El color, tanto de las heces como de la orina, es un pilar fundamental para detectar problemas de salud
28 sep 2023 . Actualizado a las 15:25 h.Las heces y la orina pueden alertar de que algo no está yendo bien en nuestro organismo. Es recomendable que antes de tirar de la cadena se inspeccionen visualmente. A algunas personas esto puede causarles aversión, pero es necesario que se haga, puede darnos pistas sobre nuestra salud. Los cambios de color pueden indicar si la dieta que estamos siguiendo es la indicada, posibles alergias o intolerancia a alimentos. Incluso, pueden alarmar de problemas de salud más graves.
¿Cómo analizar las heces?
El color, pilar fundamental de los excrementos. Dependerá, sobre todo, de los alimentos que ingerimos y la cantidad de bilis que contengan, aunque puede ser indicativo de alguna afección. Por lo general, las cacas de diferentes tonos de marrón o, incluso, verde suelen considerarse normales. En cambio, el rojo o el negro deberían alarmarnos.
Marrón: es el «color ideal». El marrón suele ser signo de que las heces son saludables y que la dieta es equilibrada.
Verde: puede deberse a un alto consumo de verduras. También puede indicar que los alimentos están pasando demasiado rápido por el intestino grueso y que la bilis no se descompone totalmente.
Amarillo: si van acompañadas de una apariencia grasienta y huelen peor de lo habitual, pueden indicar una mala absorción intestinal causada, por ejemplo, por una enfermedad celíaca.
Blancas o color arcilla: es un color totalmente anormal, por lo que se debería consultar con el médico si se prolonga durante más de dos o tres días. Puede deberse a problemas hepáticos o en el páncreas.
Rojas: si hay restos de sangre en la caca, hay que preocuparse. Si el color es rojo vivo, seguramente se deberá a una hemorragia en el extremo inferior del tracto gastrointestinal, casi siempre causada por hemorroides. También pude ser un desgarro en el tejido del recto. Hay ciertos medicamentos, como la amoxicilina, que las pueden colorear de rojo.
Negras: si la sangre es más oscura, acercándose al color negro, puede ser señal de una hemorragia en un punto más alto como el estómago o en el intestino delgado. Un consumo elevado de hierro, en personas que toman suplementos, también vuelve las cacas más oscuras. Esto ocurre, incluso, con algún tipo de alimento como la tinta del calamar en algún momento puntual.
¿Cuánta fibra hay que consumir al día? Se recomienda un consumo diario de entre 25 y 30 gramos de fibra. Para ser más concretos, los hombres de 50 años de edad o menos deben consumir unos 38 gramos, una ingesta que debe situarse en los 30 gramos diarios en los hombres mayores de 50 años. En el caso de las mujeres de 50 años de edad y más jóvenes deben consumir al menos 25 gramos de fibra por día, situándose los niveles óptimos para las mayores de esa edad en al menos 21 gramos.
¿Cuánta fibra contienen los alimentos? Vamos a poner algunos ejemplos: una taza de frambuesas aporta 8 gramos y una pera mediana 5,5 g. Una taza de guisantes verdes tiene 9 gramos y si es de brócoli hervido son 5. Un plato pequeño de espaguetis de trigo integral contiene 6 gramos de fibra y tres tazas de palomitas de maíz 3,5 g. Por otro lado, 16 gramos los absorberemos al comer una taza de lentejas y añadiremos otros 10 gramos si nos tomamos 23 almendras.
¿Cuántas veces hay que ir al baño para no preocuparse?
Desde 2 veces al día hasta 3 veces por semana. Es un intervalo amplio, sí, pero cada persona debe conocerse a sí misma. En general, entre estas dos frecuencias, no habría ningún problema. La clave está en saber lo que es normal para cada uno y prestar atención cuando aparezca algún cambio repentino en nuestros hábitos intestinales.
¿Cómo analizar la orina?
Los riñones producen orina al filtrar los desechos (urea) y el exceso de agua en la sangre. La orina llega a la vejiga a través de dos tubos, los uréteres. Allí se almacena hasta que sentimos ganas de ir al baño. En concreto, suele tener la capacidad alrededor de dos tazas (unos 177 centímetros cúbicos) de dos a cinco horas.
La orina se compone en un 95 % de agua, de urea, nitrógeno ureico, sodio, sales minerales y ácido úrico. Su color normal varía según la cantidad de agua que se bebe, ya que los líquidos diluyen los pigmentos amarillos que pueda tener la orina. Por lo tanto, es normal que cuanto más bebas, más clara será.
No obstante, el color de esta sí que nos puede dar una serie de indicaciones sobre nuestra salud. El doctor Claudio Martínez-Ballesteros, urólogo, las explica así: «Si la orina es de color transparente o muy claro, en la mayoría de los casos es indicativo de que la persona está bebiendo mucha agua. Pero también puede tener relación con trastornos asociados a la diabetes».
Si el aspecto se aproxima a una especie de tonalidad ámbar, la orina es normal, mientras que si se aproxima a color miel, «puede ser indicativo de deshidratación». De hecho, cuando tira a marrón oscuro, el doctor asegura que «podría deberse a una deshidratación severa, el consumo de sustancias tóxicas o algún tipo de enfermedad hepática». En estos casos sería conveniente acudir al médico para descartar la presencia de sangre en la orina y así evaluar si el color se relaciona con algún trastorno metabólico.
Los pigmentos y otros compuestos presentes en ciertos alimentos y medicamentos pueden cambiar el color de la orina. Las remolachas y las bayas son algunos de los alimentos que más afectan el color. Muchos medicamentos le dan tonos como rojo o azul verdoso.
La orina de color rojizo o rosado puede ser provocado por «la ingesta de alimentos como los arándanos o la remolacha, pero si esto está descartado, podría relacionarse con la presencia de sangre, que siempre es subsidiario de ser estudiado», explica el experto.
«Otros colores, como el verde o el azul, podrían estar relacionados con determinadas infecciones, con algunas bacterias del tracto urinario, alguna sustancia con propiedad de tinción o ciertos medicamentos», asegura el urólogo.
¿Cuántas veces se debe orinar?
Arantxa Saldise, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, afirma que «lo suyo sería hacer entre seis y ocho micciones por el día, y cero o una por la noche». Pero también recalca que «esto es variable según la ingesta de líquidos y de alimentos. Hay gente que no bebe mucho y no va casi nada a hacer pis y después otra que bebe muchísimo y que va doce veces al día. Lo de 'normal' hay que matizarlo, si bien es cierto que eso es lo que vemos más o menos en consulta». Eso sí, resalta que las veces que se micciona durante la noche hay que tenerlas en cuenta: «Muchas mujeres consideran que levantarse dos o tres veces por la noche es normal y no lo es. Levantarse más de una vez se considera incontinencia urinaria porque estamos preparados para dormir toda la noche sin orinar o haciéndolo solo una vez. Evidentemente, hay momentos puntuales como estar embarazada o un día que se ha bebido mucho, pero no parte de tu rutina».