Síndrome por inhalación de humos: el gran peligro después de un incendio como el de Valencia
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Los gases que no son irritantes, pero sí asfixiantes, son la gran amenaza, ya que provocan la muerte de las células por falta de oxígeno
23 feb 2024 . Actualizado a las 17:15 h.Cuando se produce un incendio como el de Valencia, donde se han registrado diez muertos, quince heridos y varios desaparecidos, el problema no solo son las quemaduras, también la inhalación de humos. Según informan desde la Sociedad Española de medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), esta es la primera causa de muerte relacionada con este tipo de accidentes. Provoca asfixia e insuficiencia respiratoria, lesionando de forma grave el sistema respiratorio.
El doctor Tato Vázquez, presidente de la sociedad, explica que el síndrome por inhalación de humos es una intoxicación derivada de los productos de combustión cuando, por ejemplo, existe un incendio. Aunque existen más de sesenta gases de combustión completa, este se debe, sobre todo, a tres conjuntos de sustancias.
Síntomas de la inhalación de humos
- Tos
- Visión borrosa
- Falta de aliento
- Dolor de cabeza y en el pecho
- Confusión, cansancio, sensación de desmayo
- Náuseas y vómitos
Los gases irritantes
«El primero son los gases irritantes, como el óxido nitroso, los fenoles, el amoníaco, etcétera. Producen un efecto sobre las mucosas, provocando lagrimeo en los ojos, disfonía o ronquera. Y si estos llegan más abajo, a nivel traqueobronquial, lo que producen es neumonitis química, pudiendo llegar a derivar en sobreinfecciones bacterianas. Además del efecto irritante del gas, hay un componente más: la alta temperatura que alcanzan, pudiendo producir quemaduras en la vía aérea», señala el urgenciólogo.
Además del efecto irritante de este tipo de gases, Vázquez apunta a un componente más: la alta temperatura que alcanzan. «Pueden producir quemaduras de la vía aérea. Los profesionales de urgencias, cuando vemos que las vibrisas (pelos de la nariz) están quemadas, suponemos que el gas ha alcanzado grandes temperaturas y que ha ocasionado quemaduras». En este caso, se procede a un aislamiento de la vía aérea para impedir la asfixia.
Las materias en suspensión
Las materias en suspensión son el segundo conjunto de sustancias a tener en cuenta en este síndrome por inhalación de humos. El doctor Vázquez indica que, normalmente, son derivadas del carbono, como el hollín. «Son pequeñas moléculas que se van depositando durante toda la vía aérea y que pueden producir neumonitis o infecciones respiratorias».
Los gases no irritantes, pero asfixiantes
El tercer conjunto de sustancias es el más peligroso, tal como apunta el presidente de la Semes. «Los gases no irritantes, pero asfixiantes, son dos: el monóxido de carbono y el cianuro. El primero produce una fijación, es decir, se absorbe muy rápido a través de la vía respiratoria. Se fija a la hemoglobina e impide que esta pueda transportar el oxígeno a los tejidos. En consecuencia, se produce una muerte de las células por esa falta de oxígeno». Según sus palabras, la clínica habitual en este tipo de casos es dolor torácico, cefalea y, en ocasiones, también náuseas, vómitos o diarrea.
«Además, es un gas extremadamente tóxico y no es detectable: es incoloro e insípido, es el llamado asesino silencioso», alerta el doctor. Este tipo de intoxicación es común en invierno, con la utilización de braseros o calderas mal adaptadas para la combustión.
Por su parte, el cianuro se produce en la combustión de plásticos. Es un gas que produce una absorción muy rápida e impide la utilización de oxígeno por parte de las células. «Bloquea el sistema citocromo e impide la fosforilación oxidativa de las células. Lo que hacen las células como respuesta al no poder utilizar oxígeno, es empezar un metabolismo anaeróbico que produce una acidosis láctica severa que conlleva a la muerte».
La intoxicación por monóxido se trata con oxígeno en altas concentraciones y, en casos graves, con oxígeno hiperbárico. En cambio, la intoxicación por cianuro «se trata con hidroxocobalamina, un tratamiento que está disponible en la inmensa totalidad de los servicios de urgencias de este país».
Recomendaciones de la Semes ante un incendio:
- Llamar al 112.
- Permanecer agachado y gatear a un lugar seguro.
- Si es posible, mojar un trapo o prenda de ropa y colocarlo sobre la nariz y la boca.
- Permanecer en una ventana o balcón.
- Si se incendia la ropa, tirarnos al suelo y rodar.
- No abrir puertas, sobre todo si sale humo por debajo.
- Intentar tapar las rendijas de las puertas por donde entra el humo con trapos o toallas húmedas.
- Intentar mantener la calma. «Con ansiedad se respira más rápido, por lo que se inhalará más rápido el humo y será más peligroso», alertan.