Ricard Cervera, reumatólogo: «Una hipótesis sobre el origen de las enfermedades autoinmunes está relacionada con la higiene»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Ricard Cervera es Jefe del Servicio de Enfermedades Autoinmunes del Centro de Referencia en Enfermedades Autoinmunes Sistémicas, Vasculitis y Enfermedades Autoinflamatorias del Hospital Clínic de Barcelona.
Ricard Cervera es Jefe del Servicio de Enfermedades Autoinmunes del Centro de Referencia en Enfermedades Autoinmunes Sistémicas, Vasculitis y Enfermedades Autoinflamatorias del Hospital Clínic de Barcelona.

El experto es referencia a nivel nacional en enfermedades del sistema inmunitario y señala la importancia de controlar el estrés para reducir la incidencia de los brotes

27 ago 2024 . Actualizado a las 15:06 h.

El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmune en la que las defensas del organismo atacan al cuerpo, provocando inflamación en diferentes tejidos. La patología se dio a conocer de manera notoria con el caso de Selena Gómez, que compartió su diagnóstico y habló del tema en su documental del 2022, My mind and me. Se trata de una enfermedad que afecta mayoritariamente a las mujeres y para la que no hay, a día de hoy, una cura. Sin embargo, la erradicación definitiva del lupus podría estar más cerca de lo que pensamos. El doctor Ricard Cervera, Jefe del Servicio de Enfermedades Autoinmunes del Hospital Clínic de Barcelona, es miembro del comité científico de la Federación Española de Lupus (Felupus). El experto explica cuáles han sido los últimos avances en el tratamiento de esta enfermedad y cómo se verá el futuro para las pacientes.

—¿En qué consiste el lupus?

—El lupus eritematoso sistémico es probablemente la más representativa de las enfermedades del sistema inmunitario, que es lo que coloquialmente llamamos las defensas, e incluye glóbulos blancos, linfocitos, anticuerpos. En las personas que tienen enfermedades autoinmunes, ese sistema está alterado y en lugar de defender, ataca al propio organismo. Hay más de 100 enfermedades autoinmunes y el lupus es la más paradigmática porque puede producir un ataque frente a cualquier parte del organismo. Una de las manifestaciones más frecuentes son unas erupciones en la cara, unos enrojecimientos que a los médicos clásicos les recordaban a las mordeduras de los lobos. De ahí el nombre de la enfermedad. Se llama eritematoso porque estas erupciones en la piel son rojas y esta es la terminología médica, y sistémico porque puede atacar a cualquier sistema del cuerpo humano.

—¿Cuáles son los síntomas más comunes del lupus?

—Los pacientes pueden tener lesiones cutáneas, problemas articulares, problemas en la sangre, patologías renales, manifestaciones neurológicas. Es decir que los síntomas pueden ser muy variables.

—En los últimos años se han registrado aumentos en los casos de enfermedades autoinmunes como el lupus en España. ¿A qué se debe?

—Hay varios factores. Uno de ellos es que se diagnostican más casos porque se conoce mejor la enfermedad y tenemos mejores pruebas para diagnosticarla. Probablemente, casos que antes pasarían desapercibidos hoy se pueden detectar. Por otra parte, esta es una enfermedad que es más frecuente en determinados grupos étnicos, como las personas de raza negra o los pacientes mestizos latinoamericanos. En nuestro entorno estamos viendo más pacientes con estas características étnicas y, entre ellos, algunos de los que recibimos tienen esta enfermedad. Y finalmente, hay una hipótesis que existe en el campo de las enfermedades del sistema inmunitario, que es la de la higiene. En los países en vías de desarrollo hay más infecciones y, probablemente, el hecho de tener más infecciones desde la infancia curte más los sistemas inmunitarios de la población. En cambio, en los países más desarrollados, con más higiene, hay menos infecciones en la infancia y el sistema inmunitario se altera más, por lo que produce más enfermedades alérgicas y autoinmunes.

—¿Cuál es el perfil de paciente en el lupus?

—Es más frecuente en mujeres, prácticamente representan el 90 % de las personas afectadas. Suele aparecer en la juventud, generalmente en la segunda, tercera o, máximo, cuarta década de la vida. Aunque, por supuesto, hay pacientes que se les diagnostica la enfermedad en la infancia y hay un pequeño porcentaje a quienes les aparece en edades avanzadas.

—¿Por qué ocurre más en mujeres?

—Hay estudios recientes que indican que puede haber algunos factores genéticos de los cromosomas sexuales. Pero el aspecto principal es hormonal y esto también va ligado al grado de actividad de la enfermedad en las diferentes épocas de la vida. Generalmente, las manifestaciones suelen aparecer después de la primera menstruación, permanecen a lo largo de la época fértil, con la elevada producción de hormonas sexuales y, finalmente, suele atenuarse la actividad inflamatoria después de la menopausia cuando cesa la actividad de las hormonas.

—¿Cómo se relacionan estas hormonas con el sistema inmunitario?

—A través de receptores específicos que hay en las células del sistema inmunitario, las hormonas interactúan con él y favorecen el incremento de anticuerpos y de otras sustancias como las citocinas que producen las señales inflamatorias de la enfermedad.

—¿El lupus se asocia a comorbilidades?

—Sí. Cuando hay alguna enfermedad autoinmune, esto es indicativo de que el sistema inmunitario está alterado y, entonces, es frecuente que haya otras enfermedades autoinmunes por detrás. Por eso siempre tenemos que vigilar que no haya un síndrome fosfolipídico, un síndrome de Sjögren o una tiroiditis autoinmune. Por otra parte, un aspecto muy importante es que para tratar el lupus, se usan medicamentos como los corticoides que tienen muchos efectos secundarios. Cuando se toma estos medicamentos durante muchos años, es muy frecuente que aparezcan efectos adversos en el sistema cardiovascular, descalcificación de los huesos, riesgo de infecciones. Por lo tanto, no solo tenemos que vigilar las manifestaciones de la propia enfermedad, sino estos potenciales efectos adversos de la medicación.

—¿Cómo se realiza el diagnóstico del lupus?

—Un aspecto importante para diagnosticarlo es que los pacientes pueden acudir con una gran variedad de síntomas, porque esta es una enfermedad que puede afectar a cualquier parte del cuerpo. Lo primero que hay que hacer es lograr que los médicos conozcan esta enfermedad y soliciten los estudios correspondientes de anticuerpos en el sistema inmunitario.

—¿Qué tratamientos hay actualmente para el lupus?

—Esta es una enfermedad crónica, como todas las autoinmunes. No hay un tratamiento que la haga desaparecer, no hay una cura definitiva, pero sí que hay tratamientos para controlarla y que esté estable. Pese a ello, lo que sucede es que se producen rebrotes en muchos casos. Cuando hay un rebrote, pueden aparecer manifestaciones clínicas muy diversas. En muchas ocasiones, los pacientes tienen que ser derivados a dermatólogos, nefrólogos, reumatólogos o hematólogos, según las manifestaciones clínicas que presenten.

—¿Hay medicamentos específicos para los mecanismos que causan esta enfermedad?

—Cada vez tenemos más tratamientos que son para las enfermedades autoinmunes. Algunos son clásicos y se utilizan desde hace bastantes años, como los corticoides, la hidroxicloroquina, o algunos inmuodepresores. Hay otros tratamientos modernos que son innovadores, que han aparecido en los últimos años y han significado un paso adelante importante. Globalmente, se los denomina tratamientos biológicos, tratamientos dirigidos frente a dianas específicas del sistema inmunitario.

—¿Qué medidas se recomiendan a los pacientes además de seguir el tratamiento farmacológico?

—Una característica muy marcada del lupus es la fotosensibilidad. Es decir que el sol y otras fuentes de rayos ultravioletas pueden desencadenar brotes. Entonces, la norma número uno es evitar el sol y los rayos UV. Otro aspecto importante es que el sistema inmunitario es muy sensible al estrés, a los nervios y al exceso de trabajo. Entonces, siempre recomendamos tener un estilo de vida calmado, relajado y tranquilo. Y otro aspecto que empeora el lupus y hace que los medicamentos sean menos efectivos es el tabaco. Fumar es malo para el sistema inmunitario. Evitar el sol, el estrés y el tabaco son, entonces, las tres normas que deben seguir los pacientes con lupus.

—Se habla cada vez más del ejercicio físico para acompañar el tratamiento de distintas enfermedades crónicas. ¿En el caso del lupus es beneficiosa la actividad física?

—Sí, por supuesto. Hacer ejercicio y llevar una dieta equilibrada son aspectos relacionados con el estilo de vida que resultan muy importantes para las enfermedades del sistema inmunitario. Una de las manifestaciones más frecuentes del lupus es la inflamación de las articulaciones, la artritis. Cuando hay inflamación, lo recomendable es el reposo, pero una vez superada la fase inflamatoria, es bueno recuperar progresivamente la movilidad haciendo ejercicio. Además, existen manifestaciones no inflamatorias relacionadas con la hipersensibilidad al dolor o al esfuerzo que no suelen mejorar con tratamientos como los corticoides, pero sí mejoran con cambios en el estilo de vida. Hablamos de la fatiga, de los dolores, de la niebla mental. Con técnicas de relajación, el taichí o el yoga, la fisioterapia y los masajes también suelen mejorar.

—¿Llegaremos a ver una cura para el lupus en los próximos años?

—La buena noticia es que el lupus es una enfermedad muy investigada. Los resultados son pequeños granitos de arena, pero hay muchas investigaciones en marcha en cuanto a nuevos medicamentos biológicos, dirigidos a dianas del sistema inmunitario. Estos tratamientos, actualmente aspiran a controlar la enfermedad. Es muy difícil pensar en una curación o erradicación, pero en los últimos dos o tres años estamos asistiendo a innovaciones cada vez mayores en el campo de los tratamientos del lupus y de otras enfermedades autoinmunes que aspiran a curar la enfermedad. Estas investigaciones están en sus inicios, pero esperamos que se consoliden.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.