¿Te levantas de la cama para ir al baño? Puede ser una señal de alarma sobre tu salud

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Se considera normal miccionar entre seis y ocho veces al día, y una o ninguna por la noche.
Se considera normal miccionar entre seis y ocho veces al día, y una o ninguna por la noche. La Voz de la Salud

Tu orina y tu forma de hacer pis hablan sobre tu salud: no son normales las pequeñas pérdidas al reírse, ni que su color sea muy transparente

23 dic 2022 . Actualizado a las 18:49 h.

Nuestra orina puede alertar de que algo no va bien en nuestro organismo. Es algo que ya todos conocíamos y que explica por qué nos hacemos un análisis de esta cuando llevamos a cabo un chequeo médico. Su color, aspecto, olor, nivel de acidez o existencia de sustancias que de normal no deberían de estar en la orina, son aspectos que se revelan con este tipo de prueba. Sin embargo, existen algunos signos a los que podemos estar alerta en nuestra propia casa y que nos pueden avisar de que resulta necesaria una visita al médico. 

Los riñones producen orina al filtrar los desechos (urea) y el exceso de agua en la sangre. La orina llega a la vejiga a través de dos tubos, los uréteres. Allí se almacena hasta que sentimos ganas de ir al baño. En concreto, suele tener la capacidad alrededor de dos tazas (unos 177 centímetros cúbicos) de dos a cinco horas. 

¿Cuántas veces debería de orinar al día?

Sabiendo la capacidad que tiene nuestra vejiga, ¿cuántas veces deberíamos de orinar al día? Arantxa Saldise, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, afirma que «lo suyo sería hacer entre seis y ocho micciones por el día, y cero o una por la noche». Pero también recalca que «esto es variable según la ingesta de líquidos y de alimentos. Hay gente que no bebe mucho y no va casi nada a hacer pis y después otra que bebe muchísimo y que va doce veces al día. Lo de 'normal' hay que matizarlo, si bien es cierto que eso es lo que vemos más o menos en consulta». 

Eso sí, recalca que las veces que se micciona durante la noche sí son llamativas y hay que tenerlas en cuenta: «Muchas mujeres consideran que levantarse dos o tres veces por la noche es normal y no lo es. Levantarse más de una vez se considera incontinencia urinaria porque estamos preparados para dormir toda la noche sin orinar o haciéndolo solo una vez. Evidentemente hay momentos puntuales como estar embarazada o un día que se ha bebido mucho, pero no parte de tu rutina», explica. 

Entre los problemas más frecuentes que Saldise ve en su consulta se encuentran no ser capaz de miccionar aunque se tengan ganas. «Imaginémonos, tener ganas de orinar, ir a hacer pis y que este no salga». Y otro no menos importante: la incontinencia urinaria. «Luego puede haber casos que sea un poco de las dos o incluso que la persona no es consciente de que se hace pis», precisa. 

¿Existiría una forma óptima o más saludable de hacer pis? La realidad es que sí. «Lo ideal es no empujar en ningún momento, ni para empezar, ni durante, ni para terminar», apunta Saldise. No debe hacerse con prisas ni hacerlo sin tener ganas. «A esto último yo lo llamo el pis de precaución, como cuando nos vamos de viaje, por ejemplo. Algo así puntual todos lo hacemos y no hay problema, pero no debe ser rutina. Como voy a salir de casa, voy a hacer pis; como me voy al trabajo, hago pis. Si creo una rutina de forzarme a orinar, mi suelo pélvico se va a debilitar», añade. 

Los posibles colores de la orina y qué pueden decir de tu salud

La orina se compone en un 95 % de agua, de urea, nitrógeno ureico, sodio, sales minerales y ácido úrico. Su color normal varía según la cantidad de agua que se bebe, ya que los líquidos diluyen los pigmentos amarillos que pueda tener la orina. Por lo tanto, es normal que cuanto más bebas, más clara sea tu orina. 

No obstante, el color de esta sí que nos puede dar una serie de indicaciones sobre nuestra salud. El doctor Claudio Martínez-Ballesteros, urólogo del Hospital Puerta del Hierro de Majadahonda y Lyx Instituto de Urología, las explica así: «Si la orina es de color transparente o muy claro, en la mayoría de los casos es indicativo de que la persona está bebiendo mucha agua. Pero también puede tener relación con trastornos asociados a la diabetes». 

Si el aspecto se aproxima a una especie de tonalidad ámbar, la orina es normal, mientras que si se aproxima a color miel, «puede ser indicativo de deshidratación». De hecho, cuando tira a marrón oscuro, el doctor asegura que «podría deberse a una deshidratación severa, el consumo de sustancias tóxicas o algún tipo de enfermedad hepática». En estos casos sería conveniente acudir al médico para descartar la presencia de sangre en la orina y así evaluar si el color se relaciona con algún trastorno metabólico. 

La orina cambia de aspecto constantemente, pero puede ser un signo de alerta de problemas de salud.
La orina cambia de aspecto constantemente, pero puede ser un signo de alerta de problemas de salud. La Voz de la Salud

La orina de color rojizo o rosado puede ser provocado por «la ingesta de alimentos como los arándanos o la remolacha, pero si esto está decartado, podría relacionarse con la presencia de sangre, que siempre es subsidiario de ser estudiado». 

«Otros colores, como el verde o el azul, podrían estar  relacionados con determinadas infecciones, con algunas bacterias del tracto urinario, alguna sustancia con propiedad de tinción o ciertos medicamentos», asegura el urólogo. 

Los pigmentos y otros compuestos presentes en ciertos alimentos y medicamentos pueden cambiar el color de la orina. Las remolachas y las bayas son algunos de los alimentos que más afectan el color. Muchos medicamentos le dan a la orina tonos como rojo o azul verdoso.

Cuándo preocuparse por las pérdidas de orina: las pequeñas fugas al reírse también es incontinencia urinaria

 La Asociación Española de Urología (AEU) define la incontinencia urinaria como la pérdida involuntaria de orina durante el llenado de la vejiga. Aunque afecta con más frecuencia a las mujeres, también puede aparecer en hombres. Entre los diferentes tipos de incontinencia urinaria, la asociación, apunta: 

  • Incontinencia urinaria de esfuerzo: aparece al realizar esfuerzos que suponen un aumento de la presión en el abdomen, como por ejemplo la tos, el estornudo, la risa, el ejercicio físico o el levantamiento de peso, y aparece como consecuencia de la alteración en el mecanismo de cierre de la vejiga. Es más frecuente en las mujeres, y suele ser signo de una pérdida de fuerza de los músculos del suelo pélvico. 
  • Incontinencia urinaria de urgencia: aparece cuando surgen unas ganas repentinas e irrefrenables de orinar, seguidas del escape de orina antes de poder realizar la micción. Suele ser consecuencia de una alteración funcional de la vejiga, llamada hiperactividad vesical, en la cual la vejiga se contrae intentando expulsar la orina durante la fase de llenado.
  • Incontinencia urinaria por rebosamiento: consecuencia de un mal vaciado de la vejiga. Cuando existen problemas para el vaciado de la vejiga de forma prolongada en el tiempo, suele producirse una acumulación de orina en su interior que no consigue vaciarse nunca. A lo largo del tiempo, esta cantidad de orina que no se vacía va aumentando, pudiendo llegar a ser la capacidad vesical completa. Cuando ocurre, la orina que llega desde los riñones se va escapando según llega a la vejiga al no poder almacenarse por estar llena ya, lo que se traduce en una incontinencia continua tipo goteo. 
  • Incontinencia urinaria continua: suele aparecer en recién nacidos como consecuencia de la presencia de alteraciones anatómicas, con comunicación anormal entre el aparato urinario superior e inferior, o por malformaciones vesicales que impiden el almacenamiento vesical. También puede ocurrir en adultos como complicación de intervenciones realizadas sobre los órganos de la pelvis, en las que aparece una comunicación anormal entre el aparato urinario y el genital femenino (fístulas genitourinarias) o el aparato urinario y el recto (fístulas rectourinarias).
  • Goteo postmiccional: incontinencia que se presenta en forma de goteo tras haber finalizado la micción. Suele aparecer como consecuencia de la salida de orina que queda acumulada en la uretra tras la micción.
  • Enuresis nocturna: pérdida involuntaria de orina durante el sueño, y es algo normal en la infancia hasta los 6 años, como consecuencia de los diferentes procesos madurativos necesarios en esta época de la vida para conseguir el adecuado control voluntario de la micción. Cuando este problema persiste en mayores de 6 años o reaparece en niños que habían conseguido un adecuado control de la micción previamente, es necesario consultar con el especialista. 

«Hablar de incontinencia parece que es algo muy fuerte, pero también es reírse y que te salga una gota. A veces normalizamos cosas que no son normales», remarca la fisioterapeuta. «Si te ríes y te sale una gotita, es incontinencia. Si te pasa solo una vez igual no pasa nada, pero si es frecuente que cuando te ríes, toses, corres y se te caiga esa gotita, lo es», aclara. 

La buena noticia es que este tipo de problema, se puede tratar. «Tanto la incontinencia urinaria, como el dolor al miccionar o en las relaciones sexuales, o incluso incontinencia de gases o heces, la diástasis abdominal, problemas de debilidad de la musculatura... Por exceso o por defecto, tenemos que estar alerta. Se trataría de una valoración abdominopélvica que incluye el abdomen y la pelvis». A partir de ahí, se optaría por un tratamiento individualizado que puede comprender ejercicios, radiofrecuencia u otro tipo de técnicas. 

Signos a los que se deben de estar alerta en la orina:

  • Cambios en la frecuencia miccional 
  • Sintomatología como dolor, escozor o dificultad para miccionar
  • Cambios de color y olor en la orina que persisten en el tiempo o que incluyen presencia de sangre (hematuria)

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.