Celulitis: así puedes combatir la «piel de naranja» que tienen el 95 % de las mujeres

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Se calcula que un 95 % de las mujeres padecerán celulitis en algún momento de su vida.
La Voz de la Salud

Te explicamos qué tipos existen, cuáles son sus causas y cómo se puede prevenir la aparición o el empeoramiento de la misma

14 mar 2022 . Actualizado a las 10:20 h.

Se considera que prácticamente el 95 % de las mujeres tendrán celulitis en algún momento de su vida y tan solo un 5 % de afortunadas se acabarán librando de la conocida como «piel de naranja». No obstante, se suele confundir con la flacidez, la grasa localizada y la retención de líquidos, y no son lo mismo. 

La celulitis es una alteración del tejido adiposo situado debajo de la piel. «Está claramente relacionado con los estrógenos y tiene un importante componente genético. En esta afección vemos además que hay un enlentecimiento de la microcirculación, cierto edema, dificultades en el drenaje de los tejidos afectados y un aumento de tejido fibrótico», explica la doctora Izaskun Astoreca, doctora en medicina estética y especialista en nutrición de la Unidad de Estética Corporal del Grupo Pedro Jaén. «Esto modifica la forma y textura de los tejidos subcutáneos superficiales creando protuberancias y hoyuelos en muslos, caderas, glúteos y/o abdomen», añade. 

¿Por qué se forma? Lo primero que sucede es una alteración de la microcirculación, es decir, una dificultad de pequeños vasos sanguíneos que nutren el tejido graso superficial para llevar oxígeno y los nutrientes necesarios a la zona, así como limpiar las toxinas y el desecho producido por las células adiposas. De esta forma, el líquido que cubre el espacio entre las células, se altera. 

«Tenemos unas cintas que unen la piel con el músculo. Pues bien, en las mujeres estas cintas son totalmente verticales y unen la piel al músculo de una forma totalmente perpendicular a la piel. Mientras que en los hombres, y en algunas mujeres privilegiadas, hace como una malla. En vez de ser verticales, son casi horizontales y se cruzan. Provocando que cuando esta mala circulación de la piel se presenta, si además tenemos en cuenta que puede haber un poco de grasa ahí retenida, estos tractos verticales no ceden y entonces aparecen los bultos y hoyuelos de la celulitis. En los hombres y algunas mujeres que los tienen más perpendiculares a la piel no vemos esas irregularidades. Aunque existan retenciones de líquidos, lo vamos a ver liso», señala la doctora en medicina estética Petra Vega, actual tesorera de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). 

Además de los muslos, sus localizaciones más habituales son las caderas, los glúteos y el abdomen, así como en los brazos. 

¿Cuáles son las causas de la celulitis?

«La celulitis está mediada por factores genéticos y hormonales, aunque también se relaciona con problemas circulatorios y factores raciales, ya que es más frecuente en mujeres blancas y negras y no tanto en asiáticas», apunta la doctora Astoreca.Tampoco hay que olvidarse de factores agravantes como pueden ser una mala alimentación, el estrés, el abuso de tabaco y alcohol, la ingesta de cierto tipo de medicamentos o el sedentarismo. También se agrava con la ingesta de estrógenos o anticonceptivos, y puede presentarse en hombres debido a deficiencias hormonales (como en los que han recibido medicamentos para el cáncer de próstata). 

En realidad, no existe una edad concreta en la que comienza a ser visible, «pero es habitual que su aparición comience poco a poco a partir de la pubertad debido a los cambios hormonales que tienen lugar en las mujeres en ese período», comenta Astoreca. «En cuanto las hormonas femeninas empiezan a hacer su aparición, ya se puede empezar a ver, pero hay a quien le empieza antes y a quien se le retrasa más. Comenzará muy leve y luego irá aumentando a lo largo de la vida. Hay mujeres que la sufren después del embarazo, por ejemplo», amplía Vega. 

Además, se suele asociar a una forma corporal: cuanta más cadera y cintura estrecha, más tendencia a sufrirla. «Las mujeres más rectas de cintura y  anchas de espalda, podríamos decir, son las que tienen menos tendencia», apunta Vega. 

¿Qué tipos de celulitis existen?

La celulitis se podría clasificar de dos maneras. La doctora Astoreca apunta a cuatro tipos dentro de la primera clasificación:

  • Celulitis edematosa: se localiza sobre todo en piernas y glúteos. Puede doler o no, pero no tiene flacidez asociada. Se debe fundamentalmente a cambios hormonales, retención de líquidos o problemas venosos. 
  • Celulitis blanda: este tipo se suele asociar a la falta de ejercicio, así como a las subidas y bajadas de peso muy bruscas. 
  • Celulitis dura: suele cursar con nódulos dolorosos, es muy fibrosa y su tratamiento es complicado. Su localización típica es en rodillas y glúteos. 
  • Celulitis mixta: es la que presenta la mayoría de los pacientes. Se caracteriza por la presencia de varios tipos de celulitis en diferentes zonas de una misma paciente. 

Por su parte, Vega señala a una diferenciación por grados:

  • Grado uno: sería el más leve y para ver la celulitis es necesario contraer el músculo. 
  • Grado dos: sin hacer ningún movimiento ya es apreciable en la piel. 
  • Grado tres: ya existen muchas irregularidades y son visibles desde lejos. Aquí existiría otro subgrupo, que sería la más «grave» que es cuando produce dolor a la mujer que la sufre. «Hay a quien le molesta hasta el roce de una sábana», ejemplifica la doctora Vega. «La peor complicación de la celulitis yo diría que es esta, que se transforme en una celulitis dolorosa o que comprima tanto a las venas que empezamos a tener un problema vascular de varices, etc. Hoy en día, gracias a que se han instaurado muchos tratamientos, la vemos mucho menos, pero hace unos años veíamos mucha más», añade. 

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¿Es lo mismo que la retención de líquidos?

«Está muy relacionado pero son dos cosas distintas», asegura Vega. El edema, también conocido como retención de líquidos, es un aumento en el volumen del líquido intersticial. Es decir, se produce una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos. Aunque pueden existir causas patológicas, como problemas circulatorios, insuficiencia cardíaca, enfermedades renales o hepáticas, también puede producirse sin causa conocida. «La asociación se debe a que si hay mucha celulitis, como hemos dicho, en las que el origen es la mala circulación cutánea, se comprime esta circulación y va a provocar que exista más retención de líquidos, que veamos como en una pierna con mucha celulitis el tobillo y la rodilla empiezan a tener esa retención», precisa.

La doctora recalca que también se puede producir a la inversa: «A su vez, la retención de líquidos también nos puede provocar más celulitis. Es como un círculo vicioso y cuando hacemos los tratamientos muchas veces hay que tratar las dos cosas porque están relacionadas».  

¿Está relacionado con el sobrepeso y el ejercicio físico?

La doctora Vega apunta a dos asociaciones que se suelen hacer con la celulitis que no tienen evidencia científica. Una de ellas es con el peso: «Aunque se suele relacionar, no origina celulitis de por sí. Evidentemente una mujer que sufra sobrepeso va a tener grasa localizada, pero no necesariamente esta va a empeorar a un cuadro celulítico. Además, las personas delgadas tampoco están exentas de tener celulitis». 

El otro mito frecuente es su relación con el ejercicio físico. Aunque está demostrado que su práctica y buen estilo de vida puede mejorar la celulitis, «una mujer puede ser muy deportista, tener una musculatura muy buena y definida, y aún así padecerla». Al igual que a la inversa, una mujer que no realiza actividad física pero que tiene la suerte de tener piel de naranja por su condición genética.  

¿Puedo eliminar la celulitis? 

La respuesta es que no. «La celulitis es un problema crónico que podemos mejorar, pero no eliminar definitivamente. Para mantener los resultados de los tratamientos se requiere mucha constancia y un mantenimiento regular. Además, en la medida que empeoren factores como la alimentación, el sedentarismo, problemas circulatorios o se administren determinados tratamientos hormonales, empeora también el estado de la piel de naranja», señala Izaskun. 

«Lo que podemos hacer es reducirlo por lo menos un grado. Que alguien de grado tres pase a grado dos, y que alguien del dos a tres, por ejemplo», considera Vega. No obstante, matiza que muchas mujeres acuden a consulta creyendo que tienen celulitis, pero en realidad lo que padecen es flacidez o grasa localizada y lo confunden. Por eso, la doctora da un consejo para saber si es exactamente piel de naranja: «Cuando nos ponemos de pie, sin hacer ningún gesto, contraer ningún músculo o darnos pellizcos, y vemos irregularidades en nuestra piel. Eso es la celulitis. De la otra forma podría ser un grado uno muy leve». 

¿Qué tratamientos funcionan contra la celulitis?

Cremas, remedios caseros, tratamientos estéticos, fármacos... el abanico que existe hoy en día en el mercado para «combatir» la celulitis es muy amplio. Pero, ¿funcionan todos?

En relación a las cremas anticelulíticas «tienen un efecto muy limitado», asegura Astoreca. «Ayudan a mejorar la circulación sanguínea, a drenar los tejidos y a mantener la piel bien hidratada, siempre que se apliquen con un buen masaje y de forma constante», añade. Una opinión con la que concuerda Vega: «Este tipo de productos tienen valor por el masaje que se da al aplicarlas, porque para que fueran totalmente efectivos tendrían que atravesar la piel. Pueden servir de ayuda porque el masaje fomentará la circulación en la zona y la hidratación de la piel». 

Masaje anticelulítico

Según la guía práctica de actuación de celulitis desde la farmacia comunitaria se proponen tres tipos de masaje a la hora de aplicar una crema anticelulítica:

  • Si la celulitis es de grado uno, se debe realizar un masaje suave y ascendente. Presionar la piel con la yema de los dedos para conseguir estimular la microcirculación. 
  • Si la celulitis es de grado dos, el masaje debe de ser más profundo, presionando con las nudillos y insistiendo en las zonas más afectadas. 
  • Si la celulitis es de grado tres e incluso dolorosa, el masaje también debe de ser ascendente, suave y de fricción, presionando con la palma de la mano. Se pretende aumentar la temperatura y facilitar la micro circulación. 

«A veces ser agresivo y utilizar aparatos complementarios puede ser incluso contraproducente, por lo que yo recomendaría realizarlo solo con la mano», sugiere la doctora Vega. 

Las duchas de agua fría mejoran la circulación y la sensación de pesadez en las piernas. Es cierto que no mejorará la celulitis en sí, pero sí la circulación. Sobre los complementos alimenticios y nutracéuticos, «lo que estimulan es un poco la mejora de la microcirculación al igual que fomentan que el colágeno sea más elástico, pero no hay mucha evidencia clara de que mejoren la celulitis», declara la doctora miembro de SEME. 

En cuanto a los tratamientos estéticos que ayudan a tratar la celulitis, estos irían encaminados a mejorar «la circulación de la piel y mejorar la elasticidad de los tractos fibrosos que unen el músculo a la piel», según apunta Vega. Así, nos encontraríamos con la mesoterapia, las ondas de choque, la carboxiterapia y la radiofrecuencia. En cuanto a la primera técnica, es una de las más antiguas y también de las más efectivas. «Consiste en inyectar una serie de principios activos como extracto de alcachofa, carnitina o meliloto, para aumentar el metabolismo de las células grasas, eliminar toxinas y mejorar la tonicidad de la piel», señala Astoreca. 

La doctora Astoreca explica que las ondas de choque es un «tratamiento no invasivo especialmente eficaz contra la flacidez y la celulitis rebelde o endurecida, ya que tiene un potente efecto alisados y es muy efectivo frente a la piel de naranja y las zonas con grasa localizada», mientras que la radiofrecuencia es «excelente para complementar otros tratamientos para la celulitis, ya que mejora la apariencia y la textura de la piel». Los dispositivos que combinan radiofrecuencia, infrarrojos y vacunterapia son idóneos para los pacientes que también necesitan reducir volumen y tratar la grasa localizada. Por último la carboxiterapia consiste en infiltrar CO2 medicinal en el tejido graso. «Ayuda de manera indirecta al drenaje de los tejidos gracias una mejora evidente de la microcirculación local. Generalmente, este tratamiento mejora la celulitis en las personas que además tienen flacidez, ya que favorece la producción de colágeno y elastina», concluye. 

¿Cómo prevenir su aparición o empeoramiento?

Mejorar los hábitos de vida puede ayudar a su prevención, aunque como se ha dicho anteriormente, nunca se podrá lograr por completo, «dado que depende de factores sobre los que no tenemos control absoluto, como nuestro perfil hormonal y genético», sostiene la especialista es medicina estética y nutrición. Aun así, apunta a que se puede actuar sobre algunos factores que la agravan, como son: 

  • Reducir la ingesta de grasas saturadas, azúcares, alimentos procesados y alcohol, llevando un alimentación equilibrada. 
  • No fumar. 
  • Evitar ropa muy ajustada para no empeorar la circulación en la zona. 
  • Realizar actividad física. Trabajo cardiovascular para mejorar y activar la circulación sanguínea y trabajo de fuerza para potenciar la musculatura en glúteos, abductores y aductores. 
  • Mantener la piel bien hidratada y usar cremas específicas con cafeína, retinol… estos productos mejoran la elasticidad y suavidad de la piel. No tienen un resultado muy llamativo, pero sí ayudan como complemento de los tratamientos mencionados y además, contribuyen a mejorar la circulación y el drenaje de los tejidos.

Cinthya Martínez Lorenzo
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De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.