aprovecharse de este tipo de nutrientes es que generan determinadas sustancias, y entre lo que producen destaca el gas: hidrógeno y metano, sobre todo. Los síntomas son derivados de todas esas sustancias. El gas produce hinchazón, distensión, dolor; el resto de componentes también pueden producir diarrea y meteorismo», explica Garrigues.

Síntomas propios de un sobrecrecimiento bacteriano (SIBO)

  • dolor
  • diarrea
  • meteorismo
  • distensión abdominal
  • hinchazón

No obstante, basta un vistazo a esta tabla de síntomas para darnos cuenta del problema. Se trata de un listado de problemas muy inespecíficos, compartidos con otras muchas patologías y trastornos, por lo que una persona puede fácilmente atribuir a un SIBO lo que en realidad es un Síndrome de Intestino Irritable, una celiaquía no diagnosticada o cualquier otro problema que esté detrás de esas molestias.

¿Existen pruebas para saber si tengo SIBO?

A diferencia de lo que sucede con otros trastornos digestivos no objetivables como el síndrome de intestino irritable, sí existen pruebas para detectar un posible sobrecrecimiento bacteriano. Dicho esto, comienza una larguísima lista de 'peros' que deberían llevarnos a la conclusión de que un diagnóstico positivo no es más que eso y que el problema es mucho más complejo. Lo primero que destacan los profesionales es que existen los falsos positivos y los falsos negativos. Pero más allá de un resultado fiable, un positivo puede producir más confusión que certezas

«Si un paciente obtiene una prueba positiva de SIBO, tiende a etiquetar su enfermedad. Ya tiene algo, una prueba con la que explicar lo que le pasa, entonces la magnifica. Puede asumir que de ese diagnóstico se derivará a un tratamiento, que el SIBO desaparecerá y volverá a una vida sin síntomas. No, no es así, porque los síntomas que produce el SIBO son muy parecidos a los del síndrome de intestino irritable o a los de la distensión abdominal funcional, que también es frecuente. Existe una interpretación inadecuada de por qué ese paciente tiene esos síntomas. El paciente cree que por tomar unos antibióticos se le va a ir el SIBO, pero resulta que esa no es la causa de los síntomas, sino que son de origen multifactorial. Pueden influir determinados alimentos, otras veces pueden influir factores psicológicos como estrés. Y ahí ya se genera una confusión», lamenta el profesional.

De hecho, los estudios científicos reflejan que hay una parte significativa de la población, que tiene sobrecrecimiento bacteriano y no presenta síntomas. Se desconoce la prevalencia real de este trastorno, aunque existen estimaciones. «Sabemos que es muy prevalente, pero la cifra real la desconocemos porque no hay ningún estudio que la haya valorado. Cuando se hacen estudios, muchas veces se incluyen individuos asintomáticos, de control. Se habla de que, entre un 10 y un 25 % de personas de la población general que no tienen síntomas digestivos presentan pruebas de sobrecrecimiento positivas», cifra el gastroenterólogo.

La explosión del problema en redes colapsa las peticiones diagnósticas

«Los especialistas de digestivo, sobre todo los que nos dedicamos más al área de gastroenterología, estamos viendo una auténtica espiral de excesos, tanto diagnósticos como terapéuticos, relacionados con el SIBO», adelanta Pilar Nos, jefa del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario Politécnico La Fe de Valencia. La profesional, especializada en la enfermedad inflamatoria intestinal habla de un «exceso de solicitudes, muchísimas inadecuadas», de pruebas diagnósticas de sobrecrecimiento bacteriano. Y pide prudencia frente a lo que se consume —y frente a lo que nos terminamos creyendo— en redes sociales. 

Alerta la doctora, además, del lucrativo mundo que se mueve detrás de algunos problemas digestivos en los que la percepción visceral de cada paciente juega un papel importante. No hablamos de sugestión ni de dolores inventados, sino de que las molestias no son medibles, las pruebas no detectan en ocasiones anomalías y lo único que se tiene es la descripción de los síntomas de un paciente. Y a partir de aquí empieza el problema.

El SIBO es un tema sobre el que cada vez se habla más en plataformas como TikTok.
El SIBO es un tema sobre el que cada vez se habla más en plataformas como TikTok. La Voz de la Salud

La consecuencia es que nos encontramos con personas que padecen síntomas que empeoran su calidad de vida de manera importante, que buscan soluciones a un problema que es difícil de resolver. Su actitud es la que todo el mundo tendría, buscar un tratamiento ante su malestar que, aparentemente, 'el sistema' no es capaz de resolver. Pero Pilar advierte de los riesgos de buscar soluciones alternativas: «Detrás de estos pacientes, existe una importante ganancia económica: determinado tipo de consultas y productos nutricéuticos, el sobre-exceso de realizar test de SIBO y sus repeticiones, que si son con metano, que si son sin metano, la aplicación de dietas muy restrictivas que, unidas a otros tipos de mensajes, pueden resultar dañinos, incluso para la salud, porque pueden faltar aportes vitamínicos. Creo que hay una desinformación absoluta; se ve un exceso de solicitudes, muchísimas inadecuadas, petición de repeticiones sin sentido», dice la médico digestivo que conmina a la población a dar credibilidad exclusivamente a las informaciones que procedan de sociedades científicas para evitar mucha preocupación e incertidumbre.

¿Hay tratamiento para el SIBO?

Para tratar los síntomas del SIBO existen tratamientos farmacológicos que consisten en tandas de antibióticos no absorbibles, es decir, que no actúan a nivel sistémico. Pero de nuevo nos encontramos con una larga lista de contras. El primero es que estos antibióticos modificarán la microbiota por completo que, además de por bacterias, está formada por virus y hongos. Segundo, si bien es cierto que se pueden tratar de manera periódica los síntomas con fármacos, la tasa de recidiva es alta. Tercero, corremos el riesgo de estar tratando con fármacos un sobrecrecimiento bacteriano secundario porque, en ocasiones, un SIBO no es causa, sino consecuencia. Es posible que esa alteración de la microbiota esté producida por una causa anatómica que deberemos subsanar con otros métodos. 

«Patologías como la enfermedad de Crohn o la diverticulosis que pueden provocar SIBO. Una esclerodermia también puede favorecer ese desajuste, pero muchas veces se debe a una causa orgánica, habitualmente anatómica, como una resección intestinal o unos divertículos. Esto provoca que aparezca un sobrecrecimiento bacteriano secundario. Es cierto que, si no desaparece la causa anatómica, lo puedes ir regulando. En la diverticulosis están admitidas las tandas de antibióticos de liberación tópica para prevenir los episodios de dolor. A los pacientes con enfermedad de Crohn y resecciones intestinales, es muy raro que les pida prueba de SIBO porque, empíricamente, sé que va a ser positiva si me está describiendo síntomas de dolor, borborigmo —ruidos en el estómago—, distensión o despeños diarreicos. Hablamos de causas secundarias y ahí la experiencia te dice mucho. Pero los médicos que nos dedicamos a la gastroenterología debemos regular el exceso de solicitudes, los ensañamientos terapéuticos bien con antibióticos o productos dietéticos que se realizan sobre algunos de estos pacientes», afirma Pilar Nos.

Paralelamente a los fármacos, está la dieta. Se sabe que las bacterias tienen predilección por la fibra, por lo que, eliminar este micronutriente de nuestra alimentación puede provocar una mejoría. Pero cada paciente es un mundo.

Uno de los tratamientos de la enfermedad de Crohn es la resección ileocecal. Consiste en resecar parte del intestino delgado para aliviar los síntomas, pero implica eliminar la barrera natural que existe entre el intestino delgado y el grueso. Esto provoca que la microbiota del intestino grueso colonice la del intestino delgado, provocando un SIBO secundario debido a esta alteración anatómica. 

Aprender a vivir con SIBO

Si al paciente con molestias y malestar que padece sobrecrecimiento bacteriano todo lo anterior le podría sonar poco esperanzador, lo cierto es que el mensaje es de tranquilidad. Los médicos conocen bien los problemas que causa el sobrecrecimiento bacteriano y hasta donde llega. Su pronóstico vital no está, ni de lejos, comprometido. Del mismo modo, los profesionales reconocen que se debe explicar mejor en qué consiste este problema. «Es verdad que hay que explicarle bien al paciente qué significa un SIBO, que puede ser recurrente, pero que no necesita realizarse la prueba todas la veces», admite la jefa de servicio.

Vicente Garrigues, en este sentido, cuenta una de las últimas anécdotas vividas en consulta sobre el SIBO. «Con la última paciente que he visto con sobrecrecimiento pasó algo muy interesante. Se había hecho ya cinco o seis pruebas de sobrecrecimiento, no sé cuántos tratamientos, todos con poco éxito. Cuando se sentó en consulta me hizo una pregunta directa: ''¿He de preocuparme por esto o estoy enloqueciendo por algo que no lo merece?'' Estuvimos un rato hablando. Le expliqué que eso no era la causa principal de sus molestias, que no era un problema significativo. Conseguí convencerla. Acabamos la consulta y me dijo: ''Me voy muy tranquila, sé que tengo mi SIBO y que según lo que coma y lo estresada que esté me molestará más o menos''. Y entendió dos cosas muy importantes: que ya no tiene que hacer ninguna prueba de sobrecrecimiento y que ya no tiene que tomar ningún tratamiento. Objetivo cumplido», explica el doctor.

En cierto modo, la TikToker que hablaba de una pandemia silenciosa tiene razón. Los síntomas digestivos de la población se han multiplicado. «Una sociedad como la actual favorece mucho el estrés, la falta de reflexión y el descontrol alimentario con la comida rápida y ultraprocesada. El resultado es que la mitad de la población está con síntomas digestivos. Y mucha gente tiende a buscarle una explicación en el SIBO», asegura la doctora. Pero el SIBO no lo explica todo, suele ser solo parte de la fotografía fija de la percepción visceral de un paciente. Y, como sucede con la sensación del dolor, es distinta en cada persona. Un inconveniente todavía por resolver para la medicina. 

«Las personas tienen que entender que deben aprender a vivir con esto como el que vive con una migraña; que tienen que tomarse el tratamiento sintomático que mejor les funcione; que no padecen una enfermedad que sea una amenaza para su vida. Condicionará su calidad de vida, pero lo mejor es aprender a vivir con esto. Sucede también con problemas como la fibromialgia, el trastorno de la percepción visceral es una asignatura no resuelta en muchas especialidades. Son trastornos reales, que tienen bases demostrables en determinados test de neuroimagen. Son personas que son más sensibles a la distensión. Puedes eliminar el SIBO, pero seguirán teniendo el problema de la percepción visceral. Lamentablemente, no disponemos de analgésicos para la percepción visceral. Sí hay algunos en estudio, pero no es como dar un antibiótico ante una infección, se trata de algo mucho más complicado», concluye la doctora, lamentando que exista una parte de la industria que se esté lucrando prometiendo soluciones que la ciencia todavía no ha logrado demostrar como válidas.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.