Mariano Provencio, oncólogo: «Las alternativas al cigarrillo como el vapeo son peligrosas»
ENFERMEDADES
El experto, referente en cáncer de pulmón, junto a la doctora Charo García Campelo, llevaron a cabo el estudio Nadim, que introduce una nueva combinación de terapias para aumentar la supervivencia en estadios avanzados de esta patología
29 may 2024 . Actualizado a las 11:56 h.El cáncer de pulmón está entre los más frecuentes en la población española y es también el de mayor mortalidad. Se estima que cada año mueren cerca de 30.000 personas en el país por esta patología que se suele detectar en estadios avanzados. Por esta razón, los avances en la investigación son fundamentales.
En el estudio Nadim, desarrollado a nivel nacional, la combinación de inmunoterapia con quimioterapia como tratamiento previo a la cirugía ha demostrado una eficacia que representa un cambio paradigmático en el tratamiento de la enfermedad. El doctor Mariano Provencio Pulla, jefe de Servicio de Oncología Médica en el Hospital Universitario Puerta de Hierro en Madrid y presidente del Grupo Español en Cáncer de Pulmón, ha estado al frente de la investigación, junto con la doctora Charo García Campelo, jefa de Servicio de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), que ha liderado un equipo clave para la monitorización y el desarrollo del estudio. Los expertos presentaron los resultados del estudio Nadim en una charla magistral impartida el pasado miércoles 15 de mayo en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia, ubicada en A Coruña. En conversación con La Voz de la Salud, explicaron cómo se verá el futuro de este cáncer.
—¿Cómo describirían el panorama actual del cáncer de pulmón en España?
—Charo García Campelo: La estrategia terapéutica y el abordaje del cáncer de pulmón, que es la patología que causa más muertes por cáncer a nivel mundial, ha cambiado radicalmente en los últimos quince años gracias a dos hitos fundamentales, que son la medicina de precisión y la inmunoterapia. Estamos intentando trasladar el conocimiento que hemos ido adquiriendo en el tratamiento de etapas más avanzadas de la enfermedad a etapas más precoces.
—¿Qué cifras de mortalidad tenemos por este tipo de tumores en nuestro medio?
—Mariano Provencio: El cáncer de pulmón es uno de los más frecuentes y es el tumor que más muertes causa en España, más que el cáncer de mama, de colon, de páncreas y de próstata juntos. Son 28.000 muertes al año a nivel nacional.
—¿A qué se debe esta mortalidad tan elevada?
—C. G. C: Uno de los factores más importantes es que se diagnostica en etapas avanzadas y este es un gran hándicap porque las posibilidades de curación son menores. Luego, la complejidad biológica, desde el punto de vista molecular y de alteraciones genéticas, es alta.
—¿El cribado piloto que se ha impulsado en A Coruña permitirá avanzar hacia un diagnóstico más temprano?
—M. P.: Galicia globalmente es una comunidad que está muy bien posicionada en cuanto a la estrategia en sanidad. Desde el punto de vista de alguien que vive en Madrid, me parece envidiable la estrategia de precisión y de screening. Aquí se ha iniciado un programa piloto con cabeza y bien diseñado. Empezar con este tipo de estrategias tiene mucho mérito y creo que vais en un buen camino, por delante del resto de España. El screening requiere una adaptación del sistema a un flujo de pacientes al que no se está acostumbrado, hay que acomodarse y dar una respuesta rápida.
—C. G. C.: El programa piloto que inició hace unos días en A Coruña es un paso enorme a la hora de ver cuáles son las barreras para la implementación de un screening a nivel de la población general. Es un programa importante en cuanto al consumo de recursos que supone y la cantidad de pacientes. Esta experiencia nos va a ayudar a entender las dificultades y cómo subsanarlas a futuro. Por eso es una buena noticia no solo para Galicia.
—¿Cuáles han sido los objetivos del estudio NADIM y sus resultados?
—M. P.: Nosotros hemos hecho un programa de quimioterapia neoadyuvante con inmunoterapia, en estadios localmente avanzados, que son aquellos en los que hay dificultad para la cirugía, porque rara vez es completa y, en todo caso, la supervivencia es mala, de entre doce y quince meses. En el Grupo Español de Cáncer de Pulmón, pensamos que la combinación de esos tratamientos podía aportar algo, hicimos un primer estudio y obtuvimos unos resultados de supervivencia muy buena a dos y a tres años, y una tasa muy alta de posibilidad de cirugía completa, así como de respuestas patológicas completas y desaparición del tumor a la hora de quitarlo a nivel quirúrgico. Luego, planteamos este estudio que es comparativo con la quimioterapia tradicional que utilizamos en esta situación, donde se confirmaron los resultados que habíamos obtenido previamente, tanto en supervivencia global, supervivencia libre de recaída, tasa de cirugía y tasa de respuestas patológicas completas. Este es el núcleo. A esto se han añadido estudios internacionales que han reproducido nuestros datos.
—¿Cómo mejora este tratamiento los resultados con respecto a la cirugía sola?
—M. P.: El pronóstico solo con cirugía sabíamos que era muy malo, de pocos meses, a pesar de ser un tumor localizado. Durante los últimos 30 años añadíamos quimioterapia previa a la cirugía, intentando mejorar ese pronóstico y ahora, en esa línea intentamos mejorar el pronóstico incorporando inmunoterapia.
—¿Qué medidas pueden recomendar a la población general para prevenir este cáncer?
—M. P.: Dejar de fumar o no incorporarse al hábito. Es muy llamativo que en España las mujeres se sigan incorporando con más rapidez y entusiasmo a fumar en las generaciones jóvenes que los hombres. De hecho, se ve una curva ascendente en la incidencia y la mortalidad en el sexo femenino frente al masculino. El 85 % de los cánceres de pulmón tienen relación con el tabaco. Hay mucha permisividad y mucho lobby.
—¿El vapear es tan peligroso como fumar?
—M. P.: El asunto es que siempre se buscan fórmulas alternativas para suavizar el consumo y eso, en personas jóvenes que tienen una menor capacidad de evaluar el riesgo y un desarrollo formativo que todavía no es completo, es peligroso. Es importante intensificar las acciones formativas y disuasorias en ellos, porque es más difícil deshabituarlos después. Esa población joven de quinceañeros tendría que ser el objetivo primario. La gente más joven no tiene tanta información como los adultos.
—¿Criarse en un hogar donde se fuma aumenta el riesgo de cáncer?
—C. G. C.: Sí, por un lado, la exposición pasiva al tabaco es un riesgo asociado al cáncer de pulmón. Luego, la normalización social hace que si has convivido con el tabaco desde que tienes uso de razón, te cueste más cambiar esa visión normalizada del tabaco.
—M. P.: Si tus padres, que son tus modelos, fuman, has introducido una conexión psicológica con el fumar, piensas que eso se puede hacer y que no está tan mal. Es importante para los padres limitar esa exposición. Ha cambiado la percepción social con respecto a hace 20 años. Es de mayor rechazo, pero no es completa y no hay campañas mantenidas por parte de la administración que lo refuercen.
—Se ha visto un aumento de casos de cáncer de pulmón en mujeres jóvenes y no fumadoras. ¿A qué se debe?
—C. G. C.: El cáncer de pulmón en no fumadores es una entidad biológica completamente diferente al cáncer de pulmón asociado al tabaco. Es un grupo de pacientes habitualmente de sexo femenino, de edad media, que nunca han estado expuestas al hábito tabáquico, y todavía no tenemos claro cuáles son los factores desencadenantes de la enfermedad en ellas. Hay factores hormonales, está la exposición al radón, que sabemos que es un riesgo en comunidades como la nuestra, y son pacientes biológicamente diferentes que acumulan unas alteraciones genéticas que podemos tratar de una forma específica y que tienen un comportamiento más benévolo. Son múltiples las causas detrás de estos tumores y estamos intentando dilucidarlas.
—En oncología se habla cada vez más de cronificación de los pacientes metastásicos o avanzados. ¿Esto es posible en el cáncer de pulmón?
—M. P.: Sí. La terapia dirigida con la inmunoterapia ha hecho que aparezcan supervivientes de largo plazo que tienen una esperanza de vida de años, en vez de meses. Pero el reto mayor está en curar el cáncer, que todos esos avances terapéuticos en enfermedad avanzada se trasladen a la enfermedad precoz y puedan curarse. Y en el cáncer de pulmón, el problema además es que, aunque lo descubras muy pronto, hay un porcentaje muy alto de recaídas.
—¿Qué desafíos está enfrentando la oncología en cáncer de pulmón?
—M. P.: Actualmente, salvo a aquellos pacientes que tienen mutaciones concretas, para las que tenemos una diana y un fármaco, al resto los tratamos a todos y unos responden pero otros no. Tenemos que llegar a identificar a aquellos que no van a responder e intentar evitarles tratamientos innecesarios, así como también identificar a aquellos que responden muy bien para no sobretratarlos. Con la quimio e inmunoterapia, estamos viendo pacientes que entran en respuesta patológica completa, es decir, desaparición completa del tumor. El valor ahí está en ser más económicos en la agresividad de los tratamientos, evitando cirugías. Esta identificación de los pacientes permite saber hasta dónde llegar con los tratamientos, cuándo escalar la intensidad. Ese es el futuro de la investigación que nos espera.